Lidia.
Estoy realmente alterada no puedo dejar de llorar en los brazos de este estraño, no puedo creer que estuve a punto de suicidarme pero que me pasaba por la cabeza, este hombre me dice palabras de consuelo y me frota la espalda, calmo mi llanto un poco y volteo a ver a mi salvador, es un hombre como de mi edad, alto, de cabello negro y de unos hermosos ojos azules, son de un azul tan intenso que me recuerdan al mar, su mirada me cautiva pero regreso a la realidad al escuchar a las personas que se han reunido a nuestro alrededor.
-Por Dios ese hombre acaba de salvar esa joven.
-Rápido que alguien llame una ambulancia.
-No mejor háblale a sus padres.
Al escuchar esas palabras me asustó realmente, si mi padrastro sabe que intente hacer esto me matará a golpes, me separo del hombre y decido salir huyendo de este lugar, conozco esta ciudad como la palma de mi mano y sé por dónde ir para perderme de la gente, llegó corriendo a mi casa y me detengo en el pórtico de esta para intentar agarrar aire, las piernas me arden y me tiemblan un poco, no estoy acostumbrada a tanto ejercicio, me pasó la mano por mi cabello enmarañado intento calmar mi respiración, no puedo creer que estaba apunto de acabar con mi vida, siempre he sabido que mi vida apesta pero nunca pensé que llegara a este punto, pensé que tal vez podía resistirlo pero por lo que acabo de ver y sentir necesito ayuda en serio, necesito que alguien me extiendo una mano amiga, que escuche mis penas y mis pesares que me diga que todo estará bien, al pensar eso viene a mí el recuerdo de aquel joven el que me salvó en el puente me dijo esas mismas palabras o algo parecido a pesar de que no me conoce pero de seguro lo dijo para consolarme o intentar hacerme sentir mejor.
-Qué haces ahí afuera, porque no has entrado a la casa.
La voz de mi padrastro me llama la atención, lo miro parado en la puerta de la casa en su mano izquierda hay una botella que se lleva a la boca sin pensar, bajo la mirada y trago un poco de saliva.
-Nada papá solo estaba tomando un poco de aire.
Se hace a un lado para que entre, lo hago sin decir ni una palabra y pasó a su lado con la cabeza agacha con la esperanza de que no me golpeó o me diga algo ofensivo, cómo quisiera poder irme de aquí escapar pero no tengo ningún lado a donde ir, me dirijo a mi cuarto para hacer mi tarea y olvidar este día del asco que he tenido, aguarda dónde está mi mochila m****a la dejé en el puente como fui tan estúpida para descuidarme tanto y dejarla allí, tendré que regresar por ella, a quién engañó de seguro ya ni siquiera a de estar ahí alguien se la a llevado me roban los libros, lo bueno que ya la mayoría los había leído todos y gracias a mi memoria los puedo recordar tal vez pueda escribirlos en un cuaderno pero tampoco tengo cuadernos, tendría que cortar el césped de los vecinos o hacer algúnos mandados para las ancianas de enfrente para ganar un poco de dinero y comprar cosas de la escuela, me recuesto en la cama y miro el techo me relajo un poco hasta que escuché la voz de mi padrastro.
-Lidia ven aquí.
Me levanto rápidamente para ver que quiere está vez, está sentado en el sillón de la sala tiene la vista perdida en el suelo de seguro ya está borracho.
-Mande.
Respondo con una voz temblorosa, Dios soy patética.
-Tengo hambre hazme algo de comer.
Levantate y gastelo tu qué no soy tu sirvienta, ojalá le pudiera decir esas palabras.
-Si voy
Me dirijo a la cocina y el refrigerador casi está vacía solo hay unas papas, zanahorias un tomate y me de cebolla y la alacena está casi vacía pero hay una sopa, tal vez haga un caldo o una ensalada, comienzo a hacer la comida, estoy cortando las zanahorias con el cuchillo y he pensado a veces esconder uno de estos para cuando este maldito infeliz vaya a mi habitación poder defenderme pero quién engañó soy demasiado débil solo me temblaria la mano y ni siquiera lo mataría, doy un suspiro y escucho que alguien toca la puerta.
-Lidia abre.
-Si.
Me apresuro abrir la puerta y al abrirla se me paralizó el pulso, el miedo se apodera de mi cuerpo al ver aquel joven de cabello negro parado con una sonrisa y mi mochila entre sus manos.
-Hola dejaste estoy y te la quería entregar para asegurarme que llegara a tus manos y quería hablar contigo porque, porque este yo.
Por qué este joven tiene miedo en su voz es extraño acaso me tendrá miedo, bueno creo que no está muy acostumbrado a ver a una suicida, hay Dios a quién engañó soy rara y mi aspecto asusta.
-Este quién es.
La voz de mi padrastro me espanta, me hago a un lado ya que se acerca a la puerta y mira de pies a cabeza al joven.
-Y quien es.
Mi mente se pone en blanco por el miedo de que el joven dija algo de lo que pasó en el puente, no sé qué decir, el joven se aclara la garganta.
-Buenas tardes señor, soy Jack su hija dejó la mochila en el instituto y se la traje, soy un estudiante de intercambio, su hija fue mi guía en la escuela y se le olvidó esto en el jardín.
Este muchacho me acaba de salvar el trasero por segunda vez en el día, Jack extiende la mochila mi padrastro se la arrebata y me la avientan en la cara, apenas la alcanzó a tomar con ambas manos, solo miro a Jack a la cara es muy guapo, quisiera que un muchacho así se fijara en mí pero a quién engaña soy realmente fea.
-Bueno ya le trajo la mochila a mi hija Lidia ya te puedes largar.
Mi padrastro le cierra la puerta en la cara, me doy la vuelta sigilosamente para dejar mi mochila en mi habitación pero me sujeta del cabello y me jala hacia atrás.
-Vaya qué niña tan descuidado, sabes lo que me costaron esos libros y esa m*****a mochila que tienes.
Maldito mentiroso yo he tenido que comprar todo esto, todo el dinero que se gana se lo toman en alcohol, quisiera poder decirle eso a la cara pero sé que si digo eso solo recibiré más golpes.
-Lo siento papá, soy muy tonta.
-Si lo eres.
Me sacude del cabello para luego soltarme.
-Ahora termina de hacer mi comida y te largas de mi vista, te irá a dormir sin cenar.
Asiento y hago lo que me pide, después de darle de comer me voy a mi cuarto donde tengo un poco de paz y tranquilidad, tomo mi mochila para hacer la tarea y en uno de mis cuadernos encuentro una nota.
“hola mi nombre es Jack, no quería incomodarte ni nada pero me preocupe por ti, quisiera conocerte un poco más y tal vez ser amigos, yo podía escucharte cuando quisieras este te dejo aquí mi número telefónico por si quieres llamarme”
Qué amable de su parte pero de seguro ha de ser una broma, doy un suspiro y lo vuelvo a recordar nunca había visto un hombre tan guapo, su cabello negro y esos hermosos ojos azules que me recuerdan al mar.
Lidia.Mi fin de semana lo paso como siempre tranquila y sola, son los únicos días que mi padrastro no está, me encanta cuando no esta me siento más relajada y segura de que no me va a pasar nada.Es lunes de nuevo tengo que ir a la escuela, gracias a Dios creo que mi padrastro está tan ebrio o está inconsciente en la sala que no se da cuenta cuando me voy, al llegar a la escuela me siento observada, al voltear para atrás cruzando la calle creo que mis ojos me engañan ya que está ahí parado, cómo dijo que se llamaba a si Jack, me sonríe y me saluda, jenial ahora tengo un acosador, siento como alguien me da un golpe en la cabeza y escuchó la voz de mi tormento.-Buenos días lenta.Tamara y su séquito me pasan por un lado estás malditas desgraciadas empezaran temprano, doy un suspiro y me meto a la universidad para mí desgracia hoy me toca educación física y estoy más que segura que las demás chicas se burlaran de mí, siempre dicen que parezco un gusano parado, estando en el patio tras
Lidia.Mis días pasan y se han hecho un poco más ligeros no son tan del asco, me encuentro debes encuentro de vez en cuando a Jack parado fuera de la universidad, creo que se me ha pegado un acosador pero es uno bastante agradable pero no todo puede ser lindo toda la universidad ya sabe lo que descubrió Tamara, antes podía pasar desapercibida pero ahora me ven pasar y solo escucho murmullos sobre mí eso me deprime un poco estaba más acostumbrado a ser una sombra pero ahora soy la comidilla de todos, salgo de la cafetería ya que si me llego a contrar a Tamara de seguro me tirara el almuerzo no se por que me odia tanto jamás le e hecho nada malo supongo que solo le caigo mal, me voy a uno de los edificios más apartados del campus y me siento en la parte de atrás en las sombras de un árbol donde se que nadie viene, me siento y me recargo en el árbol, quisiera irme del pueblo o quisiera tener alas y solo salir volando, dejar de lado mis preocupaciones sentirme libre en paz y descansar y
Jack.Creo que toque un tema sensible con Lidia ya que pude oler su nerviosismo y estos últimos días me ha estado evitando eso realmente me hace sentir mal, mi lobo se siente ansioso y quiere estar junto a ella, quisiera llevarla a mi territorio con mi manada preséntarla a mis padres, mi madre Dios no le he dicho nada debería mandar un mensaje o hacer una llamada, doy un largo suspiro.-Oye tranquilo la volverás a ver solo dale un poco de tiempo para que se calme.Max me intenta dar aliento pero en serio me siento bastante deprimido, estaba eufórico el día que la alle en el puente y cada día que pasaba con ella me sentía como niño en navidad pero ahora solo quiero ver que esté bien que tal si vuelve a intentar suicidarse, no podri soportar el perderla.-Intentare verla hoy saliendo de la universidad me llevaré el auto.Me levanto y tomo las llaves para salir del cuarto de hotel donde nos estamos quedando ya que la casa de lobos de está cuidad está llena, voy al elevador y presionar úl
Lidia.No puedo creer que me beso Jack, esto es lo mejor que me a pasado en mi vida de mierda, llegó a mi casa corriendo y entro sin hacer ruido hasta llegar a mi cuarto donde tomo una almohada me la coloco en la cara y grito por la emoción, dios bendito que acaba de pasar el chico que me gusta me beso, hay sus labios eran suaves me ubiera gustado otro pero ya es mucho pedir, tiro la almohada a la cama y me quitó la ropa mojada para ponerme una camiseta que me queda grande y cerrar la puerta de mi cuarto con candado, me inco sobre la cama y recuerdo ese lindo momento que tuve con Jack maldigo ese auto y doy un suspiro.-Lidia.La voz de Jack me asusta y me asé caer de la cama asia atrás, maldición mi cabeza creo que ya me quedé más tonta.-Lidia estás bien, déjame ayudarte.Jack me extiende su mano y me ayuda a levantarme del suelo, espera como entro a mi cuarto, lo miro con sorpresa.-Como entrastes.Se rasca la nuca y mira asia la ventana abierta, pero como entro tan rápido por allí
Jack.Me enfurece tanto la manera tan grosera y humillante en la que el padrastro de Lidia le hablo, salgo del baño dispuesto a darle la golpiza de su vida y llevarme a Lidia de su lado pero al salir del baño y ver la tristeza en su rostro mi colera desapareció al instante, solo quiero dale un abrazo así lo hago y la hago sentir mejor, se me ocurrió una idea para poder pasar más tiempo que con ella y funcionó miramos una película casi al final Lidia se queda dormida a mi lado, pare un bello ángel, un ángel que cayó del cielo y aterrizó en esta porquería y miseria de vida, como una persona sin escrúpulos puede tratar a una jovencita tan dulce asi, Lidia no le haría daño ni a una mosca, se ve tan tierna la rodeo con los brazos y la pegó a mi cuerpo e inhalo su delicioso aroma, ase que un ronroneo salga de mi pecho, pasó mi mano por su cabello se siente tan suave y sedoso, miro su cuerpo es delgada tiene algunos moretones en sus brazos y otros en las piernas,ya comprendo la razon por qué
Lidia.Después de que Jack se va me quedó recostada en la cama pero al último me levanta el impulso de ir al baño, me doy una ducha y me pongo ropa limpia ya que pienso salir a intentar conseguir un poco de dinero, me como la última revanada de pizza que dejamos anoche y salgo al vecindario, miro algunos céspedes altos eso vuele a dinero para mirar olfato, voy y tocó en las casas diciendo que si no quieren que les poden el césped, todos dicen que sí después voy con la señora Jenkins es la anciana que vive en la esquina de mi calle, le pregunto que si no tiene algo que yo puedo hacer por ella, me dice que si me manda por su medicamento a la farmacia maxco me entrega el dinero y la receta, lo malo que la farmacia maxco me queda en el centro de la ciudad, así que comienzó a caminar ya que me tardaré como una hora en llegar, después de caminar dos cuadras escucho como un auto comienza a seguirme, mirobde reojo y doy una leve sonrisa al reconocer el modelo y la placa es Jack, no puedo cre
Lidia.Ya casi es hora, mi padrastro llegó hace media hora, me asomé ligeramente por el pasillo y cómo lo predije toma los $50 y se largar, espléndido voy a mi cuarto y espero a que Jack, llega faltando 10 minutos, lo miro saltar la cerca, camina rápidamente a mi ventana, se ve tan guapo trae un pantalón de vestir y una camisa roja qué queda justa a su cuerpo trae dos botones desabrochados que dejan ver sus pectorales, me lo estoy devorando con la mirada Jack me da una sonrisa.-Lidia estás preciosa.-Gracias.-Te ayudo a salir por la ventana.Jack me ayuda a salir por la ventana y a brincarme el cerco dónde está su auto, estoy muy nerviosa porque el restaurante donde me trajo Jack es bastante elegante aunque ha pedido una mesa privada esto es demasiado elegante y derrochar demasiado dinero en alguien como yo, doy un pequeño brinco en la silla al sentir la mano de Jack sobre la mía, me da una tierna sonrisa.-Lidia que pasa no es de tu agrado el lugar nos podemos ir a otro si gusta.
Jack.Me voy de la casa de Lidia en contra de mi voluntad pero sé que debo de darle su espacio ya que esta noche ha sido bastante agitada y tiene muchas cosas que procesar, mi lobo me pide a gritos qué la saqué de ese lugar la lleve a mi territorio, que mate a ese infeliz malnacido que se hace llamar padre, no puede ser que una persona le haga daño a una chica tan dulce como Lidia que no dañaría ni a una mosca, el camino al hotel Max no dice ni una sola palabra se mantiene en silencio pero puedo escuchar como rechina los dientes ligeramente enseña de que tiene mucha molestia y al llegar a la habitación del hotel explota.-No puedo creerlo, cómo diablos se te ocurrió mostrar tu forma animal en frente de ella sí apenas la conoces y peor aún se te ocurrió matar humanos, qué no tienes miedo de que vaya a las autoridades o que la manada residente vaya en tu búsqueda.-No fue mi culpa yo no me busque los problemas, ellos nos agredieron primero y además Lidia lo a tomado muy bien.-Por ahora