—¿Puedes explicarnos que locura es esta Azael? —bufó mi padre furioso.
Por lo general, mis padres nunca han apoyado mi forma de vida. Son quienes más la han criticado. Por esa razón em sorprende que ahora que les presento a la mujer con al que decidí hacer una vida como ellos la han querido, sigan en una actitud contraria.
—La verdad no los entiendo Cuando por fin termino por aceptar vivir la vida como ustedes la han soñado, ahora no les parece —con rabia me paré del sillón donde llevaba apenas unos pocos minutos conversando con ellos. Anel permanece en el jardín con una de mis hermanas conversando.
Como accedió a mi petición de casarnos, quise traerla a la casa de mis padres para que ellos estuvieran al tanto de que por fin enderezaré mi vida con una buena mujer, para mí, la mejor de todas las que han pasado por mis manos.
—No te
Llegamos a Boston el día anterior, pensé en ir ese mismo día a Manhattan; sin embargo, Anel por la presión del vuelo tuvo dolores de cabeza que nos obligaron a posponer un día más mis intenciones de comenzar de una vez con los preparativos.Ella quiso llamar a su familia para adelantarles la noticia, se lo impedí. Por nada del mundo quería perder la visión de las reacciones de Leopoldo, Anna y Aitana. Sobre todo de esta última, al ver cumplido su deseo de lograr casar a Anel con quien ella dispuso.Dado que la recuperación de Anel solo tuvo efecto positivo tres días después, ante la ansiedad de lograr comprometerla, atarla a mí, al segundo de ellos llamé a Lucianna para que fuese adelantando lo que pudiera.—¿Cómo es eso de que te vas a casar en menos de dos semanas y nosotros apenas nos enteramos? —gritó el padre de Anel mirá
Como si fuera un sueño, después que fuimos a la casa de mis padres, los días que prosiguieron transcurrieron con una rapidez que no me dio tiempo a procesar el paso tan importante que estaba a solo pocos días de dar. Me convertiría en la esposa de uno de los hombres más importantes del continente europeo y uno de los socios más importantes de mi padre.En esos días, el ir y venir de una tienda a otra y de un centro comercial a todos los que se le ocurrió a mi madre y a mis hermanas, fue agotador, tanto que deseé que terminara de llegar el día de la boda para volver a sentirme en paz solo en la compañía de Azael, quien durante esos días previos a nuestro retorno a Italia se mantuvo la mayor parte del tiempo trabajando.Gracias a las interminables reuniones que Azael tuvo me tocó quedarme en la casa de mis padres en Manhattan. Por sugerencia de mi madre, con la excusa
Voy en camino a mi empresa, estos últimos días han sido ajetreados, entre reuniones y preparativos para el evento inaugural de una corporación que contrató mis servicios no he tenido tiempo de hacer mucho fuera de la empresa. Desde que decidí trabajar de lleno, mi vida se ha resumido a las responsabilidades que demanda el trabajo, las pocas que he ido asumiendo en la casa gracias a que el ama de llaves no se sentía a gusto con algunas de sus funciones ante mis manifestaciones de desacuerdo con alguna de ellas, y los pocos ratos que paso con Azael, no me ha dado tiempo de pensar en nada más ni hacer algo diferente. Ni si quiera he visto a mi familia. Este último año ha sido trastocado, Azael ha viajado con más frecuencia que los dos primeros años y yo me he dedicado a hacer crecer mi empresa. —Buenos días Duk —saludo a mi secretaria al llegar y verla de espalada a la puerta revisando algo. Su nombre es Dukensy, pero por cariño uso un diminutivo para dirigirme
Venia saliendo de la ducha cuando escuché nuevamente el sonido de mi móvil anunciar una llamda. Curiosa de que fuera la misma mujer que llamó hace una hora me apresuré a caminar hasta el buró para contestar. Por inercia presioné la tecla de aceptar y me llevé el móvil al oído.—Hola —contesto de golpe.—Amor —la voz de Azael me sorprendió y al mismo tiempo me dio tranquilidad de escucharlo.—Hola amor —suavizo el tono de mi voz para responderle con el mismo cariño—, estaba preocupada porque no había sabido de ti.—Disculpa, tuve dos reuniones y una cena, al llegar al hotel me di una ducha y me recosté un rato para luego llamarte, no me di cuanta en que momento me quedé dormido, desperté para ir al sanitario y recordé que no te había llamado.—¡Qué bueno saber que es
El sol comenzaba a ocultarse cuando abordé el avión con destino a Nápoles. Sintiéndome algo agotada por el ajetreo de ir de una tienda a otra logré cansar mi cuerpo y hasta la mente, pues si bien fui con la intención de adquirir unas prendas íntimas para sorprender a Azael estos dos días que supongo estaremos en casa solos los dos, terminé comprándole a una chaqueta y unas camisas deportivas.Como es muy formal en la forma de vestir, hasta en fines de semana, me provocó verlo diferente. Acabé comprando muchas cosas, tanto para él como para mí. Hice gala de lo que normalmente caracteriza a Aitana y a mis hermanas, ser derrochadora, aunque sea por breves horas.Para distraerme en el vuelo, intenté ver una película mientras tanto, pero acabé quedándome dormida por espacio de dos horas. Para cuando desperté estaban de noche. Faltaban aú
Encontrarme con esta sorpresa fue el mejor regalo que he recibido en años. Jamás lo esperé, por lo menos no de la Anel recatada y sumisa que se ha entregado a mi durante estos años.La vista que me ofreció apenas salí a la piscina, provocó en mi interior una explosión de sensación, tal como los fuegos artificiales en época festiva. Me sentí arder en cuestión de segundos. La boca se me hizo agua de tanta tentación en frente de mí y sin tener la certeza del momento en el que me haría dueño nuevamente de esa piel tan exquisita.He tenido la dicha de probarla un sinfín de veces desde que nos casamos, pero verla ahora desde este punto de vista, en este escenario, tan expuesta y dispuesta para mí, fue diferente. Muchas imágenes pasaron por mi mente de solo ver las partes mas tentadoras de ella así sujetas por las telas sin dejarme nada a
—Anel, permiso —me dice Dukensy parada en la entrada de la sala de juntas donde llevo rato reunida con un cliente y su abogado.—Dime —le insto a hablar.—Tienes una llamda de tu esposo en línea —me advierte.Dudé en tomar o no la llamada, sin embargo, como es rara la ocasión que Azael me llama a los teléfonos de la empresa, decidí contestar.—Discúlpenme unos segundos —me excusé y salí hacía la recepción.—Pierda cuidado —me contestó uno de los presentes.Sin titubear, al llegar al escritorio de Dukensy tomé la llamada.—Hola —le saludo.—Amor, te estuve llamando a tu móvil —me informa.—Estoy en medio de una junta con un cliente, por eso no lo cargo encima—, le advierto.—Ohm, ya —guarda silencio por unos segundos&md
Si bien creí estar preparado para este momento, en la medida que escuchaba de los labios del doctor que la recuperación de Anel es un hecho cierto y más cerca que nunca, me preocupé.Quise ignorar las palabras de Anna, quien con toda intención en cada uno de nuestros encuentros se ha encargado de hacerme ver cómo pudiera reaccionar Anel de recordar y encontrarse con la verdad.No es que tema ser juzgado, ya de eso he tendió bastante en la vida. De lo que sí sé es no estar preparado, es a perderla por una mala interpretación de mis intenciones.A esta mujer la quiero más que a ninguna otra. La respiro en la sangre, en cada latir de mi corazón, en el bombardeo de que este da para ordenar a la sangre circular.Ya sabía que era una bruja capaz de dominar todas mis intenciones, me apresó en su bruma de misterio y aquí estoy a sus pies, preso ante