CAPÍTULO 67: NUEVA VIDA EN MADRIDDespierto temprano, decidida a empezar de nuevo. La luz del sol se filtra por las cortinas de mi habitación, prometiendo un día brillante. Respiro hondo, llenándome de determinación. Hoy es el día en que comienzo a reconstruir mi vida.Después de preparar el desayuno para Daniel y para mí, lo llevo al colegio. Decidí que no podía obligarlo a continuar en un lugar donde no es feliz, así que hice las averiguaciones y encontré un colegio Español-Coreano. Me queda un poco más lejos que su antiguo colegio, pero sé que será bueno para él. Daniel parece nervioso, y yo también, aunque intento ocultarlo. Quiero que se sienta cómodo y feliz, y espero que este cambio lo ayude a conectarse con sus raíces coreanas mientras se adapta a su vida en España.—Mamá, ¿crees que me caerán bien mis nuevos compañeros? —pregunta Daniel, con una mezcla de esperanza y temor en su voz.—Estoy segura de que sí, cariño. Serás genial y harás muchos amigos nuevos —le aseguro con un
CAPÍTULO 68: ESTO NO HA TERMINADODos semanas después…Daniel y yo estamos en la cocina, rodeados de harina y risas. El aroma dulce del pastel que estamos preparando llena el aire, mezclándose con el sonido de su risa. Mi madre cuenta uno de sus chistes habituales, y Daniel se ríe a carcajadas. Es un momento perfecto, uno de esos raros momentos en los que todo parece estar en su lugar. —Mamá, este es el mejor pastel que hemos hecho —dice Daniel con una sonrisa de oreja a oreja, mirando la masa con orgullo.—Claro que sí, cariño. Y todo gracias a nuestro maestro pastelero —le respondo, revolviendo su cabello suavemente.El timbre de la puerta suena, y pienso que tal vez sea Javier. Hemos estado saliendo, aunque solo como amigos todavía. Él no es nada discreto con sus intenciones, pero fui sincera y le expliqué lo que ocurría conmigo. Javier fue increíblemente comprensivo, aun así, se ha dedicado a llevarme flores al trabajo, salir al cine o a cenar. Nos pusimos al día con nuestras vid
CAPÍTULO 69: YA NO ME CONTROLASDoy media vuelta mientras me abrazo a mí misma de camino al edificio. Pero antes de llegar, él me toma por sorpresa y vuelve a acorralarme una cuadra antes de llegar.—¿Qué estás haciendo? —No vas a escudarte en la gente de aquí, te dije que no hemos terminado.Me sacudo de su agarre, mirándolo con furia.—Estás loco, eres un demonio Hyun-Soo. —Tal vez, pero te advierto que no me iré de aquí hasta no recuperar todo —dice, haciendo énfasis en esa última palabra—, todo lo que es mío.—No me importa la demanda, Hyun-Soo. Lucharé por mi hijo con todo lo que tengo. Si intentas llevártelo, sabrás quién es Elena Fernández en realidad —advierto, mis palabras están llenas de una ferocidad que no había sentido en mucho tiempo.Hyun-Soo suspira, sus hombros caen un poco como si estuviera cansado. Intenta explicarse, pero no le doy la oportunidad.—Y dime, ¿Min-Ji sabe que estás aquí? —Vuelvo a preguntar. Puedo ver la lucha interna en su rostro, pero no me impor
CAPÍTULO 70: CELOS EN EL RESTAURANTELa mañana es fresca, y el aire de Madrid llena mis pulmones con un delicioso aroma a rocío de lluvia. Javier llega puntual, como siempre lo hacía en la secundaria. Su sonrisa cálida y su presencia son justo lo que necesito en estos momentos. Nos saludamos con un abrazo y, después de asegurarme de que Daniel está listo, subimos al coche y nos dirigimos al colegio.El viaje es tranquilo. Daniel está emocionado por ver a sus nuevos amigos, y Javier y yo aprovechamos para hablar. Es un alivio poder conversar de cosas mundanas y dejar de lado, aunque sea por un rato, la preocupación constante que Hyun-Soo ha traído a mi vida.Después de dejar a Daniel en el colegio, Javier y yo nos dirigimos a una cafetería cercana. El lugar es acogedor, con un aroma a café recién hecho que llena el aire. Nos sentamos junto a la ventana y pedimos dos capuchinos. Javier empieza a recordar viejos tiempos, hablando de nuestras travesuras en la secundaria, y no puedo evitar
CAPÍTULO 71: ME PERTENECES—¿Qué crees que estás haciendo? —le espeto, intentando mantener mi voz firme, pero la verdad es que mis piernas se han vuelto de gelatina y todo mi cuerpo se eriza al sentir su aliento cálido en mi piel. Hyun-Soo no dice nada. Sus ojos, oscuros y ardientes, me observan con una intensidad que me hace estremecer. Sus manos se apoyan en la pared a cada lado de mi cabeza, acercándose tanto que casi puedo sentir su aliento en mi piel.—Ya no suenas tan segura, ¿eres capaz de sostenerlo cuando estamos así? Tan cerca… —susurra.—No juegues conmigo Hyun-Soo, tu esposa va a ponerse celosa. —Te preocupas más por ella que yo. No sé, a mí me parece que la que está celosa eres tú. Pongo una mano contra su pecho, apartando el rostro, pero los latidos de mi corazón van demasiado rápido como para disimular. —Qué absurdo, ni sueñes. —Me perteneces Elena, siempre me has pertenecido —susurra, su voz ronca y cargada de deseo.—¿Q-Qué…? —Trago grueso, ¿en qué momento esto h
CAPÍTULO 72: RECURSO DESESPERADOEl sonido de la tetera silbando llena la cocina mientras mi madre y yo nos sentamos a la mesa, las dos con expresiones tensas y preocupadas. El aroma del té de manzanilla se mezcla con el aire, tratando de calmar nuestros nervios.—Elena, cariño, creo que es definitivo, debes enviar a Daniel con la tía Cata —dice mi madre—. Al menos hasta que puedas resolver esta situación.Siento un nudo en la garganta. La idea de separarme de Daniel, aunque sea temporalmente, me duele demasiado. Pero sé que mi madre tiene razón. Hyun-Soo está dispuesto a todo para llevárselo, y no puedo permitirlo.—Lo sé, mamá —respondo, mi voz temblando—. Pero... ¿cómo le explico esto a Daniel? No quiero que piense que lo estoy abandonando.—No lo verá así, Elena. Le encanta ir a lo de la tía Cata. Los animales, el campo... Es su lugar favorito —me recuerda ella, poniendo una mano sobre la mía—. Solo será por un tiempo, hasta que podamos solucionar todo.Asiento, sabiendo que no ha
CAPÍTULO 73: UN NUEVO MILAGROUn día después…El sonido de las sirenas y el murmullo constante de la sala de emergencias llenan mis oídos mientras corro de un lado a otro, atendiendo a pacientes y tratando de mantener mi mente ocupada. Extraño a mi hijo como si se hubiera ido hace un año en vez de hace dos días, y cada vez que paso por una ventana o una puerta, mi corazón se acelera con el miedo irracional de ver a Hyun-Soo allí, observándome, esperándome. No sé dónde se está hospedando, pero sé que sigue por ahí, rondándome como un fantasma que no me deja en paz.Siento un nudo constante en el estómago, un temor latente de que en cualquier momento la policía llegue para arrestarme por haberme llevado a Daniel sin permiso. Pero debo seguir adelante, por él, por mí.—Elena, ¿estás bien? —me pregunta una colega, notando mi rostro pálido.—Sí, solo un poco cansada —respondo, intentando sonreír.—¿Estás segura? Te ves muy pálida y pareces distraída.—No es nada, de verdad —digo con una so
CAPÍTULO 74: RESISTENCIAEstoy aquí otra vez, enfrentando las mismas decisiones y los mismos miedos que hace cinco años. Mi cuerpo está débil, pero mi mente corre a mil por hora. Hyun-Soo está sentado a mi lado esperando una respuesta.—¿Estás embarazada? —pregunta de nuevo, esta vez con un tono más suave pero insistente.Siento cómo mi corazón se acelera y las palabras se quedan atrapadas en mi garganta. No puedo evitarlo, asiento lentamente. Su reacción no es la que esperaba.—¿Con quién te has acostado? —me acusa.La indignación y la furia se mezclan en mi interior. Sin pensarlo, agarro la prueba y se la arrojo en la cara. Él la toma, sus ojos recorren el papel mientras su expresión cambia. Ve las semanas de embarazo y todo encaja en su mente.—Fue el día en que nos quedamos encerrados en la biblioteca. Tú habías estado bebiendo —le recuerdo, mi voz cargada de veneno—. Seguro ni te acuerdas porque para ti solo fue sex0.Hyun-Soo me mira con fuego en la mirada, sus ojos perforan los