Aiden.No tenía más opción que mantener lo que ya consideraba mío en un sitio seguro. Tan solo ver la posibilidad de que algo lo dañase me generaba un piquete doloroso en el pecho. Era extraño, puesto que nunca me vi siendo un sentimental, aunque aquello se trataba más que simples sentimientos. Ganaba casos, todo el tiempo. Para ello me preparaba por días enteros. Tal como sucedió con el caso de la chica que por defenderse de un par de niñas caprichosas que disfrutaban el dolor ajeno se convirtieron en su verdugo por meses, hasta que finalmente ella se cansó y por defenderse empujó a una de ellas, con tan mala suerte que la chica entró en coma. Con cámaras de vigilancia y testigos, al fin pude demostrar que no fue algo premeditado. Verla llorando en brazos de su padre por estar en libertad me era suficiente para saber cuál mentía, y ella era inocente. Me agradeció con un abrazo que no pude devolver, solo asentí dejando que se alejara sola. Saliendo del juzgado, tuve que ir al despa
Aiden__ Nadie va a sacar a nadie de aquí. - sentenció Aiden con voz clara. - Isabella está aquí porque así lo decido y ninguno tiene que meterse en ello. __ Es mejor que me vaya...__ Siéntate. - señala donde estaba antes. __ Lo lamento. No puedo quedarme en un sitio del cual no soy dueña ni tengo nada que hacer más que estobar. - determiné. Tenía claro que no era más que una intrusa en la vida de ambos. Lo que pasó esa noche no fue más que una decisión incierta que nos llevó a estar en una situación mucho peor, aún así no me arrepentía de nada. Mi hijo era lo mejor que pude haber recibido después de tener una vida llena de culpas, dolencias y tristezas. Caminé hasta el dormitorio con destino a mi maleta, la cual aún seguía en el mismo lugar. No asímilaba aún que viviría con alguien más y estaba en lo correcto al pensar en salir de ese sitio lo más pronto posible. Causaría problemas y odiaba la sola idea. __ No quiero ser injusta. - oí decir a Christina, en tono decisivo. - Me p
IsabellaSus manos aprisionaron mi cintura, me elevó sin mayor esfuerzo dando un apretón que me robó un gemido desde la garganta. Me dedos se aferraron a su camisa dejando que su lengua se abriera paso en mi cavidad.Bajó hasta mi trasero ahuecando mis muslos para subirme a su caderas en lo que el beso subió de tono. Atrapó el nacimiento de mi cabello llegando a mi barbilla que rastrilló con los dientes, al mismo tiempo que los cordones de la parte frontal en mi vestido fueron soltados. Perdida en ese deseo de volver a sentir el mismo placer me dejé llevar por tan majestuoso éxtasis. Bajó a mi busto hincando sus dientes en uno de ellos hasta que el chillido de mi boca lo detuvo para besar con suavidad calmando el dolor tan delicioso que estaba experimentando. Presionó su pelvis contra mí entrepierna al punto de hacerme notar el bulto que creció en sus pantalones. Dos golpes en la puerta nos hizo deternos de golpe. Sentía mis labios cosquilleando. Apenas podía respirar y mis piernas
Aiden__ Estás bromeando. - dijo Isabella con una gran sonrisa en el rostro. - Prácticamente dijimos que queríamos tener una vida alejada del otro después de ser los padres de este bebé y ¿Ahora me está invitando a cenar? Ladeé la boca. Con despreocupación rodeé su sitio hasta quedar a su espalda. __ Tómalo como una cena para conocernos mejor. - dije sin ahondar en nada.Se dio media vuelta y me miró sin cambiar el gesto atónito que tenía. Hasta a mí se me hizo extraño lo que estaba haciendo pero llegué a una conclusión. No podía simplemente ignorarla cuando estuviera cerca del niño o tratarla como un simple vientre en alquiler que me hizo padre. No me sentía capaz de llevar esto a buen término, pero iba a intentarlo. Además sería la primera vez en años que no tenía una cena con alguien que no fuera socio o cliente. __ Entonces ¿Acepta o no? - pregunté mirando al chico que vi en casa de Dolly la noche de la fiesta. Era su amigo según lo que sé. - ¿O tiene algo más que hacer? Miró
Isabella¿Que estaba haciendo? ¿porqué permitía que mi jefe me acercara más a su cuerpo frente a Dustin? En verdad lo estaba disfrutando, pero me valió nada si después me lo reprochaba a mí misma. Sentí calidez en su toque y calma en una persona que tenía todo menos paz para su entorno. __ ¿Que haces aquí, D'angelo? - preguntó en dirección a mi jefe. - ¿Que haces con mi esposa? __ Lo que se hace por las noches en una casa. - contestó Aiden siendo un completo sarcástico. -¿O no lo hacías tú? Bueno, al ser una mujer soltera me invitó a hacerlo con ella y no pude negarme.__ Isabella. - me vio con perplejidad. __ Sí, la cena que prepara es una exquisitez. - alabó aclarando su embrollo de dicho paso - Quien no ha probado las artes culinarias y manuales de Isabella se pierde de una maravilla del mundo. Me sonrojé con sus palabras y por poco me reí de la mirada atónita de Dustin. Lo estaba provocando con simples frases en doble sentido, por las cuales debí sentirme ofendida, más solo c
IsabellaCon mi hermano todo el fin de semana, tuve que hacerlo ayudar en la limpieza del sitio donde se quedaría. Aún con esa actitud alocada no se negó aún cuando prácticamente tuvo que remover los muebles él mismo. Llegado el lunes, ambos nos dirigimos al bufete con la mejor actitud, aún sin saber que tan positiva sería la respuesta. Pero eso no nos detuvo al cruzar las puertas del elevador. Le indiqué que se quedase en una silla, duró unos minutos luego aburrió de verme ordenando mi lugar y el escritorio de Aiden separandose para recorrer el piso. Ya que un no era hora que llegara, no le reproché tal cosa. Arrugué la cara con el café de nuevo, dudaba que estos meses no me delataran pero por ellos trataba de no estar por tanto tiempo cerca de este, concentrándome en lo demás. __ ¡Buenos días, Isabella! - saludó desde mi espalda el hombre que con solo su presencia alteró mis latidos. No podía hacer eso o al menos no tan notablemente. __ Buenos días, señor. - dije con profesional
Aiden.__ ¿Alguno va a hablar? - me cansé de preguntar. Tanto mi padre como Isabella continuaron en silencio haciendo que me exaspere. - ¿Estás bien? ¿Te sientes mal? La preocupación porque fuera a causa de algo relacionado a su embarazo me hizo preguntar por ello. Negó.__ Ella está bien. Pero con quién necesito hablar es contigo. - dijo Gaspar. El hombre de casi sesenta me miró con severidad. Sabía porque de su visita. Había terminado mi reunión antes de tiempo por un asunto familiar de mi cliente, así que al regresar Lucía me dijo sobre el enojo que tenía mi padre al saber sobre el embarazo de Isabella. Lexi le dijo su versión y por experiencia comprendía perfectamente que no sería nada bueno. Pero era algo que no podía posponer. Iba a tener un hijo y de malas a quien no le gustara. __ ¿Segura que estás bien? - insistí con mi asistente. Sus ojos mostraron sensibilidad. Me mintió. __ Todo bien, señor. - retrocedió un paso. - ¿Les sirvo café, agua o algo más? __ Nada por ahora.
AidenPocas veces me quedaba en casa de mi madre, por no decir que nunca. Me gustó siempre mantener mi privacidad, pero quería hablar con todos y por las caras que tenían se podía saber que no esperaban tal cosa. Pero estaba decidido. Aunque era cambiar planes ya trazados, tampoco era como que podía hacer un estructurado plan. Lexi volvió a enviar mensajes con sus exigencias, dañándome el genio al decirme que por la mañana me enviaría el color de su vestido para que llevara una corbata igual a la gala que daría mi padre y el suyo. __ ¿Casarte? - preguntó Christina atónita. - Creí haberte escuchado decir que eso no estaba en tus planes. Al menos no inmediatos. __ De seguro la mujer esa se la arregló para convencerte. - dijo Lucía on desagrado. - Lo siento porque será tu esposa, pero nunca me caerá bien. Es una piedra en el culo y no voy a ser parte de tu condena. __ Lucía. - regañó nuestra madre.__ Solo digo lo que pienso. Por si no se acuerdan, me acusó frente a todos de perder al