Después de dejar a Alexa en casa de Arel, Riú se pone a trabajar en su oficina, ya que se le acumularon muchas tareas por haberse quedado unos días alejado de todo junto a su pareja en la cabaña.Horas más tarde, él se frota los ojos y resopla aburrido, debido a que está ansioso por dejar ese papeleo aparte e irse a buscar a Alexa.Nunca antes había necesitado tanto la compañía de una mujer como con ella. Esa realidad, más que asustarlo lo hace sentir feliz porque por fin tiene un verdadero hogar al cual extrañar.—Alfa, la prisionera está cada vez más irritable y se niega a comer. Me temo que podría terminar mal si la mantenemos encerrada —le informa uno de sus guerreros, quien ha entrado para llevarle aquella información.Riú se tensa ante la mención de la rubia y su interior se estremece, al ser consciente de lo mal que lo debe estar pasando. Pese a que siente mucho rencor por ella, Vesti fue su mate y parte de él, así que todavía le afecta su bienestar."Mate traidora", gruñe su l
PasadoLa pelirroja resopló cuando se terminó su turno y fue al casillero por sus pertenencias. Exhausta y estresada, ella recostó la cabeza del material metálico y frío, y chilló por la frustración de sentirse estancada.Odiaba el trabajo explotador que tenía y el no poder surgir nunca en su carrera soñada; pero al mismo tiempo, le daba mucha impotencia que por más que se esforzaba el dinero no le era suficiente. Estaba pensando en ayudar a que su hermana consiguiera un trabajo allí, con la intención de que ella aportara en la casa.Sabía que ella nunca conservaba un empleo, mas esta vez debía ser firme en abordarle el tema, puesto que Alexa ya se sentía ahogada al tener que asumir ella sola casi todos los gastos. El único que la ayudaba un poco era su pareja, mas este tampoco aportaba mucho porque siempre tenía una excusa cuando le tocaba poner su parte.—Por lo menos llegar a casa me va a contentar. —Sonrió feliz al recordar a su novio, quien ya tenía varios meses viviendo en el ap
Alexa observa al extraño con nerviosismo y niega con la cabeza, ya que lo último que desea es estar en frente de quien considera ser su ex.—No regresaré con el alfa Riú —refuta desafiante—. Me iré ahora. —Ella da un paso hacia delante, mas él la intercepta para impedir que ella siga avanzando.—Lo siento, pero no puedo dejarte ir sin antes aclarar este asunto con el alfa. Es mi deber entregarte a él, ya ustedes sabrán cómo resolverán sus conflictos maritales —replica el extraño.—No hay nada que aclarar ni que resolver. Yo necesito ir a la manada Rayo dorado para que el alfa Tron me devuelva a mi continente.El hombre la mira suspicaz, ya que no le cree ni una sola palabra.—Eso lo decidirá el alfa Riú —sentencia y sale de la habitación, cuya puerta cierra con seguro.Alexa resopla molesta y termina de comer lo más rápido que puede, para recuperar la energía y ser capaz de huir de allí, antes de que Riú vaya por ella.—Maldito infiel, ¿cómo te atreviste a engañarme? ¿Y quién es esa m
Alexa siente un cosquilleo extraño que le recorre el cuerpo, a medida en que corre lejos de la cabaña. Al mismo tiempo, la respiración se le calma, pese a que debería estar agitada debido a la corrida, y los músculos se le destensan.De un momento a otro, el olor a planta le parece más fresco e intenso que de costumbre y sus pies dejan de tocar el suelo.—¡¿Qué rayos?! —profiere alarmada cuando nota que flota, pero que, al mismo tiempo, se transporta por encima del suelo con una velocidad sobrenatural y que ni siquiera emana una gota de sudor.Ella intenta detenerse; sin embargo, la energía que la recorre se lo impide, por lo que esta se aleja de la manada Fuerza de bronce con una rapidez que supera a los licántropos.Por otro lado, Riú le sigue el rastro en su forma lobuna, pero cuando llega a una parte del bosque difícil de cruzar, nota que no hay ninguna alteración ni muestras de que alguien haya estado allí.«¿Qué? ¿Cómo pudo cruzar todos estos obstáculos y no dejar otro rastro má
Dos días después...Los rayos del sol le acarician el brazo, que queda de lado de la ventana por donde estos se cuelan. Ella abre los ojos y se frota la piel caliente, luego se incorpora en la cama y bosteza.Sus ojos escanean el lugar como si fuera la primera vez que despertara allí, puesto que todavía no se acostumbra a la lujosa habitación.—Riú... —balbucea con tristeza y los ojos se le llenan de lágrimas.Quisiera escuchar una explicación de su parte y que sus mentiras pudieran convencerla y así no tener que estar lejos de él; sin embargo, no quiere una relación falsa ni engañarse a sí misma.—Si me quisieras y respetaras no te hubieras besado con otra mujer. ¿Qué más has hecho con ella? ¿La buscabas cuando te desaparecías por varios días? Después de que hicimos el amor, ¿te acostaste con ella? —pregunta a la nada con amargura.Una sensación nauseabunda le provoca una arcada, por el simple hecho de imaginarlo desnudo y unido a otra mujer.—¿Qué esperaba? Al fin y al cabo, todos l
Alexa se encuentra sentada frente a un arroyo, de donde crecen plantitas con flores rojas y anaranjadas, y cuyas corrientes separan a dos grandes hileras de árboles, abriendo un sendero de agua cristalina.Las plantas de hojas verdes y amarillas se yerguen alrededor de este y ofrecen una fresca brisa, que acaricia la piel blanca y suave de la pelirroja.—Mi vida se ha vuelto tan caótica... —se lamenta.Trata de no romperse en llantos, pero es inevitable que las lágrimas le mojen las mejillas sonrojadas. Se siente tan confundida y dolida, que ya no sabe qué creer.—¿Y si estoy loca y nada de esto es real?—No estás loca. —La voz de Riú la hace suspirar rendida.—No me dejarás en paz, ¿cierto?—No.Ella ríe con amargura.—¿Por qué insistes tanto si te soy un problema?—Porque hay problemas que valen tanto la pena, que sería una estupidez rendirse. Te amo.El corazón de Alexa late con ímpetu y las lágrimas se tornan más pesadas.—¿Es de verdad? La chica que te estaba besando es muy hermo
En el continente de los humanos, la estrategia de volver a abrir el caso de Alexa les resulta de maravilla, entonces las autoridades que guardan la información de los continentes de especies sobrenaturales se reúnen para discutir aquel caso, ignorantes de que todo se trata de un vil plan y de que algunos de sus miembros están involucrados en el conflicto.—Se está diciendo que Alexa Cartier fue asesinada por error y que personas allegadas a ella están pidiendo justicia por su desaparición y posible muerte —expresa la máxima autoridad.—No hay ninguna justicia que podamos pedirle a los licántropos, ya que ellos actuaron en defensa de su territorio. Ellos tienen la libertad de asesinar a cualquier humano que se atreva a cruzar sus límites sin ninguna distinción —replica uno de los jefes de guardianes, quien es celoso del pacto entre especies.—Sí, pero ellos tampoco deben actuar de manera irracional y asesinar sin siquiera hacer una investigación. Muy bien pudieron apresar a la chica y
Riú siente que su mundo se derrumba y que el dolor en el alma es demasiado desgarrador para ser soportado.El pecho le sube y le baja con agitación y su humanidad va perdiendo el control de sí, por lo que es su lobo quien empieza a hablar en contra del consejo y a maldecirlos sin reparo.—Debes calmarte o vas a empeorar todo —le aconseja Arel cerca del oído.—¡Para ti es fácil decirlo porque tú vives tranquilo con tu mate y nadie va a arrebatártela! —Las lágrimas le mojan el rostro y, gracias a la presión que lo ahoga, él empieza a hiperventilar.—Alfa Riú, le ordenamos que se controle —lo increpa uno de los jefes del consejo—. Entendemos lo doloroso que es apartarse de su compañera, pero es un sacrificio que salvará a su gente. Todos los licántropos les estaremos sumamente agradecidos por su colaboración.La ira, que el argumento de aquel hombre le provoca a Riú, hace que la sangre se le caliente más de lo que ya está y que este empiece a golpear la mesa con tirria.—¡¿Mi colaboració