Aiden.__ Empresario Noah Betancourt se abocó a una institución carcelaria está mañana alegando que fue obligado a salir de ese sitio por el otro reo. - decía la reportera, siendo un tema de debate lo que se formó en tanto Tej me miró desde su lugar con la misma incredulidad que yo.- Declaró no tener conocimiento de donde se encontraba hasta que pudo escapar de su encierro para cumplir con el juicio que quería fuera lo más justo posible. __ Estoy pidiendo una entrevista con el tipo, pero aún ni su abogado puede verlo. - avisó mi amigo. __ De seguro fue el primero con quién se reunió. - alegó George. __ Eso ni discutirlo. Ese tipo no se mueve si no tiene a veinte abogados encima. Quizá les pareció conveniente hacerse pasar por alguien obligado que un prófugo por voluntad propia. - estaba de acuerdo con ellos. Noah siempre se fijó en cada paso. No era la persona que no veía a futuro algún error, lo hacía y ya tenía preparada respuestas en caso de fallar. Así se movía. Nada era accide
Aiden.Mi pecho retumbó en mis oídos en tanto me dispuse a llamar a mi padre, yendo en el auto junto a Jet, el cual aceleraba cada vez que podía. Ninguna respuesta obtuve. Intenté una vez más obligándonos a detenernos debido al intenso tráfico que había al frente. Jet apresuró con la bocina a todos, quiénes estaban igual de desesperados al parecer.__ ¿Aiden? - dijo mi padre contestando al fin. __ ¿En donde estás? - fue lo primero que respondí. __ En la oficina. Tuve que venir a firmar unos papeles..- un alivio gigante me cubrió. Solté un suspiro que me relajó. - ¿Porqué que ocurre? __ ¿Tienes seguridad contigo? - indagué en cambio. El embotellamiento comenzó a moverse, lento pero aumentando su avance. __ Dos vigilantes. Como se acordó. - alguien le habló en el fondo, este le respondió para luego regresar a la llamada. - Ninguno sale sin seguridad. Ni siquiera tu madre que quiso pintar un poco esta tarde.Mis latidos se volvieron lentos y fuertes. Impactando contra mí caja toráci
Isabella.__ ¿Me dirás qué ocurre? - pregunté en dirección a Tej, el cual traía las cosas de mi bebé al entrar a la casa. - No entiendo aún porqué Aiden te pidió ir por mí. ¿seguro que se encuentra bien? __ El está bien... físicamente. - me dijo entregando las cosas a Lily. - Solo no quiere que estés sola mientras él llega. __ Pero dime qué pasa. Así me puedo calmar y no pensar que me ocultas que está herido. Si es eso, por favor, dímelo. - supliqué abrazada a mi hijo. - Tej, es mi esposo. Si no sé, con certeza qué está bien, me voy a volver loca. __ Él está bien. Aiden desea protegerlos para que nadie les haga daño. Confía en él. __ Claro que lo hago, pero no puedo dejar de pensar que me ocultas algo. - mecí a Arthur en mis brazos. Los guardaespaldas se quedaron unos pasos atrás, sin salir de la casa, mientras los demás se mantuvieron alerta. Eso era otro punto el cual avisó sobre algo que no estaba bien. - Eres malo para mentir, Tej. Entiendo que quieras ayudar, pero tengo derec
Aiden.Nunca avalaría la violencia en quien no se lo merecen o en aquellos ajenos al problema principal, como es el caso de un periodista que solo busca una nota para ser participe de la ola de encantados que surgió desde que Noah se presentó a la fiscalía por pies propios. Pero el sujeto me ha venido siguiendo todos los días anteriores, sumando una semana entera en la cual lo he tenido día y noche atrás de mí, con sus preguntas y fotografías impertinentes sobre el reciente viaje de mi esposa, investigando hasta mi adopción al saberse en los medios del ataque de Christina. __ Solo quiero una declaración del hombre que une la serie de desgracias que se ha venido dando este tiempo. - insistió caminando al mismo tiempo que yo en mi entrada al juzgado. - Se dice que su compromiso con la señorita Betancourt se vio opacado por su matrimonio abrupto con su ahora esposa. ¿Es verdad que solo se trató de un acuerdo? ¿Que clase de mujeres aceptan ese tipo de contratos? Ignorar no funciona muc
Aiden.Sin perder tiempo entramos al edificio, una salón extenso en el cual se celebraba la jubilación de un hombre que ni siquiera conocía, pero que Jerónimo sí porque de otra manera no estaría en este sitio.Lo sentí de ese modo, todos con copas en las manos mientras nosotros entramos con varios oficiales preguntando por el festejado. __ Con su hijo en aquella mesa. - señaló uno de los meseros. El detective avanzó entre los invitados a ese lugar, pero solo estaba un hombre hablando con una mujer. __ ¿Usted es el hijo del juez Santana? - cuestionó Roquefort. El asintió - ¿Donde está él? __ Se fue para el baño hace un par de minutos. - declaró señalando con su pulgar hacia su espalda.Todo era una carrera contra el tiempo. Entre tantos que se metían en el camino a medida que pasamos enmedio de grupos que reían sin saber que el festejado estaba entre los objetivos de un asesino.Abrió la puerta para encontrar al juez de pie, lavando sus manos frente al espejo.Soltó un suspiro alivi
Aiden__ No tengo nada que hacer aquí. Todo lo que digan es mentira. - se quejó la mujer que lucía de alguna manera más desafiante. Se tuvo que sentar en la silla que pusieron atrás suyo, en lo que observé desde atrás del cristal. - ¿No sabe quién es mi padre? Cuando se entere de esto...__ No está en condiciones de amenazar, mucho menos a un elemento de la ley, señorita Betancourt. - la centró Roquefort. - Con un cargo de intento de homicidio debería bastarle. Le recomiendo mantener la boca cerrada y no tirar de la soga en su cuello.__ Soy inocente de todo lo que se me acusa. No he intentado nada, ni voy a decir nada. - se mantuvo en su negativa.__ ¿Espera a su abogado?__ No tengo abogado. - no me sorprendió su respuesta. - No quiero uno de oficio, sería una humillación para mí, son gente que no tienen ni...__ Le aconsejo no decir nada sobre ellos. Cada uno aceptarían defenderla sin recibir un pago de su parte y un insulto no lo permito. - sentenció el detective. - ¿Quiere o no e
Isabella.Lo vi cenar en el comedor con Lucía contando sus anécdotas recientes. Era lo que escuchaba y me mantenía ocupada todo el tiempo que había permanecido en Vancouver, Incluso a Aiden con su ocupada vida y mente lo había logrado distraer. La alegría de la chica era la suficiente para apañar las preocupaciones de ambos, no solo se relajaba aún con saber la razón por enviarnos aquí, si no que vivía al día. No parecía asustarle nada.__ Solo espero que a todos esos lugares que sales, no sea sin seguridad. - advirtió Aiden, siguiendo con la cena.__ Claro que no. Además, el tío Edmond vino hace dos días y al igual que tú no quiso salir sin esos orangutanes de afuera. __ Lucía. - riñó él.__ No se los digo como insulto, si no por lo grandes que son. El otro día que fui a una feria, uno de ellos me sostuvo para subir a una de las atracciones y era muy chiquita a su lado. - le contó y me reí al ver el gesto descontento de mi esposo.__ No estás descuidando la universidad ¿verdad? - c
AidenAún no asimilaba lo que me fue avisado, Tej estaba igual de atónito que yo por tal situación. No creímos siquiera que fuera real, hasta que llegamos a la morgue, en donde Lexi iba saliendo del lugar con la cara roja, asustada y hasta diría incrédula. Era normal, siendo su padre el que estaba en la habitación a la cual nos dirigieron. __ Debo advertirle que si no ha visto algo como esto, la impresión puede ser muy fuerte. - me dijo el detective. - Sabemos que es para usted porque son sus iniciales las que tiene marcadas en el pecho. Asentí. Solo quería acabar de una vez por todas con la curiosidad por saber que era lo que había escrito para mí.El detective levantó la tela azul para mostrar al hombre de mediana edad con un corte en el cuello. Tuvo que ser algo de sorpresa para que no pudieran darse cuenta. No tenía señales de lucha, pero lo que más captó mi interés fue la inscripción del pecho y estómago del Noah."Volveremos a encontrarnos, falta poco" Eso era lo que había es