¿Novios?

Azael:

Pensando en resolver la confusión que acaba de ocasionar la enfermera, apenas tenga la más mínima posibilidad, sentado en el sofá con la mirada fija sobre ella, tomé mi móvil y marqué el número de Leopoldo. Repicó varias veces y justo cuando creo iba a caer en buzón, escuché su voz.

—Azael, ¿sucedió algo con mi niña? —preguntó en tono de voz alarmado, lo cual era normal, pues nunca desde que esta ella en cama lo había llamado de noche.

—Anel despertó —le informo.

—Qué grata noticia —celebra con voz alegre.

—Los médicos la evaluaron, le dieron de comer, estuvieron observándola por horas hasta que se volvió a quedar dormida —le expliqué.

—¿Por qué no llamaste antes muchacho? —preguntó cambiando el tono de

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