Isabella.Al salir del auto vi a lo lejos a un tipo con una cámara, otro más que seguía mis pasos para saber que hacía. Eso era lo que me mantenía en constantes dilemas, no quería saber de uno más. Mi nombre no se mencionaba, pero si me veían en la calle no se detenian con las fotografías que luego exponían. De todos lados, a todas horas. Igual no volteé a verlos más entrando a la casa de los padres de Aiden. Los agentes policiales me dejaron pasar sin problema, me avisaron que estaría en el taller al cual me acerqué para encontrarlo con una paleta de pinturas y una brocha en las manos. Concentrado en lo que hacía sin mover sus ojos del lienzo que lo tenía ocupado.Quise hablar para avisar de mi presencia, solo que no me atreví a interrumpir.__ ¿Sabes que algunas personas sostienen la teoría que cuando alguien crea arte en todos los aspectos, ve dentro de su alma o lo que más ama en su mente? Convirtiéndolo en una obra que no quiere terminar como el afecto por eso que representa. -
Aiden.Despertar con la imagen de la mujer de cabello castaño desparramado en mi almohada, fue lo mejor de mi mañana . Con mi ropa puesta y nada bajo esta desayunamos entre temas triviales que nos entretuvieron durante las primeras horas, usando como un distractor todo lo que conllevó la noche en que mis conocimos.El como llegué a casa de Dolly por culpa de Lucía, la cual me pidió relajarme y en lugar de eso me emborraché tanto que terminé embarazando a la mujer que vi imposible de tocar. Negocios y placer nunca me gustó mezclar, pero llegó el día de hacer excepciones. noY no podría estar mas complacido de haber roto esa barrera, con Isabella.__ ¿Puedo pedir algo? - preguntó en lo que salí del baño para abotonar la camisa que acabé de ponerme. - Tal vez no te guste la idea, pero no estoy hablando de hacerlo ahorita o mañana. Estoy hablando de un futuro próximo. La miré a través del espejo con curiosidad de saber que diría, soltó una exhalación a modo de mantener su postura. __ ¿P
Isabella. Cada detalle en los regalos de mi padre me parecieron fascinantes en su momento de entregarlos. Se esmeraba en que fueran memorables y por ello quise conservarlos, trayéndolos de casa de mi madre al está informar sobre su decisión de regalarlos. No me costó dar con ellos, así que estaba en casa en menos de lo pensado. Uno de los guardianes llevó mi caja en tanto el chófer abrió la puerta para que entre a la casa, indicando que los dejara en la sala, en tanto fui por un vaso con agua a la cocina. Estaban terminando de limpiar, por lo cual no quise casuar molestia con algo tan simple haciéndolo yo misma. Con un embarazo que se notaba cada vez más, me costaba mucho no agotarme con paseos que en otras circunstancias serían nada. Sin embargo, me gustaba saber que mi bebé estaba conmigo todo el tiempo y que su desarrollo era el normal.__ ¿Sabes si el señor ya se fue al dormitorio o sigue trabajando? - indagué a Lili, quien levantó la mirada. __ No, aún sigue en su despacho a
AidenEntre documentación sobre la investigación para el juicio de mi padre me mantuve ocupado desde mi regreso de Susanville. Aunque no me haya gustado dejarla en un lugar tan alejado, estaba más segura en ese condado que donde el infeliz de Noah Betancourt siguió haciendo de las suyas. El poder notarial para que su hija sea su representante en la compañía donde se hizo el desfalco lo recibí a primera hora del día, cumpliendo así con uno más de sus caprichos.No era de extrañar. Lo que me molestaba era la inclusión a una niñita que no tenía una sola idea de que hacer con su vida, optando por molestar la existencia de la de los demás. Con mi llegada también lo hizo la movilización de George al dichoso hotel. Me envió un mensaje diciendo que estaba por entrar, así que estuve pendiente de lo que podía encontrar en el sitio. Nadie me sacaba de la cabeza que era el escondite del padre de Lexi y por ello, por muy complicado que estuviera todo, mi seguridad de acabar con su misión de adue
AidenSeguí viendo el positivo en la hoja que tenía en las manos antes de devolverlo al mujer que siguió sonriendo como una ganadora de una partida que siempre manejó. __ Mientes. - declaré, pero su confianza nunca se fue. __ Esa prueba es real. __ Hay muchos desperfectos en tu juego, Lexi. Solo han pasado poco menos de dos semanas desde que me drogaste.__ No te drogué. - alegó. __ Sabes que lo hiciste. Y por ello no voy a caer en esto, porque fácilmente puedes comprar un resultado. - me quiso tocar y me alejé. - ¿Sabes porqué sé que mientes? Nunca te tocaría no estando borracho. A eso súmale que todo de tí es una mentira y por ello estoy convencido que no es más que una jugarreta. __ Puedo llamar al médico. - aseguró. __ Aún así no me convences. - me detuve por un momento. - Con cada mentira que dices, nadie cree en tí. Mucho menos después de cometer un delito del cual te voy a acusar al solo tener pruebas. __ No cometí ningún delito. - se negó rápidamente.__ Secuestro. Robo.
Isabella.La relación con mi madre se hizo más estrecha, con cada día que pasó, en la convivencia con ella, descubrí a la mujer que algún día fue. Aquella que sonreía todo el tiempo y no estaba presionada queriendo cumplir con cosas que no era, solo porque su esposo la deje. Una madre que en toda la extensión de la palabra. Fuerte, valiente y con la disponibilidad de ayudar siempre, esas nuevas características que descubrí me hicieron saber cuánto me había perdido de ella también. Chocamos en algunos aspectos, pero era un alivio no discutir con ella por todo. Incluso se vio más libre en su pensamiento, aunque cuando sus compañeras en la misión de ayuda a los desamparados de su iglesia llegaban, preferí no estar cerca. Por ello salí a hacer algunas compras en lugar de ir a su casa, ya que dijo que estaría con ellas.Prince quedó de alcanzarme, había llegado el día anterior por lo cual teníamos cosas para contarnos. Paseé de aquí para allá, en tiendas con el fin de perder el tiempo y
Isabella.El corazón no dejó de palpitar estrepitosamente durante todo el camino, los nervios me mantuvieron creando escenarios en mi cabeza, poniéndome peor como si eso fuera posible. Al llegar me bajé con rapidez del vehículo observando como ya había sido apagado.El último nivel, donde estaba la oficina de Aiden fue el más afectado. Todo el alboroto formado me alarmó aún más. Mis pies tocaban el suelo con mayor rapidez buscando entre las ambulancias, en tanto Aiden me siguió el paso cuidando de mí. No pude hacer caso a su pedido de calmarme, se trataba de mi hermano y por ello entendió, tomando mi mano para detenerme y señalar a Camila sentada, con oxígeno mientras era atendida por un paramédico. __ ¿Camila donde está Prince? - me apresuré a preguntar, ella vio a todos lados y mi corazón se detuvo al no verlo por ningún lado. - ¿Donde está mi hermano? Nadie me dio una respuesta. Comencé a temblar y mis ojos se encharcaron.Estuve a punto de correr en busca de él de nuevo, hasta q
Aiden.Ver todas los movimientos que el viejo Betancourt estaba haciendo me pareció cómico, eran sus tácticas de sobrevivencia y se agarró de lo que fuera para no hundirse. Incluso de lo que estaba seguro que hizo para comprometer a Lexi con Matteo, a quien le puse el ojo porque sería un buen socio para Tej y para mí. Solo que en ocasiones esas expectativas son rotas por ellos mismos, cancelando de esa forma un futuro prometedor que pudo haber tenido con nosotros. Porqué nunca temí a nadie en un juicio y si en la defensa de Noah estaba Matteo, no me iba a importar ser quién lo baje de su nube de ser mejor que nosotros. Tanto Tej como George apoyaron la idea de que fue quien causó el incendio a mi edificio. Pero eso se lo haría pagar. __ Señor, la señorita Lexi y su padre llegaron hace unos momentos. - avisó una chica de servicio cuando le di permiso de pasar. Los dos hombres frente a mí se incorporaron al mismo tiempo que yo al escucharla, no nos esperábamos esa visita. Pero indiqu