Isabella. La llegada de los amigos de Aiden a la casa solo hizo que su desaparición tuviera confirmación visual. No había llegado con ellos, quise que me dijeran que era una broma entre los tres. Algo que indique solo caí en sus juegos y que estaba bien, rumbo a casa. Sin embargo no sucedió, todos hablaron por lo bajo, impidiendo que supiera lo que pasó por sus cabezas o tenían la idea de lo ocurrido. __ ¿Podrían dejar de actuar como si yo no existo? Es mi esposo el que está desaparecido, tengo derecho a saber lo que están suponiendo. - me enojé y solté mi frustración contra todos.__ No es nada más que ideas, que de seguro son erróneas. - me dice George. - La última vez que hablamos fue cuando estaba saliendo de su oficina. Iremos a ver a ese lugar. __ Quien quita y se quedó dormido en su auto. - trató de mediar Tej. __ Puedes hacer una llamada a seguridad y preguntar si está ahí - fui quién tomó el teléfono. Conocía a cada empleado en ese sitio, todos me conocían también y no m
Isabella.Sus caras cambiaron significativamente soltando una bocanada de aire a modo de alivio.__ Dime cómo está, que me estoy volviendo loca, George. - me cansé de esperar. Había vivido un infierno pensando en poder perderlo y con un silencio de parte de ellos dos, por poco me ahogué. __ Está inconsciente, pero respira con normalidad. Aunque debemos llevarlo a que lo revisen para descartar cualquier cosa. - me dijo George calmando mi respiración. - Vamos al auto, lo llevaremos a una clínica. Seguí a los dos hombres siendo ayudada por Lucía, la cual se aseguró no fuera peligroso cada paso que di de regreso al auto.Me senté en las sillas traseras recibiendo su cabeza, abrazándolo desde sus hombros, besando su frente tibia mientras Tej condujo a toda prisa. George nos siguió el paso, llevándonos la delantera para que al llegar a la clínica, ya había una camilla esperándonos. Seguí todo el camino hasta que nos indicaron no podíamos pasar más allá. Solo lo vi desaparecer y al menos
Aiden.La pantalla del teléfono mostraba algo que en mi cabeza jamás se dió. No recordaba que haya pasado. Entre más lo pensé, menos lógica tuvo.Por ningún motivo hubiese hecho algo como eso, nada tuvo sentido y el no recordar nada de lo que ocurrió días atrás conmigo un adicional a mi quebradero de cabeza. El auto se detuvo frente a mi casa. Bajé junto a mi madre del otro lado de la camioneta, siempre solía esperar. Esta ocasión no. Tomó la delantera y los vigilantes hicieron espacio para que pasáramos entre todos los periodistas que preguntaron puras sandeces __ ¿Que cree que dirá su esposa al saber de su relación con la señorita Betancourt? - dijo uno de ellos.__ ¿Entonces, el matrimonio forzado si fue real? ¿Estuvo de acuerdo la que ahora es su esposa con ese tipo de relación? - soltó con malicia un segundo, esquivé al tercero y solo en concentré en salir de ese lugar. La única que me interesaba era Isabella. Entramos a la casa y el silencio fue abrumador. Las miradas se fij
Aiden.__ Podemos llamar al hotel. - propuso George recostado a un extremo de la oficina. - Pueden tener registros de quién usó la tarjeta. Se necesita tu firma ¿no? __ En las tiendas también tienen cámaras de seguridad o al menos recordar quien hizo esas compras. - objetó Tej. - Algo se tiene que hacer.__ Pero no me quedaré de brazos cruzados. Tengo que saber que sucedió esas horas que no recuerdo. - añadí con decisión. - Lexi tuvo que poner algo en mi agua, no tiene lógica que no recuerde más que la cabina de un auto. Debe haber algo más. __ ¿Que es lo último que recuerdas? - cuestionó Tej. - Hay un punto límite en que tu mente tiene uso, guarda muy bien lo que viste, escuchaste o sentiste. Solo debes dar con eso.__ He tratado. - manifesté. - Toda la noche estuve intentando llegar a ese momento, pero nada más que tomar de la botella viene a mi cabeza.No mentí. Desde que Isabella se marchó de mi casa con una maleta pequeña y su hermano, al cual le pedí no la deje sola, me vi inm
Isabella.Al salir del auto vi a lo lejos a un tipo con una cámara, otro más que seguía mis pasos para saber que hacía. Eso era lo que me mantenía en constantes dilemas, no quería saber de uno más. Mi nombre no se mencionaba, pero si me veían en la calle no se detenian con las fotografías que luego exponían. De todos lados, a todas horas. Igual no volteé a verlos más entrando a la casa de los padres de Aiden. Los agentes policiales me dejaron pasar sin problema, me avisaron que estaría en el taller al cual me acerqué para encontrarlo con una paleta de pinturas y una brocha en las manos. Concentrado en lo que hacía sin mover sus ojos del lienzo que lo tenía ocupado.Quise hablar para avisar de mi presencia, solo que no me atreví a interrumpir.__ ¿Sabes que algunas personas sostienen la teoría que cuando alguien crea arte en todos los aspectos, ve dentro de su alma o lo que más ama en su mente? Convirtiéndolo en una obra que no quiere terminar como el afecto por eso que representa. -
Aiden.Despertar con la imagen de la mujer de cabello castaño desparramado en mi almohada, fue lo mejor de mi mañana . Con mi ropa puesta y nada bajo esta desayunamos entre temas triviales que nos entretuvieron durante las primeras horas, usando como un distractor todo lo que conllevó la noche en que mis conocimos.El como llegué a casa de Dolly por culpa de Lucía, la cual me pidió relajarme y en lugar de eso me emborraché tanto que terminé embarazando a la mujer que vi imposible de tocar. Negocios y placer nunca me gustó mezclar, pero llegó el día de hacer excepciones. noY no podría estar mas complacido de haber roto esa barrera, con Isabella.__ ¿Puedo pedir algo? - preguntó en lo que salí del baño para abotonar la camisa que acabé de ponerme. - Tal vez no te guste la idea, pero no estoy hablando de hacerlo ahorita o mañana. Estoy hablando de un futuro próximo. La miré a través del espejo con curiosidad de saber que diría, soltó una exhalación a modo de mantener su postura. __ ¿P
Isabella. Cada detalle en los regalos de mi padre me parecieron fascinantes en su momento de entregarlos. Se esmeraba en que fueran memorables y por ello quise conservarlos, trayéndolos de casa de mi madre al está informar sobre su decisión de regalarlos. No me costó dar con ellos, así que estaba en casa en menos de lo pensado. Uno de los guardianes llevó mi caja en tanto el chófer abrió la puerta para que entre a la casa, indicando que los dejara en la sala, en tanto fui por un vaso con agua a la cocina. Estaban terminando de limpiar, por lo cual no quise casuar molestia con algo tan simple haciéndolo yo misma. Con un embarazo que se notaba cada vez más, me costaba mucho no agotarme con paseos que en otras circunstancias serían nada. Sin embargo, me gustaba saber que mi bebé estaba conmigo todo el tiempo y que su desarrollo era el normal.__ ¿Sabes si el señor ya se fue al dormitorio o sigue trabajando? - indagué a Lili, quien levantó la mirada. __ No, aún sigue en su despacho a
AidenEntre documentación sobre la investigación para el juicio de mi padre me mantuve ocupado desde mi regreso de Susanville. Aunque no me haya gustado dejarla en un lugar tan alejado, estaba más segura en ese condado que donde el infeliz de Noah Betancourt siguió haciendo de las suyas. El poder notarial para que su hija sea su representante en la compañía donde se hizo el desfalco lo recibí a primera hora del día, cumpliendo así con uno más de sus caprichos.No era de extrañar. Lo que me molestaba era la inclusión a una niñita que no tenía una sola idea de que hacer con su vida, optando por molestar la existencia de la de los demás. Con mi llegada también lo hizo la movilización de George al dichoso hotel. Me envió un mensaje diciendo que estaba por entrar, así que estuve pendiente de lo que podía encontrar en el sitio. Nadie me sacaba de la cabeza que era el escondite del padre de Lexi y por ello, por muy complicado que estuviera todo, mi seguridad de acabar con su misión de adue