Lottie salió por fin del interior de la casa, mirando desde allí el hermoso cielo estrellado. Hacía frío y era la razón por la cual agradecía haberse colocado un abrigo por encima del vestido que llevaba. Desde donde se encontraba aquel jardín parecía una enorme pradera repleta de flores y diferentes árboles frutales y de decoración. ¿Cómo alguien podía tener dinero para darse tales lujos? Definitivamente Marlote estaba fuera de lugar en aquella mansión.
Escuchó un siseo y fue en ese momento cuando la silueta del mayor de los hermanos apareció a la distancia haciéndole señas para que le siguiera. ¿De verdad nadie les vería? Aquello seguía pareciéndole un suicidio, pero su corazón le dictaba una y otra vez que caminara hacia adelante.
Le siguió sin dejar de mirar hacia los lado
No existía algo que Marlote amara más que despertar cuando el sol alcanzaba su punto más alto, es decir, a mediodía. Sin embargo pudo sentir el tacto de su madre indicándole que despertara incluso cuando podía sentir el frío de la madrugada. ¿Por qué tan temprano? Solo había una tenue luz en la habitación y la chica se dio cuenta tan pronto como abrió los ojos.¿Ni siquiera había salido el sol? ¿Qué estaba haciendo despierta tan temprano? Sus parpados pesaban más de lo que siquiera deseaba admitir y no podía evitar maldecir dándose cuenta de que la luna seguía en el enorme y estrellado cielo. Bostezó, soltando una clara evidencia del enorme sueño que seguía sintiendo.—¿Por qué... tan temprano? —musitó en un balbuceo intentando que sus pupilas enfocar
El mejor momento del día para Marlote era, sin lugar a dudas, el desayuno. No tenía razones en particular, simplemente era la comida que más disfrutaba. Quizá por los sabores, quizá por la enorme hambre con la que se levantaba de la cama... —¿Has visto nuevamente a Angelica? —inquirió la joven pelirroja mirando a su madre lavar su plato mientras ella continuaba degustando los panqueques. —Sí, y me ha dicho algo que tú no —los ojos de Lottie se abrieron como platos—. ¿Por qué me ocultaste que te habían prohibido ver a Frederik? ¡Podías meterme en problemas, Marlote! —Yo... lo siento —musitó dejando salir un suspiro—. Tampoco tenía en planes desobedecer la orden de la condesa —su voz era débil y en ese pequeño instante sintió el peso de la culpa golpear su espalda. Hendrika suspiró acercándose por fin a su hija y acariciando suavemente sus cabellos. La pelirroja se sintió ligeramente aturdida y
Humedad y un lugar bastante pequeño por el cual la única persona que lo transitaba pensaba en cuantos animales rastreros habitaban por aquella zona. ¿Qué hacía Marlote adentrándose en un pasillo que parecía dirigirle al mismísimo infierno? Odiaba los lugares cerrados, pero allí estaba, recorriendo un lugar al que solo tenía acceso por el fondo de la chimenea, luego de descender un montón de escalones. ¿De verdad todo eso lo había conseguido gracias a haber estudiado por dos días la pequeña tarjetita? Su intelecto y comprensión eran simplemente fabulosos. Lion la llevaba al centro de un laberinto y Frederik a un sótano donde parecía que en cualquier momento aparecería un fantasma que le espantaría. ¡Eran los mejores hermanos del mundo!—¿Por qué los Di Mort no pueden ser personas normales? —se
De vuelta a casa en el mismo vehículo que le había transportado una vez hasta la mansión. Definitivamente las cosas habían cambiado mucho en la última semana y resultaba incluso más notorio al ver a los vecinos de ambas mujeres murmurar mientras el auto se acercaba a su hogar. ¿Tan rápido se había regado la noticia de que aquellas dos chicas habían cambiado su vida gracias a semejante empleo? Posiblemente, y el claro resultado era presenciar los cuchicheos de aquellos que habitaban en las adyacencias de su humilde hogar. El vehículo por fin se detuvo frente al lugar de vivienda de ambas y fue el momento en el que comprendieron la razón principal de los comentarios. Marlote fue la primera en mostrar un clarísimo gesto de sorpresa: Su casa estaba completamente remodelada. Parpadeó un par de veces sujetando el brazo de su madre.—Felicidades por su arduo trabajo
¿Cómo podría Marlote sacarse de la cabeza todo lo ocurrido la noche anterior? Mientras fregaba el suelo con su habitual dedicación solo podía recordar una y otra vez las palabras “precioso rostro” provenientes de Lion. ¿Acaso le estaba permitiendo a su cabeza volar demasiado? Probablemente, pero al saber que este deseaba capturar el corazón de la chica las posibilidades solo apuntaban a un solo lugar: Lion Di Mort estaba sumido bajo los desconocidos encantos de Marlote Meijer.—¿Qué quieres decir con que el cadáver sigue sin aparecer? —fue la voz de Frederik aquella que sacó a Lottie de sus pensamientos. Parecía discutir con alguien dentro de su estudio—. ¿Tienes idea de lo que ocurrirá si su cuerpo cae en las manos equivocadas?—Mi lord, trabajamos día y noche con el fin de encontrarlo, pero presumimos
¿Qué había pasado exactamente? No fue sino hasta encontrarse sola en el gran salón cuando Marlote comenzó a entender lo que realmente había ocurrido. Aún llevaba en su boca el sabor a licor que Frederik le había dejado. ¿De verdad le había besado? ¿Realmente confesó sus sentimientos frente a ella? Más importante aún, ¿podía confiar en lo que decía? Esperaba que realmente nada de eso se tratara de un juego con entre hermanos con el fin de apostar por ella, ya que en ese caso estaría cayendo en su juego. Más importante aún… ¿Qué pasaba con Lion? Era cierto que él también le generaba emociones desconocidas… ¿de verdad se estaba permitiendo querer a los dos hermanos a la vez?Muchas cosas surcaban su mente con relación los complicados sentimientos que tenía, pero fue
Tantas cosas ocurridas al punto de que Lottie comenzaba a pensar que su día era simplemente extraño. ¿Qué faltaba? ¿Qué el conde Gerard Di Mort, a quien aún no conocía, le dijera que deseaba adoptarla? Definitivamente todo era muy inusual, pero la noche aún no llegaba a su fin y fue un continuo siseo lo que captó su atención justo antes de acomodarse para dormir. Miró a través de la ventana y allí estaba Lion, haciéndole señas para que fuera con él hasta el lugar que ambos conocían.¿Dos citas en un mismo día? ¿No era demasiado ambicioso de su parte reunirse con los dos hermanos dentro de las mismas veinticuatro horas? ¿De verdad creen que Marlote estaba dudando el asistir a la invitación de Lion? Hendrika no volvería a la habitación, ya que se le había pedido una supervisión
—¡Marlote! —llegaban los llamados a la chica incluso en medio de sus sueños—. ¡Marlote! ¡Levántate! ¡Ya casi son las 10!Tan pronto como escuchó la hora se levantó de un salto. ¿Así que por eso sentía tanto calor? El sol ya se colaba por la ventana y golpeaba el lugar donde Lottie acostumbraba a dormir. ¿Por qué había tardado tanto en despertar? Si Angelica se enteraba de semejante falta estaría en graves problemas. ¿Pero cómo mantienes oculta tu clara desaparición?—Date prisa y baja a la cocina. La condesa no ha salido de su habitación. Lo hará para recibir a sus invitados en quince minutos. ¡Muévete! —Sí, definitivamente Hendrika estaba enfadada—. Si el vizconde cruza la puerta y no estás allí tendremos problemas.E