Capítulo 58

Aiden.

¿Como lo hizo?

Esa fue la pregunta que más retumbó en mi cabeza. El porqué lo tenía claro a medida que llegué al nicho que preparé solo para ella. Se suponía que era muy vigilado y no entraría nadie a ese lugar a menos que fuera por la puerta de enfrente y el vigilante aseguró no haber visto nada. Aunque no confié en él.

No confiaba en nadie.

__ La ventana está cortada. - dijo el tipo. - Por eso no escuché cristales rompiéndose. Lo cortaron con algún objeto para no hacer ruido.

Abrió y entré solo para ver la lápida rota, el apellido de soltera de mi madre fue el que puse cuando la trasladé y saña era lo que se veía en esta. Odiaba el apellido, diciendo que siempre debía cargar el suyo.

Burckhardt. Un apellido que quise enterrar y cambié por D'angelo cuando me lo propusieron. No quise conservar nada de él, en cambio sí con el de mi madre. Por su gusto de tener ese terreno extenso pagué el precio elevado que pidieron cuando busqué a su dueño.

Pero ese tipo había tocado a mí
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