Isabella.No me había vuelto a decir algo relacionado a la boda desde esa noche. Parecía que quería evitar mencionarlo cuando teníamos una conversación más personal. No se acercó tanto como otra veces y tampoco permitió que yo lo hiciera en la oficina. Se portó distante por dos días enteros. Evadiendo mi mirada y yéndose antes de la hora del trabajo. Al tercer día asistió al juzgado con la primera audiencia del hombre que acusaban de malversación de fondos. Se veía tenso cuando regresó en la tarde, le pidió a Camila todos los datos relacionados a la compañía afectada para encerrarse por horas. Cuando George, su amigo llegó soltó lo que leía. Riendo de lo que el otro le dijo por un instante antes de verme. Aparté la vista, a sabiendas de como estaban las cosas entre los dos. __ Lo curiosa te lo paso, lo chismosa ya es pecado. - susurró Prince en mi oreja. Me levanté de golpe de donde estaba sentada. Pues no quería interrumpir la reunión de amigos. - ¿Solo porque es tu prometido, qui
Isabella. __ ¿No vas a saludar a tu madre, hijo? - dijo en dirección de Prince. Este me miró por un segundo y con un leve toque me recordó que volviera a la realidad. ¿Que debía hacer? Ya no podía quedarme callada, era mi oportunidad de decirle todo y ver que tanto odiaría mi próximamente vida. De seguro me echaría en cara muchas cosas, solo en eso podía pensar. Era de esas mujeres que quieren mantener el control de todo, y saber que su hija se divorció porque "no supe mantener a mi lado a mi esposo" iba a ser mi condena para que me odiara más de lo que seguramente ya lo hacía. __ ¿Que haces aquí, mamá? - pregunté un tanto nerviosa cuando ellos dos se separaron. - No nos avisaste que vendrías.__ ¿Porqué tendría que avisar si decido venir a ver a mis hijos? - soltó con determinación. - Gracias por dejarme esperar en tu casa, muchacho. Billy asintió solamente despidiéndose de mí. De seguro lo incomodó con preguntas, como cada vez que llegaba a un lugar nuevo, ese bombardeo no falt
Aiden.Sus labios seguían sobre mi boca. Mis manos retiraron su blusa dejando al descubierto su piel en lo que estaba arriba de su cuerpo, recorriendo su barbilla al tiempo que Isabella quitó mi camisa dejándome con el mero pantalón. __ No sabes cuándo esperé por esto. - admití prendido de su boca. Tenía un dolor peculiar en mi entrepierna que no mermaba. Todo de mí exigía que no me detuviera, lo quería. Sus piernas me aprisionaron al cerrarse en mi espalda y eso bastó para saber que también lo quería. La falda nos daba un buen acceso, pero quería ver más, quitándola de su cuerpo para verla completamente desnuda esperando por mí. Las bragas le cubrían el coño que vi sobre la tela destilando humedad. Me sentí hambriento de solo verla y más cuando al darle una palmada, levantó el culo dejando ver cuán necesitada de mi estaba como yo de ella. __ No pienso ser sutil, Isabella. - susurré cerca de su boca. - Así que si no puedes con eso, dime que me detenga. __ No quiero que te conteng
Aiden. No era muy común que hiciera de comediante, pero Isabella tenía algo que no muchos. Le veía lo bueno a todo. Su risa nunca faltaba, inclusive cuando el auto se averió y tuvimos que esperar por dos horas a la grúa.Caminamos entre el gentío, ella con su churro en las manos mientras le sostenía la soda que acompañaba. Sonreía por todo, hasta creí que me daría un calambre de tanto hacerlo. Sin embargo, era interesante. La volteé a ver y ahí estaba, perdida en sus pensamientos y con una sonrisa gigante en el rostro.__ Parece que te comiste un payaso. - me golpeó el hombro. __ Estoy...feliz. no cuesta nada entenderlo. - exclamó. - Y aunque parezca increíble, la razón soy yo. __ ¿Ah sí? - me detuve.__ Piensa en esto. Estoy en un sitio alejado de todos. Con mi hijo, el padre de este, que sigue cayendo mal pero con una comida deliciosa en mis manos y sin preocuparme por qué alguien me apresure. Soy feliz. - repitió. - Ni yo me lo creo.__ ¿Porqué? - la pregunta no requería su res
__ Vas a renunciar hoy mismo. - dijo mi madre cuando entramos a la casa. Todo el camino discutiendo por lo mismo y aún no se cansa. __ Por favor, mamá. No pretendas que te falte el respeto para tener motivos de golpearme de nuevo, no lo voy a permitir mi aunque los tengas. No estoy para tus cosas. - contesté. - Tengo un trabajo y estoy bien así.__ No me evadas, Isabella. Si quiero hablar es porque quiero arreglar esto. - insistió. - Tu vida es un desastre absoluto. No tienes un control sobre ella como deberías y para cómo vas, de seguro estarás arruinandola por completo en poco tiempo. __ Tus buenos deseos son bienvenidos. - solté con ironía. __ No me mires así. Sabes que tengo razón. Si no pones orden en tu vida, dentro de unos días estarás teniendo una anulación de matrimonio, pero si hablas con Dustin...__ ¿Seguirás en lo mismo? No voy a escuchar sandeces, mamá. Ten un buen día.Repitió mi nombre hasta que se cansó, pero no la escuché más. Era injusto que la dejara controlar m
Aiden.__ Lo está engañando, señor. Con el recién llegado se ven a escondidas y se toman de las manos. - comunicó Maribel. - Hasta se van juntos del trabajo y hace unas horas la llevó en brazos. No podía creer lo vi y escuché. Isabella estaba en brazos de alguien en una fotografía, mientras en otras con una cercanía que se notaba muy bien. __ ¿Como llegaron a esta conclusión? - increpó Isabela tomando las fotos. __ No te hagas. Ni siquiera lo escondes. Se besan cada vez que se ven en la empresa y aún tienes el descaro de decir que te ofendes con que digamos que sostienes relaciones amorosas con alguien más que el jefe. - completó Leticia. - Tú puedes corroborarlo. Señalando al hermano de Isabella acusaron con viva voz.__ ¿Nos fotografiaron? - cuestionó este con diversión. - Al menos tomaron mi buen ángulo.__ Se lo dije, señor. Ella...__ No puedo creer esto de verdad. - dije al observar las fotografías. Todas son en la entrada del edificio, a la salida. Celebraron entre ellas mi
IsabellaEstaba temblando, con un sudor extraño en mis manos y la piel en mi cara muy fría. Lucía me colocó el velo, no sabía que tan común era que en un segundo matrimonio llevara uno, pero lo iba a usar. Christina me entregó los zapatos que calcé sintiendo que caería en el segundo siguiente. Era irreal lo que estaba pasando. __ Estás hermosa. - aludió Lucía. - Aiden se irá para atrás cuando te vea.__ Quedará enamorado.__ Saben porqué hacemos esto. - corregí. - No es por amor, es por nuestro hijo que necesita...__ Sus bocas pueden decir lo que quieran, pero sus miradas no mienten y todos lo hemos notado. - dijo Lucía. - Ahora sonríe y no guardes tu ilusión por vivir este momento. Disfrútalo, Isa. Eres la novia más hermosa que hemos visto.Dediqué una sonrisa gigante sintiendo una emoción arrasadora surgir dentro de mi pecho. ¿Estaba feliz? claro que lo estaba. Era una mujer que al verse al espejo tuvo impulso de gritar cuan emocionada se sentía. __ Es la joya de la familia. - d
Aiden.Estaba sufriendo y pensando en todo el placer que las paredes apretadas de Isabella me estaban brindando a la vez. Sus ojos apenas se habían abierto, pero al hacerle ver que una inexistente noche de bodas me tenía molesto. Quería volver a sentir como me ahogaba entre gemidos y no se resistió a sus instintos tampoco. Dejando que sus piernas me aprisionaran, en tanto mi pelvis atropellaba su coño con intensidad. Estaba al borde y ella ya se había corrido. Con los latigazos de éxtasis no podía concentrarme en nada, ni siquiera en la puerta que avisaban sobre el desayuno. Solo arremetiendo con mi miembro que salía bañado de sus jugos para darme mayor facilidad para volver a entrar. __ Joder, Isabella. - jadeé contra su cuello. Chupando la piel en tanto se corrió de nuevo, dando apretones alrededor de mi polla que se sacudió para llenarla de todo el derrame que me puso a sudar. Nada me saciaba, no había nada en lo que pudiera pensar que no fuera estar con al menos una parte de mi