14/02/2018
Emely abre los ojos lentamente, sintiendo como los rayos de sol que se cuelan por la ventana dan directamente en su rostro. Suelta un ligero bostezo, mientras se remueve en la cama, rozando su mejilla contra la suave y cálida piel de la persona que se encuentra recostada a su lado. Alza la mirada para ver, embelesada, el rostro dormido de Matt, quien mantiene los brazos alrededor de su cuerpo en un agarre firme.
Esboza una pequeña sonrisa, y cierra los ojos tratando de conciliar el sueño, pero entonces los abre
Al caer la tarde, Emely espera con ansias el regreso de su familia. Desea poder contarles sobre el señor Gray, aunque se siente algo nerviosa por el hecho de no saber que responder en caso de que su padre le pregunte cómo lo obtuvo. Supone que a él no le hará gracia saber que fue Elliot quien se lo obsequió, no después de todo lo malo que hizo, y peor aún, que ella lo haya aceptado sin reproche. Teme que eso lo haga molestarse, ya que no ha visto a su padre enojado desde diciembre.Tuerce un poco la boca mientras se observa frente al espejo, sus mejillas siguen sonrojadas aun despu
El niño de ojos bicolor permanece sentado en la arena del parque. El día se encuentra nublado y parece que en cualquier momento comenzará a llover. El menor mantiene el ceño fruncido, y en sus labios un puchero con una expresión de disgusto, mientras observa en dirección a la banca en la que se supone debe estar su niñera; pero ésta brilla por su ausencia.—Elliot, hola. —escucha una suave voz infantil, y al alzar la mirada se topa con la niña castaña de ojos color esmeralda. Emely avanza a pasos rápidos a través del pasillo de paredes blancas sintiendo cómo, de los nervios, sus piernas flaquean a cada paso que da. Su padre y Matty, quien se encontraba despierto e insistió hasta el cansancio en acompañarlos tras escuchar lo del accidente, caminan junto a ella, tratando de llegar lo más pronto posible al lugar en donde podrán darles información sobre los chicos.¿Qué fue lo que pasó? Por más vueltas que le da en su cabeza, no llega a una conclusión exacta sobre lo que pudo haber ocurrido, Matt siemprCapítulo 32
Es el tercer día consecutivo en el que Emely permanece sin salir de su habitación, está castigada, al igual que el pobre Matty, y no siente ánimos de salir a convivir con su familia. No hace más que estar acostada en la cama, llorando todo el día con el celular en la mano, leyendo una y otra vez todos los mensajes que Matt había enviado, ignorando que el teléfono se encontraba extraviado.Ahora que lo analiza, puede verlo todo con mucha claridad. Esas pastillas ya no tenían el mismo efecto en ella; el cansancio, sus alucinaciones, las pesadillas… la niña… ¡todo aquello apareció en su vida una vez que dejó el psiquiátrico y comenzó a consumir
Han pasado dos días, y como en los anteriores, Emely observa fijamente el exterior, a través de la ventana de la sala de estar, esperando pacientemente a ver el auto de sus vecinos, con la esperanza de poder ver a Matt llegar en bien a su casa.Su familia no se encuentra, lo que significa que podría salir sin recibir una reprensión, y de no ser por la orden de restricción que las madres de Matt le han puesto, figuradamente, ella se encontraría de pie frente a la casa de éstos, esperándolo con los brazos abiertos.Cuando el momento tan esperado llega, se incorpora en la silla hasta quedar de rodillas si
Emely observa con terror y dolor como el rostro de su hermano se torna rojo, a causa del llanto, mientras éste mantiene sus ojos puestos en ella y niega con la cabeza, negándose a creer lo que le ha dicho. Desesperada, gira el rostro en dirección a su padre, quien observa con angustia al menor, y en un intento por apaciguar las cosas, decide intervenir.—Matty, lo que tú madre dijo…—Lo que yo dije, ¿qué? —contesta Eleanor, saliendo de la casa junto a sus otras dos hijas, quienes también tienen lágrimas rodando s
¿Aún es de noche? ¿o ya ha amanecido? Ella no lo sabe. Ha perdido la noción del tiempo. Abre los ojos lentamente, sus párpados le pesan y siente como si alguien taladrara su cabeza. Al despertar por completo, se da cuenta de que aún no amanece, gira su rostro hacia la mesa de noche junto a su cama, y observa la hora en el despertador, aún son las tres de la madrugada. El tiempo ha pasado tan lento desde que volvió a casa a la una de la madrugada, con la respiración agitada y su cuerpo bañado en sudor luego de correr sin parar.Suspira profundo y se gira en la cama, mientras aparta el cabello de su rostro, húmedo por el sudor. Se incorpora hasta quedar sentada y masajea su sien dere
Emely abre los ojos lentamente, mientras se incorpora en la cama. Está oscuro, pero, aun así, puede notar que se encuentra en su habitación, por la ubicación de la ventana y la puerta del baño. Frunce ceño en confusión, ¿qué ha pasado? ¿Cómo llegó ahí? ¿Dónde están sus hermanas?Amplía los ojos cuando recuerda lo último que pasó antes de que quedara inconsciente. Con mucha prisa sale de la cama, y corre hacia la puerta para salir de ahí, y es cuando se da cuenta de que todo en esa casa se siente extraño, incluso ella. No se siente como sí misma. En el pasillo cercano a las gradas hay una luz encendida, ladea un poco la cabeza