Capítulo 33

Es el tercer día consecutivo en el que Emely permanece sin salir de su habitación, está castigada, al igual que el pobre Matty, y no siente ánimos de salir a convivir con su familia. No hace más que estar acostada en la cama, llorando todo el día con el celular en la mano, leyendo una y otra vez todos los mensajes que Matt había enviado, ignorando que el teléfono se encontraba extraviado.

Ahora que lo analiza, puede verlo todo con mucha claridad. Esas pastillas ya no tenían el mismo efecto en ella; el cansancio, sus alucinaciones, las pesadillas… la niña… ¡todo aquello apareció en su vida una vez que dejó el psiquiátrico y comenzó a consumir

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