Capítulo 31

El niño de ojos bicolor permanece sentado en la arena del parque. El día se encuentra nublado y parece que en cualquier momento comenzará a llover. El menor mantiene el ceño fruncido, y en sus labios un puchero con una expresión de disgusto, mientras observa en dirección a la banca en la que se supone debe estar su niñera; pero ésta brilla por su ausencia.

—Elliot, hola. —escucha una suave voz infantil, y al alzar la mirada se topa con la niña castaña de ojos color esmeralda.

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