Ethan permaneció en la sala de descanso, inmóvil, mientras las palabras de Madison resonaban en su mente. Jamás había visto tanta furia en alguien, y mucho menos dirigida hacia él. Se pasó las manos por el rostro, sintiendo una mezcla de culpa y frustración.Mientras tanto, Madison, en el cuerpo de Ethan caminaba rápidamente hacia su oficina, tratando de contener las lágrimas. No podía permitirse llorar allí, no frente a los demás. Cerró la puerta de un portazo y se dejó caer en su silla, respirando profundamente para calmarse.Unos minutos después, la puerta de la sala de descanso se abrió sin previo aviso. Era Charlotte, con una expresión de suficiencia en el rostro.—Vaya, parece que alguien está teniendo un día difícil —dijo Charlotte, cruzando los brazos.Ethan en el cuerpo de Madison levantó la vista, sus ojos llenos de enojo.—¿Qué quieres ahora, Charlotte? ¿No fue suficiente con lo que hiciste hace un rato?—Solo quería comprobar cómo estabas. Aunque, viendo tu reacción, parec
Fue entonces cuando la puerta se abrió nuevamente. Esta vez, varios colegas de la oficina entraron para discutir el progreso del proyecto, pero al ver la escena entre Ethan y Madison, se quedaron en silencio. La tensión era palpable, y las miradas se cruzaban.—¿Señor Sterling? ¿Madison? —preguntó uno de ellos, sonriendo de manera insinuante—. ¿Acaso hemos interrumpido algo?Madison, furiosa, dio un paso atrás, casi tropezando con la silla. Ethan, que aún no se había percatado de la magnitud de la situación, intentó explicar lo que estaba pasando.—No, no es lo que piensan —dijo rápidamente, mirando a todos los presentes—. Solo estaba pidiendo disculpas.Pero las risas contenidas en la sala dejaron claro que nadie lo creía. La confusión, la incomodidad, y lo que más preocupaba a Madison, las insinuaciones que flotaban en el aire, estaban tomando el control.—¿De verdad? —preguntó otra persona con una sonrisa traviesa—. Pensé que los dos se llevaban... tan bien...Ethan miró a Madison,
Madison lo miró con escepticismo, cruzando los brazos.—¿Sabes cómo bailar un vals o estás improvisando? Porque si es lo segundo, tal vez debería liderar.Ethan se detuvo un momento y luego suspiró.—Tienes razón, no soy un experto. Pero técnicamente tú deberías liderar, porque ahora estás en mi cuerpo. Así que... supongo que puedo intentarlo.Madison levantó una ceja.—Perfecto. Ethan tratando de ser yo y liderando un vals. Esto va a ser divertido.Ethan extendió una mano hacia ella, como si fuera algo natural.—¿Lista?Madison vaciló, pero aceptó su mano.—No estoy lista, pero supongo que tampoco tengo opción.Ethan la colocó en posición, con una mano en su cintura—bueno, la cintura de Ethan—y la otra entrelazada con la suya.—De acuerdo. Un, dos, tres. Un, dos, tres...Ethan empezó a moverse con una torpeza evidente, tropezando ligeramente con los propios pies de Madison. Ella frunció el ceño.—¡Ay! Eso fue mi pie.—¿Cómo puedes pisarte a ti misma? —replicó Ethan, mirando hacia aba
El ensayo había terminado con más tropiezos de los esperados. El abuelo Sterling, aunque claramente desconcertado por el comportamiento de ambos, no comentó nada más, optando por esperar a la gran noche. De vuelta en la mansión, Ethan y Madison, todavía en los cuerpos del otro, se refugiaron en una de las oficinas del ala este, buscando privacidad para hablar sobre lo sucedido. —Esto fue un desastre —dijo Madison, cruzando los brazos. Su postura rígida y la profunda voz de Ethan la hacían parecer aún más seria de lo habitual. —No fue tan malo —respondió Ethan, en el cuerpo de Madison, mientras se sentaba en el escritorio y jugueteaba con un bolígrafo—. Al menos no nos delatamos. —¿No nos delatamos? —replicó Madison con incredulidad—. Ethan, tu versión de mí parece un personaje de un drama romántico. ¿"Es que este evento significa mucho para él"? ¿En serio? Ethan dejó escapar una risa nerviosa. —Estaba improvisando. Además, tú tampoco lo hiciste mejor. Tu versión de mí parece un r
Ambos asintieron en silencio. Cuando el abuelo salió del salón, Madison se cruzó de brazos y miró a Ethan con frustración.—Esto no va a funcionar si sigues comportándote como un muro de piedra.—Y no va a funcionar si sigues pensando que todo es un juego —replicó Ethan, antes de suspirar con resignación—. Pero supongo que tendremos que encontrar un punto medio.Madison lo miró sorprendida.—¿Eso fue un intento de ceder?Ethan rodó los ojos.—Llámalo como quieras. Pero si esto significa que podemos sobrevivir al cumpleaños de mi abuelo, estoy dispuesto a intentarlo.Madison sonrió, esta vez con sinceridad.—Bien. Entonces vamos a hacerlo bien.Ethan asintió. Por primera vez en días, ambos sintieron que tal vez podían llegar a entenderse, aunque solo fuera por una noche.La semana avanzó rápidamente, y la prueba de vestuario para la celebración del abuelo Sterling llegó antes de lo esperado. Madison (en el cuerpo de Ethan) y Ethan (en el cuerpo de Madison) fueron convocados a la lujosa
El cumpleaños número 70 del abuelo Sterling llegó con todo el esplendor que una celebración de esa magnitud requería. El salón principal de la mansión brillaba con candelabros dorados, decoraciones elegantes y una multitud de invitados vestidos de gala. Madison y Ethan, aún en los cuerpos del otro, estaban en sus respectivas habitaciones preparándose para la presentación especial que el abuelo les había pedido.Madison, en el cuerpo de Ethan, se miraba en el espejo mientras ajustaba la corbata. Aunque ahora se sentía más cómoda en su papel, seguía sintiendo que no encajaba del todo en el porte y elegancia natural que Ethan irradiaba.—Esto nunca se verá tan bien como cuando lo llevas tú —murmuró mientras trataba de darle forma al nudo de la corbata.Ethan, en el cuerpo de Madison, estaba teniendo sus propios problemas. El vestido esmeralda que llevaba era perfecto para la figura de Madison, pero la incomodidad de verse a sí mismo con tacones y un maquillaje impecable aún lo desconcert
Se acercaron, sus rostros casi rozándose, y por un momento, Madison pensó que sus labios se encontrarían. La tensión era tan intensa que la distancia entre ellos parecía evaporarse.Pero justo en ese momento, el abuelo Sterling, sin saber lo que ocurría entre los dos, levantó nuevamente el micrófono.—¡Un aplauso para estos dos maravillosos jóvenes! —exclamó, rompiendo la magia del momento.Los aplausos resonaron por todo el salón, y ambos se separaron rápidamente, tratando de disimular el ardor en sus mejillas y la confusión que sentían.Madison, con el corazón aún acelerado, intentó sonreír, pero no podía evitar sentirse invadida por la extraña mezcla de emociones que la habían embargado. Ethan, por su parte, la observaba con una mezcla de frustración y fascinación, aún incapaz de procesar por completo lo que acababa de suceder.A pesar de la interrupción, ninguno de los dos podía ignorar lo que acababa de pasar. Había algo entre ellos, algo que ni siquiera sabían cómo describir, pe
Mientras Ethan y Madison seguían parados, casi inmóviles, uno frente al otro, sintiendo una conexión que ninguno de los dos entendía completamente, el sonido del ambiente los envolvía. Las conversaciones a su alrededor seguían su curso, pero todo parecía desvanecerse para ellos. Solo existían ellos dos en ese instante, atrapados en la atmósfera cargada de emociones.De repente, una voz resonó a lo lejos, interrumpiendo la burbuja de silencio en la que ambos se encontraban. Era la voz del abuelo Sterling, que con su tono característico, lo suficientemente fuerte como para que todos lo escucharan, comenzó a hablar desde el escenario.—¡Vaya, vaya! —continuó el abuelo con una sonrisa cómplice—. ¡Lo hicieron muy bien! Es como si se hubieran conectado de una forma que jamás imaginé… ¡Y miren, parece que han disimulado perfectamente que durante años se han odiado! —dijo con una risa suave, sabiendo exactamente lo que sus palabras provocaban.Madison se sonrojó ante el comentario, sintiendo