Isabella¿Que estaba haciendo? ¿porqué permitía que mi jefe me acercara más a su cuerpo frente a Dustin? En verdad lo estaba disfrutando, pero me valió nada si después me lo reprochaba a mí misma. Sentí calidez en su toque y calma en una persona que tenía todo menos paz para su entorno. __ ¿Que haces aquí, D'angelo? - preguntó en dirección a mi jefe. - ¿Que haces con mi esposa? __ Lo que se hace por las noches en una casa. - contestó Aiden siendo un completo sarcástico. -¿O no lo hacías tú? Bueno, al ser una mujer soltera me invitó a hacerlo con ella y no pude negarme.__ Isabella. - me vio con perplejidad. __ Sí, la cena que prepara es una exquisitez. - alabó aclarando su embrollo de dicho paso - Quien no ha probado las artes culinarias y manuales de Isabella se pierde de una maravilla del mundo. Me sonrojé con sus palabras y por poco me reí de la mirada atónita de Dustin. Lo estaba provocando con simples frases en doble sentido, por las cuales debí sentirme ofendida, más solo c
IsabellaCon mi hermano todo el fin de semana, tuve que hacerlo ayudar en la limpieza del sitio donde se quedaría. Aún con esa actitud alocada no se negó aún cuando prácticamente tuvo que remover los muebles él mismo. Llegado el lunes, ambos nos dirigimos al bufete con la mejor actitud, aún sin saber que tan positiva sería la respuesta. Pero eso no nos detuvo al cruzar las puertas del elevador. Le indiqué que se quedase en una silla, duró unos minutos luego aburrió de verme ordenando mi lugar y el escritorio de Aiden separandose para recorrer el piso. Ya que un no era hora que llegara, no le reproché tal cosa. Arrugué la cara con el café de nuevo, dudaba que estos meses no me delataran pero por ellos trataba de no estar por tanto tiempo cerca de este, concentrándome en lo demás. __ ¡Buenos días, Isabella! - saludó desde mi espalda el hombre que con solo su presencia alteró mis latidos. No podía hacer eso o al menos no tan notablemente. __ Buenos días, señor. - dije con profesional
Aiden.__ ¿Alguno va a hablar? - me cansé de preguntar. Tanto mi padre como Isabella continuaron en silencio haciendo que me exaspere. - ¿Estás bien? ¿Te sientes mal? La preocupación porque fuera a causa de algo relacionado a su embarazo me hizo preguntar por ello. Negó.__ Ella está bien. Pero con quién necesito hablar es contigo. - dijo Gaspar. El hombre de casi sesenta me miró con severidad. Sabía porque de su visita. Había terminado mi reunión antes de tiempo por un asunto familiar de mi cliente, así que al regresar Lucía me dijo sobre el enojo que tenía mi padre al saber sobre el embarazo de Isabella. Lexi le dijo su versión y por experiencia comprendía perfectamente que no sería nada bueno. Pero era algo que no podía posponer. Iba a tener un hijo y de malas a quien no le gustara. __ ¿Segura que estás bien? - insistí con mi asistente. Sus ojos mostraron sensibilidad. Me mintió. __ Todo bien, señor. - retrocedió un paso. - ¿Les sirvo café, agua o algo más? __ Nada por ahora.
AidenPocas veces me quedaba en casa de mi madre, por no decir que nunca. Me gustó siempre mantener mi privacidad, pero quería hablar con todos y por las caras que tenían se podía saber que no esperaban tal cosa. Pero estaba decidido. Aunque era cambiar planes ya trazados, tampoco era como que podía hacer un estructurado plan. Lexi volvió a enviar mensajes con sus exigencias, dañándome el genio al decirme que por la mañana me enviaría el color de su vestido para que llevara una corbata igual a la gala que daría mi padre y el suyo. __ ¿Casarte? - preguntó Christina atónita. - Creí haberte escuchado decir que eso no estaba en tus planes. Al menos no inmediatos. __ De seguro la mujer esa se la arregló para convencerte. - dijo Lucía on desagrado. - Lo siento porque será tu esposa, pero nunca me caerá bien. Es una piedra en el culo y no voy a ser parte de tu condena. __ Lucía. - regañó nuestra madre.__ Solo digo lo que pienso. Por si no se acuerdan, me acusó frente a todos de perder al
Aiden__ ¿Que fue eso? - reclamó llegando a un salón más privado. Isabella no o tenía idea de como afrontar lo que estaba pasando. Todo era increíble y cuanto más lo pensaba, menos sentido le encontré. __ ¿De qué se trata tu burla? - cuestionó Lexi en la misma actitud. - Me dejaste en ridículo allá afuera. Todos están hablando que le diste mi anillo a una desconocida. ¡A tu amante!__ ¡Yo no soy su amante! Ni siquiera sabía de todo esto.__ Entonces ¿Porqué aceptaste? - se va contra ella. __ Lexi, vete de aquí. Esto nos corresponde a Isabella y a mí. - dije harto de su pelea. __ Me compete también. A quien humillaste fue a mí por si no lo recuerdas. - me da un golpe en el pecho. Sostengo su mano para impedir que me dé en la cara. - No tenías ningún derecho a hacer esto. __ Tengo todo el derecho de decidir con quién me voy a casar. No voy a caer en tus chantajes porque juguete de nadie soy y menos de una caprichosa como tú. - dejé en claro para sacarla del brazo. __ Yo tampoco soy
Isabella.__ No hagas nada. - pedí caminando atrás de Aiden, pero este parecía decidido a hacer algo que aunque no sabía, comprendí que no era algo bueno. Todo su lenguaje corporal lo gritaba. Sus pasos eran fuertes y largos. Sus hombros estaban tensos y su mandíbula la apretó con toda la intención.__ Déjalo. Él sabe cómo hacer las cosas. - dijo Camila deteniendome. - Si no has conocido al abogado frío y sin escrúpulos, lo harás ahora. __ Pero no quiero que nadie salga perjudicado. Lexi tuvo razón en venir a reclamar todo. - menos mal que Prince regresaba hasta el día siguiente, si no también vería a un Aiden furioso elevando la voz para que todos se reunieran. __ Si no empiezas a comportarte como la prometida de Aiden D'angelo no te respetarán. - mencionó. - Aquí eres tú o ellos y dudo mucho que te dejes pisotear tanto. No dejaría que pasaran sobre mí, eso no lo discutiría. Nadie podría pensar en dejarse humillar, pero de eso a cruzar límites había diferencias marcadas. __ Si es
Isabella.No me había vuelto a decir algo relacionado a la boda desde esa noche. Parecía que quería evitar mencionarlo cuando teníamos una conversación más personal. No se acercó tanto como otra veces y tampoco permitió que yo lo hiciera en la oficina. Se portó distante por dos días enteros. Evadiendo mi mirada y yéndose antes de la hora del trabajo. Al tercer día asistió al juzgado con la primera audiencia del hombre que acusaban de malversación de fondos. Se veía tenso cuando regresó en la tarde, le pidió a Camila todos los datos relacionados a la compañía afectada para encerrarse por horas. Cuando George, su amigo llegó soltó lo que leía. Riendo de lo que el otro le dijo por un instante antes de verme. Aparté la vista, a sabiendas de como estaban las cosas entre los dos. __ Lo curiosa te lo paso, lo chismosa ya es pecado. - susurró Prince en mi oreja. Me levanté de golpe de donde estaba sentada. Pues no quería interrumpir la reunión de amigos. - ¿Solo porque es tu prometido, qui
Isabella. __ ¿No vas a saludar a tu madre, hijo? - dijo en dirección de Prince. Este me miró por un segundo y con un leve toque me recordó que volviera a la realidad. ¿Que debía hacer? Ya no podía quedarme callada, era mi oportunidad de decirle todo y ver que tanto odiaría mi próximamente vida. De seguro me echaría en cara muchas cosas, solo en eso podía pensar. Era de esas mujeres que quieren mantener el control de todo, y saber que su hija se divorció porque "no supe mantener a mi lado a mi esposo" iba a ser mi condena para que me odiara más de lo que seguramente ya lo hacía. __ ¿Que haces aquí, mamá? - pregunté un tanto nerviosa cuando ellos dos se separaron. - No nos avisaste que vendrías.__ ¿Porqué tendría que avisar si decido venir a ver a mis hijos? - soltó con determinación. - Gracias por dejarme esperar en tu casa, muchacho. Billy asintió solamente despidiéndose de mí. De seguro lo incomodó con preguntas, como cada vez que llegaba a un lugar nuevo, ese bombardeo no falt