Solo a mí, Eylin Mancini se le ocurre enamorarse de alguien que amaba a otra persona. Bueno, es que, en ese tiempo, cuando mis ojos se cruzaron con los suyos no podía imaginar que ese hombre tuviera el corazón ocupado, sobre todo, que la dueña fuera la que ahora es mi cuñada. Irónico ¿No?
¿De haberlo sabido habría abierto mi corazón para él? Es la pregunta que siempre me hago, pero siempre termino diciendo que sí, porque en el corazón no se manda, porque nadie elige a quien amar, más una inexperta en el amor como yo. Tal vez si hubiera tenido experiencias dolorosas en el amor, no me habría fijado a la primera y, tras saber que pasó por mi cuñada, menos lo haría.
Pero aquí estaba, con mi corazón destrozado por no tener un amor correspondido. No sé si a alguna le pasó, no sé si alguna de ustedes tuvo la mala suerte como yo, de amar a alguien sin decirle y, cuando decidiste decírselo, te dio un rotundo no.
Sonrío de mí misma, de mi estupidez. Joder ¿Quién con veintiún años se enamora como boba de alguien que no la pela? Solo la tonta de Eylin Mancini, quien abrió su corazón a un hombre del cual no sabía ni el nombre.
Salgo de su consultorio con las lágrimas picando en mis ojos, solo quiero encerrarme en algún rincón de este lugar y llorar fuerte, pero ya he llorado demasiado por un amor no correspondido, así que pienso ocupar la mente en otra cosa. No puedo pasarme todos los días llorando en el baño del hospital, si alguien llegara a escucharme seguramente cuestionaría que sucede y, tendría que explicar el motivo de mis lágrimas.
Eso no solo me traería problemas a mí, también al doctor. Si ya de por si su madre me desprecia por lo de su hija, y eso que no tengo culpa alguna, no quiero ni imaginar cuanto me "amaría" si destruyo la reputación de su adorado hijo.
Como un Mancini valiente, aguerrida me aguanto las lágrimas hasta llegar a casa. Ocupo el tiempo que me queda en otras cosas, ayudando en farmacia y vacunación porque no quiero encontrarme en un lugar solitario y derrumbarme.
Ni siquiera cuando voy en el auto con Tito me derrumbo, porque hay de mi si lloro. Este moreno de ojos gris intenso no me dejará salir hasta que le cuente todo y, pobre del doctor Kaya si Tito llega a saber lo que pasó y como desgarró mi corazón, conociéndolo como es, hará que Rolan se arrepienta de haberse burlado de mí.
Aunque él no se burló de mí. Yo de ingenua me ilusioné y le abrí mi corazón sin siquiera él proponérmelo.
—Nos vemos mañana.
Me despido de Tito con dos besos en la mejilla, seguido salgo e ingreso a casa— ¿Por qué no lo invitaste a entrar? —porque quiero echarme a llorar en la cama y si Tito ingresaba no podía hacerlo- digo para mí misma mientras saludo a mi madre.
—No quiso, dijo que tenía cosas que hacer.
—Mentirosa, estuve viendo y ni siquiera le dijiste que entrara.
—¿Cómo puedes ver desde el cristal? Solo inventas —le digo mientras subo trotando.
—No te dormirás, bajarás a cenar.
Asiento mientras paso por el pasillo y desde arriba la veo. Le muestro el pulgar y, cuando desaparezco tras la puerta de mi habitación, toda la tristeza que he reprimido se desborona como una avalancha.
Enciendo la radio, la canción de: Ellie Goulding, empieza a sonar. Mientras me quito la ropa tarareo: you’re the light, you’re the noght, you’re the color of my blood, you’re the cura, you’re the pain. You’re the only thing l wanna touch.
Escuchando esa canción me sumergí debajo de la ducha dejando que el agua se llevara la melosidad de mi cuerpo y las lágrimas que estuvieron estancada y, ahora podrían salir sin restricción.
No sé si era mejor o peor, eso de que se hubiera ido. Yo, a pesar de que no me amara ni le gustara ningún poquito quería seguirlo viendo, sin embargo, había decidido tomar sus vacaciones. No sabía cuándo regresaría, pero estaba segura de que tomaría unas largas vacaciones porque era el único que tenía sin darse vacaciones, al menos eso fue lo que escuché en los pasillos del hospital.
Me hundo en la cálida agua de la ducha, dejando que las gotas rueden por mi piel. Mis ojos arden con lágrimas, mi corazón se siente pesado, aplastado por el dolor de un amor no correspondido.
He puesto todo mi ser en amar a ese hombre, pero él nunca me ha devuelto esos sentimientos. Él ha sido claro al respecto, dejándome en claro que nunca podremos estar juntos. Ahora, me derrumbo bajo el peso de esa dura realidad.
Las lágrimas se mezclan con el agua de la ducha, arrastrando consigo toda la esperanza que alguna vez tuve. Apoyo una mano temblorosa contra la pared de la ducha, dejando que mi cuerpo se deslice lentamente hacia abajo mientras me rindo al profundo dolor que me embarga.
En medio de mi abrumadora tristeza, dejo que el agua me limpie, como si pudiera lavar lejos el rechazo que llena mi alma.
Al día siguiente no tengo ánimos de ir a la universidad menos al hospital, sé que al entrar no lo encontraré y, eso me desanima.
Pero no dejaré que eso aplaste mis sueños. No señor, tengo que seguir, tengo que continuar, por mí y mil veces por mí. Si Rolan Kaya no me ama, yo si me amo y, por eso me levanto, me preparo para ir a la universidad.
Tras culminar las clases, cuando ya entro al consultorio de él y encuentro otro doctor, alguien mucho mayor, pero bien amable le sonrío.
Suspiro al momento de empezar a realizar mis labores, sé que no trabajaré con los mismos ánimos, pero trataré de aprender y, poner lo mejor de mí.
Este día y los días siguientes, mi estado de ánimo, de mejorar por no ver al hombre que destrozó mi corazón han empeorado. No entiendo al corazón, menos a mi conciencia. Deberían empezar a sacarlo de mis pensamientos, no obstante, lo pienso y lo añoro cada día más.
Camino por los pasillos del hospital, mis pasos son un poco vacilantes mientras mantengo la mirada baja, no quiero levantar la mirada porque siento que lo veo en cada rincón, en cada rostro que pasa a mi lado. Cada bata blanca, cada cabello oscuro, cada par de ojos que se cruzan con los míos, me hacen pensar que es él. Mi corazón late con fuerza, esperanzado, pero luego la desilusión llega cuando me doy cuenta de que no es la persona que anhelo ver.
Él se fue de vacaciones hace unos días y ya lo extraño tanto. Su ausencia pesa sobre mí como una nube oscura. Cada vez que veo a un doctor mi mente los confunde con él. Deseo que sea él, que de repente aparezca por el pasillo y me sonría de esa manera que tanto me gusta.
Pero sé que eso no va a pasar. Él dejó muy claro que mis sentimientos no son correspondidos. Aun así, no puedo evitar ilusionarme cada vez que veo a alguien que se le parece. Es una tortura constante, pero no puedo dejar de hacerlo.
Suspiro profundamente y continúo caminando, forzándome a mantener la vista al frente, a no dejarme llevar por las fantasías que mi mente crea. Tengo que ser fuerte y aceptar que él nunca va a ser mío.
Ha pasado un mes con unas semanas desde aquello, ahora me toca estar en el área de información del hospital. Es la primera vez que me asignan este puesto y me siento un poco nerviosa.
Reviso los documentos que tengo sobre los pacientes internados y sus datos de contacto. Todo parece estar en orden cuando escucho que alguien se acerca al mostrador. Levanto la mirada y veo a una mujer mayor que se ve preocupada.
—Disculpe, quisiera información sobre el paciente Juan Ramírez, ¿podría decirme cómo está?
—Déjeme revisar... —respondo mientras busco en los registros—. El señor Ramírez está en el piso 3, habitación 315. Se encuentra estable en estos momentos.
—Ah, qué alivio. Muchísimas gracias, jovencita —dice la mujer, visiblemente más tranquila.
Mientras le indico cómo llegar a la habitación, siento un leve mareo que me toma por sorpresa. Me apoyo un poco en el mostrador para recuperar el equilibrio. Seguramente es porque no he almorzado aún, pienso. No le doy mayor importancia y continúo atendiendo a los siguientes visitantes.
Los siguientes días el mareo se repite con más frecuencia. A veces llego a sentir que todo da vueltas a mi alrededor y tengo que sostenerme de algún lugar para no perder el balance. También he notado que mi apetito ha aumentado mucho, como si comiera el doble de lo habitual.
Hoy, mientras reviso unos documentos en la enfermería, el mareo vuelve a presentarse, pero esta vez es más fuerte. Siento que las piernas me fallan y todo se vuelve borroso. Lo siguiente que recuerdo es despertar en una camilla, con una doctora a mi lado.
—¿Qué sucedió? —pregunto confundida.
—Te desmayaste en la enfermería. Hicimos algunos exámenes y tengo que darte una noticia... —dice la doctora con cautela— Eylin, estás embarazada.
Me quedo atónita ante sus palabras. ¿Embarazada? Eso no puede ser posible, no puedo estarlo. Siento que el mundo se me viene encima.
—Pero... ¿cómo? Yo no... no puedo estar embarazada —balbuceo sin saber qué decir.
—¿No has presentado síntomas? —el mareo, el aumento de apetito- son indicios de un embarazo temprano.
Trato de procesar la información, pero es demasiado para asimilar en ese momento. ¿Cómo voy a decirle a mis padres? ¿Y al padre del bebé? Ni siquiera sé cómo reaccionará él. Y lo peor de todo que, es inevitable que se entere ya que, todo el hospital me vio desmayada. Hay más enfermeras en este lugar quien sabe si antes de despertar alguna salió y regó el chisme por todo el hospital. Me siento abrumada y vulnerable.
La doctora me receta algunas vitaminas y me indica que descanse por el resto del día. Me sugiere también consultar a un ginecólogo para llevar un control adecuado del embarazo. Antes de retirarme, me recuerda que puedo contar con el equipo médico para cualquier duda o asistencia que necesite.
De camino a casa, voy reflexionando sobre esta noticia tan inesperada. Un bebé. Voy a ser madre. No puedo evitar sentir miedo e incertidumbre.
¿Cómo será mi vida de ahora en adelante? ¿Estaré lista para asumir esta responsabilidad?
Llego a casa, miro a mi madre y a mi padre sonreír en la sala. Se ven feliz como para arruinarles la felicidad con esta noticia. ¿Cómo se los diría? -Oye mamá, papá, estoy esperando un hijo de Rolan Kaya ¿Se acuerdan de él? Es el ex de Damaris, mi adorada cuñada, hermano de la loca que incitó a Dael a hacer cosas- carajo, solo de pensar en la cara que pondrán y lo que dirán, me aterra.
—Cariño ¿Te sientes bien? Estas pálida —pregunta y, antes de que se acerque digo que sí y, corro al segundo piso, me encierro en la habitación asustada, con el corazón acelerado.
Mientras estoy recostada en la puerta pienso y pienso. Pienso en Rolan, en darle la noticia. Él tiene que saberlo. Soltando un suspiro voy a la cama, abro mi cartera para sacar el móvil, como no lo encuentro giro la cartera y lanzo en la cama todo lo que está en el interior.
Agarro el móvil y empiezo a buscar su contacto, cuando estoy por llamarle recuerdo sus crueles palabras. Seguramente, al escuchar mi vos no me escuchará, me cortará y me dejará con la palabra en la boca. Decido enviarle un mensaje. Mientras lo escribo muerdo mis labios, cuando estoy por enviarlo me detengo a pensar.
¿Qué pensará cuando le hable de este niño? Me ha dejado claro que no me quiere y, que entre nosotros no habrá nada. Si le digo que estoy embarazada pensará que quiero atraparlo, y yo no quiero hacer eso, no quiero.
Dejo caer mi cuerpo hacia atrás y analizo las cosas. Yo no quiero ser madre muy joven, mi sueño es culminar la carrera de medicina, impartir mis conocimientos sin tener que mantener mi mente en el trabajo y otra parte en la escuela de un niño.
Joder y, ahora que carajos voy a hacer. Maldición, como fue a sucederme esto. Mis amigas aseguraban que hacerlo pelo a pelo la primera vez no pasaría nada. Más de que quedara la leche dentro, no sucedía absolutamente nada. Pero aquí estaba con una prueba de embarazo dada positivo.
Para alguien como yo que pocas veces había viajado, sobre todo, solo. Estas vacaciones no fueron del todo malas. Muchas veces se necesita realizar viajes en soledad porque así te detienes a pensar y valorar el tiempo y los espacios.La soledad puede ser buena, pero también mala. Pero por ahora voy a gozarla ya que, forzar una relación por despecho solo me llevaría a más problemas y, me encerraría en una red de engaños y mentiras de las cuales no podría escapar. Tendría que haber una fuerza mayor para que yo pueda intentarlo con alguien más.Tras haber pasado dos meses fuera del país me encuentro en casa. Ingreso y al sentir la soledad en esta casa suspiro. No hay nadie. Seguramente mis padres están en el hospital.Subo lentamente a mi habitación, al abrir la puerta contemplo mi cama, los cuadro, las fotografías, todo a mi alrededor está como lo dejé. Se siente bien estar de regreso, tengo una sensación diferente a la que salí. Ahora hay una paz en mi interior, la sed y esas ganas de m
Y no sé qué hacer. Me frustro. Siento que no voy a poder salir de esta sin que haya consecuencias.Mis padres son buenos, mis hermanos también, sé que si saben de mi embarazo no me juzgarían, tendría su apoyo, más si no había padre. La familia es la familia y está para apoyarse. Es lo que siempre dicen.Sin embargo, hay algo que no aceptarán y eso es que el padre sea Rolan Kaya, hermano de la mujer que manipuló a un niño de casi cuatro años a asesinar a mi cuñada. Sé que si les cuento que espero un hijo de ese hombre pondrán el grito en el cielo, más que todo mi padre, porque se llenó de odio hacia esa mujer que, escuchar ese apellido le perturba y lo saca de quicio.Entiendo que su coraje es solo hacia Alicia Kaya, quien era maestra de Dael, mi sobrino. Pero por despecho, cuando Dylan, mi hermano la dejó, manipuló a mi pequeño sobrino para que atentara contra Damaris. Fue tanto su manipulación que, por poco, logra que mi pequeñín se convierta en asesino a esa edad. Pero creo que, si
Que alivio siento cuando dice que estuvo ahí, pero no lo hizo. ¡Dios! ¡Gracias! ¡Gracias por todo esto!Nunca me hubiera perdonado si mi hijo perdía la vida por mi inmadurez y cobardía. Porque fue cobardía mía haberme ido, haberle destrozado el corazón a Eylin con esas palabras.No tenía como saber que había quedado embarazada. Sé que hay muchos casos en los que se embaraza a la primera, pero esperaba que no fuera mi caso. Sin embargo, con la suerte que me cargo, me tocó.Y esto es una gran suerte. Si que lo es. Independientemente de que no ame a la madre de mi hijo, me siento afortunado y bendecido por esto. Sé que vendrán muchas cosas duras, para los dos, no solo para ella. Porque nuestras familias no pasan por un momento amigable que se diga. Pero eso no es nuestro problema. Yo no abandonaré a mi hijo por las malas decisiones que otros tomaron.A Alicia nadie le dijo manipula a aquel pequeño para que asesine a su madrastra. Si lo hizo, fue porque quiso, porque de amor nadie se muer
Quiero intervenir, pero la hermana de Eylin, que por cierto es como estar viendo la copia, me detiene—. La está maltratando.—Mamá se encargará, creo que debe irse, doctor…—No me pienso ir —digo viendo como los ojos azules de ese hombre me taladran.—Edu, esto no se soluciona así —interviene la señora Emilia y, Eduany Mancini suelta a su hija dejándole los brazos enrojecidos. Me acerco, observo los moretones que pronto se harán verde.—¡Señor Mancini! —en su mirada hay fuego, un fuego que bien podría hacerme cenizas. Quiero hablar, explicarle que no soy culpable de lo que mi hermana hizo. ¿Por qué tendría que juzgarme si yo no hice nada a su familia? Me parece tan injusto lo que está haciendo, porque ni Eylin ni yo somos responsables de lo que sucedió en nuestras familias. Pero el señor no me deja hablar, da un ultimátum que obliga a Eylin decir la verdad. Una verdad que, por el estado en que se encontraba su padre, no quise decir, pues eso agravaría más las cosas.—Eylin, tienes sol
No es la primera vez que se confiesa. Siempre, desde que se convirtió en mujer no ha hecho otra cosa que decirme cuanto le gusto, pero nunca he podido verla con otros ojos que no sean como las de una hermana.Pasé la mayor parte de mi niñez y adolescencia con ella y Alicia, las dos son como mis hermanas. Una lo es de sangre, pero Dora es mi hermana de corazón y, esperaba que si me alejaba de ella podía olvidarse de eso que decía sentir, pero siguen pasando los años y sigue esperando que la acepte.Si no lo hice en el pasado, cuando no había nadie de por medio, menos lo haré ahora, cuando hay una mujer en mi habitación a la cual tampoco amo, pero lleva en su vientre a mi hijo y, por ello estoy dispuesto a hacer todo.—Dora, no quiero ser grosero, pero te voy a pedir que no vuelvas a dirigirme la palabra si aun tienes sentimientos por mí. Esperaba que en todos estos años que tenemos sin vernos, hubieras hecho tu vida, pero veo que sigues en la misma y, para evitar malentendidos, te pido
El silencio perdura, porque tras su propuesta me he quedado sin respuesta. Sé que es un médico muy importante, cuyos padres tienen una reputación intachable, pero con esto podría verse afectada. No quiero ser la causante de la destrucción de la carrera de sus padres, pero, tampoco quisiera ser una sombra.—Eylin, no voy a presionarte. Cualquier decisión que tomes, la respetaré. Buscaré otra solución —si me niego, sus padres me odiarían por el resto de sus vidas, sobre todo, sería difícil que a futuro tengan una buena relación con mi hijo.Si quiero que en un futuro me acepten, acepten a mi hijo, debería aceptar esa propuesta. Sola será un tiempo, hasta que se olviden de que por ahí pasó Eylin Mancini.—Está bien, no tengo problema. Tampoco es que vaya a aparecer por el hospital con mi barriga. La ciudad es muy grande y, espero nunca encontrarme con compañeros o médicos del hospital.Mis manos reposan sobre la mesa. Él arrastra las suyas hasta las mías, las arropa provocando un estreme
POV DE ROLAN.Salgo del hotel, ingreso al auto y me quedo un momento observando en silencio a la nada. No pienso, ni observo algo en particular, simplemente estoy con la mente en blanco y, me quedo así por unos segundos.Suelto un suspiro y voy al hospital. Pensaba en tomarme una semana más, pero ya estuve mucho tiempo fuera del hospital y, mi madre ha convencido a mi padre que no me dé ningún día más libre. Sé que lo hace por haberme metido con la hija de los que ellos consideran sus enemigos, al menos mi madre. Por eso han decidido enviarme toda la noche y el día siguiente también, piensa que así me hará recapacitar.Llego al hospital, hago el ingreso y voy hacia mi consultorio, donde me quito el abrigo para seguido colocarme la bata de médico. Mi madre ingresa, lo sé porque desde que abre la puerta empieza a recriminar mis decisiones.—Rolan, hijo, por favor, reacciona, no puedes irte a vivir con esa mujer. Ni siquiera sabes si ese niño es tuyo. Tu padre ya me contó que solo te est
POV DE ROLAN.Se acerca, roza sus labios y, aunque quiero apartarla no puedo. ¿Y por qué debería apartarla? Pronto será mi esposa, espera un hijo mío, además, ya estuvimos juntos. Apartarla sería rechazarla y, si le rechazo creerá que siempre será así.Correspondo a su beso, el cual empieza suave, pero a medida que pasan los segundos se intensifica. Ya mis brazos ya no cuelgan a los costados, se han levantado y, mis manos se ajustan en sus caderas. Le apego a mi cuerpo mientras devoro su boca como un sediento.No sé cómo ni en qué momento la desnudé, solo sé que estoy sobre ella, hundiéndome lentamente mientras la miro. Volvemos a unir nuestros labios, compactando nuestras bocas y danzando nuestras lenguas. Mientras le beso me hundo por completo, fuerte que le saco un gemido.Se aferra a mi cuerpo, raspa mi espalda con sus uñas mientras la embisto fuerte. Jadea, regreso mi boca a la suya, devoro sus labios con ansiedad, deseo. Lo suelto, bajo besando su cuerpo hasta llegar a su seno,