Humedad y un lugar bastante pequeño por el cual la única persona que lo transitaba pensaba en cuantos animales rastreros habitaban por aquella zona. ¿Qué hacía Marlote adentrándose en un pasillo que parecía dirigirle al mismísimo infierno? Odiaba los lugares cerrados, pero allí estaba, recorriendo un lugar al que solo tenía acceso por el fondo de la chimenea, luego de descender un montón de escalones. ¿De verdad todo eso lo había conseguido gracias a haber estudiado por dos días la pequeña tarjetita? Su intelecto y comprensión eran simplemente fabulosos. Lion la llevaba al centro de un laberinto y Frederik a un sótano donde parecía que en cualquier momento aparecería un fantasma que le espantaría. ¡Eran los mejores hermanos del mundo!
—¿Por qué los Di Mort no pueden ser personas normales? —se
De vuelta a casa en el mismo vehículo que le había transportado una vez hasta la mansión. Definitivamente las cosas habían cambiado mucho en la última semana y resultaba incluso más notorio al ver a los vecinos de ambas mujeres murmurar mientras el auto se acercaba a su hogar. ¿Tan rápido se había regado la noticia de que aquellas dos chicas habían cambiado su vida gracias a semejante empleo? Posiblemente, y el claro resultado era presenciar los cuchicheos de aquellos que habitaban en las adyacencias de su humilde hogar. El vehículo por fin se detuvo frente al lugar de vivienda de ambas y fue el momento en el que comprendieron la razón principal de los comentarios. Marlote fue la primera en mostrar un clarísimo gesto de sorpresa: Su casa estaba completamente remodelada. Parpadeó un par de veces sujetando el brazo de su madre.—Felicidades por su arduo trabajo
¿Cómo podría Marlote sacarse de la cabeza todo lo ocurrido la noche anterior? Mientras fregaba el suelo con su habitual dedicación solo podía recordar una y otra vez las palabras “precioso rostro” provenientes de Lion. ¿Acaso le estaba permitiendo a su cabeza volar demasiado? Probablemente, pero al saber que este deseaba capturar el corazón de la chica las posibilidades solo apuntaban a un solo lugar: Lion Di Mort estaba sumido bajo los desconocidos encantos de Marlote Meijer.—¿Qué quieres decir con que el cadáver sigue sin aparecer? —fue la voz de Frederik aquella que sacó a Lottie de sus pensamientos. Parecía discutir con alguien dentro de su estudio—. ¿Tienes idea de lo que ocurrirá si su cuerpo cae en las manos equivocadas?—Mi lord, trabajamos día y noche con el fin de encontrarlo, pero presumimos
¿Qué había pasado exactamente? No fue sino hasta encontrarse sola en el gran salón cuando Marlote comenzó a entender lo que realmente había ocurrido. Aún llevaba en su boca el sabor a licor que Frederik le había dejado. ¿De verdad le había besado? ¿Realmente confesó sus sentimientos frente a ella? Más importante aún, ¿podía confiar en lo que decía? Esperaba que realmente nada de eso se tratara de un juego con entre hermanos con el fin de apostar por ella, ya que en ese caso estaría cayendo en su juego. Más importante aún… ¿Qué pasaba con Lion? Era cierto que él también le generaba emociones desconocidas… ¿de verdad se estaba permitiendo querer a los dos hermanos a la vez?Muchas cosas surcaban su mente con relación los complicados sentimientos que tenía, pero fue
Tantas cosas ocurridas al punto de que Lottie comenzaba a pensar que su día era simplemente extraño. ¿Qué faltaba? ¿Qué el conde Gerard Di Mort, a quien aún no conocía, le dijera que deseaba adoptarla? Definitivamente todo era muy inusual, pero la noche aún no llegaba a su fin y fue un continuo siseo lo que captó su atención justo antes de acomodarse para dormir. Miró a través de la ventana y allí estaba Lion, haciéndole señas para que fuera con él hasta el lugar que ambos conocían.¿Dos citas en un mismo día? ¿No era demasiado ambicioso de su parte reunirse con los dos hermanos dentro de las mismas veinticuatro horas? ¿De verdad creen que Marlote estaba dudando el asistir a la invitación de Lion? Hendrika no volvería a la habitación, ya que se le había pedido una supervisión
—¡Marlote! —llegaban los llamados a la chica incluso en medio de sus sueños—. ¡Marlote! ¡Levántate! ¡Ya casi son las 10!Tan pronto como escuchó la hora se levantó de un salto. ¿Así que por eso sentía tanto calor? El sol ya se colaba por la ventana y golpeaba el lugar donde Lottie acostumbraba a dormir. ¿Por qué había tardado tanto en despertar? Si Angelica se enteraba de semejante falta estaría en graves problemas. ¿Pero cómo mantienes oculta tu clara desaparición?—Date prisa y baja a la cocina. La condesa no ha salido de su habitación. Lo hará para recibir a sus invitados en quince minutos. ¡Muévete! —Sí, definitivamente Hendrika estaba enfadada—. Si el vizconde cruza la puerta y no estás allí tendremos problemas.E
—No me gusta esa criada —la voz de Alice era clara, directa y sobre todo muy fuerte—. ¿Te diste cuenta como nos miraba?—Alice, la chica ni siquiera te miró —Pierre Dupont, el padre de la chica, hacía su mejor esfuerzo en ignorar el berrinche de Alice mientras organizaba algunos papeles en la habitación que los anfitriones le habían habilitado—. Deja de perder el tiempo con quejas sin fundamente y ve a asegurarte de que Frederik te ame solo a ti.—¡Es por eso que la odio! —Pierre frunció el ceño y de inmediato detuvo su pluma. Estaba enojado—. No soy tonta, papá.—¿A qué te refieres exactamente? —tan suspicaz como solo él podía serlo—. ¿Qué es lo que has visto?—Papá, la mocosa tiene una apariencia hermosa. Es exac
¿Era una locura visitar a Frederik incluso sabiendo que Alice Dupont rondaba por la mansión? Lo era, pero allí estaba Marlote, caminando rumbo al escondite secreto del menor de la casa. De eso se trataba la vida, ¿no? De tomar riesgos y enfrentar temores a cambio de obtener posibles resultados.Claro, no era la única que se dirigía a ese lugar, ya que desde las sombras podía verse una segunda silueta a través de la oscuridad, una que seguía de cerca cada paso que Marlote daba con rumbo al bunker secreto del pelinegro. Alice no permitiría que una simple muchacha de mantenimiento obtuviera algo que ella se esforzaba por lograr. Quizá Marlote se dirigía con destino a su propia perdición, ¿pero que podría saber una pobre chica que se había caído presa de las garras del amor?Un siseo, un simple siseo hizo que la pelirroja se det
La tenue luz de los candelabros perfectamente posiciones iluminaba ligeramente la habitación en la que un único ser se encontraba, sentado detrás de su escritorio jugueteando con su pluma mientras parecía aguardar algo… o a alguien. Sus dedos siendo tamborileados en el mueble de madera y las piernas cruzadas con la elegancia que le caracterizaba mientras su mirada continuaba fija en la única puerta que daba acceso a ese lugar. ¿Le habían dejado plantado?Frederik no estaba acostumbrado a ser abandonado o quedar solo en una cita cuando, en su lugar, las damas hacían filas para obtener una cita con tan apuesto y refinado caballero. ¿Por qué Marlote, una simple chica de mantenimiento estaba rechazando una oportunidad de verse con alguien como él? Definitivamente no era posible para el pelinegro comprenderlo. En su lugar sentía que algo de gran peso le estaba impidiendo acerca