Alexa siente que su pecho se llena de tristeza y desconcierto, y podría jurar que esas emociones negativas no provienen de ella, es como si sintiera por medio de otra persona.—Riú... —lo nombra con tristeza—. ¿Te estás arrepintiendo de nuestra relación? Siento que dudas de lo nuestro...—No digas eso, mi amoyeca. —Él la abraza—. Sé que he actuado extraño en estos días, pero te prometo que lo resolveré.—¿Qué sucede? ¿Qué es lo que tienes que resolver? —indaga angustiada y con un mal sabor de boca.Riú se tensa.—En su momento lo sabrás, por ahora, me toca resolverlo por mi cuenta. Es algo muy mío, Alexa.—Todo lo tuyo me interesa, en especial si te hace dudar de lo nuestro.—No, eso no es lo que sucede... —Él se relame los labios—. No dudo de lo nuestro, dudo de mí y de mi sano juicio. Por favor, dame tiempo y te lo explicaré.—Entiendo... —miente rendida porque en realidad no comprende sus palabras, como tampoco la razón de excluirla y omitirle la verdad. Ella esconde la mirada con
Riú niega con leves movimientos de cabeza y la mira a los ojos con gestos firmes.—No debes tomar una decisión tan importante a la ligera. Ni siquiera estamos seguros de que podrías sobrevivir a ello, además te convertirías en otra persona, Alexa. Es como si te quitaran una parte de ti y surgiera otra personalidad. ¿Estás lista para eso?» Te la pasas quejándote de lo impulsivos y posesivos que somos, de nuestro salvajismo y poca racionalidad. Te convertirías en eso que tanta incomodidad te provoca.—Lo sé, pero prefiero eso a nada. ¿Qué me espera más que envejecer y morir? ¿Crees que viviré feliz con la tortura de que en unos años te dejaré solo? ¿Has pensado qué pasará contigo cuando yo muera?Riú agranda los ojos aterrorizado.—No lo permitiré, es solo que no quiero que tomes esta decisión sin pensar en los pros y en los contras. Además, debes hacerlo por ti no por mí.—Lo quiero hacer por los dos. He aprendido tanto de ustedes. Yo prefiero ser territorial y salvaje a no tener resp
Riú se acerca a Alexa con pasos agigantados y la ayuda a levantarse. Por su parte, ella suspira cuando los brazos fuertes y cálidos la rodean y encuentra refugio en su cuerpo. Todo su ser tiembla y las lágrimas empiezan a brotar hasta mojar la piel del mestizo, ya que se siente libre de sacar lo que la atormenta y el pavor que su acto anterior le provoca. —Vamos a asearte —le dice con voz pausada, acto seguido, él la levanta por la cintura, entonces ella enreda las piernas alrededor de esta. Riú se conduce al río con ella encima y se sumerge en el agua, luego la libera allí y empieza a lavarla con sus manos, también le rompe la ropa y la tira en la orilla arenosa. —Vas a estar bien, mi amoyeca —anima. Trata de sonar seguro, pero la voz le sale entrecortada, dado que en realidad no entiende lo que le sucede a su pareja y teme lo peor. ¿Qué tal que el veneno en su saliva esté distorsionando su humanidad y la convierta en una criatura peligrosa? Y, aunque el cambio en su comportamien
PasadoEl joven de apariencia atractiva y ojos de color esmeralda caminaba en medio de las oscuras y desoladas calles, pero las penumbras a él no le era impedimento para llegar a su destino.Su mirada verde brillaba en la oscuridad y le daba una imagen clara de todo su alrededor, por lo que él podía ver hasta lo más mínimo sin ningún esfuerzo.Unos quejidos de dolor se escucharon a distancia, pero él no fue capaz de ignorarlos; así que se detuvo en la entrada de un callejón, donde vio a una mujer con apariencia demacrada tirada en el suelo y en posición fetal.—Oye, ¿estás bien? —inquirió preocupado y se apresuró a socorrer a la desaliñada pelirroja, que temblaba del frío y lloraba desconsolada.Ella trató de huir de él cuando este se le acercó, como si su salvador representara peligro. Su comportamiento defensivo y asustado lo llevó a pensar qué tanto daño le habían hecho, para que ella estuviera así de desconfiada.—No te haré nada malo, solo quiero ayudarte —le dijo con voz amable.
Después de dejar a Alexa en casa de Arel, Riú se pone a trabajar en su oficina, ya que se le acumularon muchas tareas por haberse quedado unos días alejado de todo junto a su pareja en la cabaña.Horas más tarde, él se frota los ojos y resopla aburrido, debido a que está ansioso por dejar ese papeleo aparte e irse a buscar a Alexa.Nunca antes había necesitado tanto la compañía de una mujer como con ella. Esa realidad, más que asustarlo lo hace sentir feliz porque por fin tiene un verdadero hogar al cual extrañar.—Alfa, la prisionera está cada vez más irritable y se niega a comer. Me temo que podría terminar mal si la mantenemos encerrada —le informa uno de sus guerreros, quien ha entrado para llevarle aquella información.Riú se tensa ante la mención de la rubia y su interior se estremece, al ser consciente de lo mal que lo debe estar pasando. Pese a que siente mucho rencor por ella, Vesti fue su mate y parte de él, así que todavía le afecta su bienestar."Mate traidora", gruñe su l
PasadoLa pelirroja resopló cuando se terminó su turno y fue al casillero por sus pertenencias. Exhausta y estresada, ella recostó la cabeza del material metálico y frío, y chilló por la frustración de sentirse estancada.Odiaba el trabajo explotador que tenía y el no poder surgir nunca en su carrera soñada; pero al mismo tiempo, le daba mucha impotencia que por más que se esforzaba el dinero no le era suficiente. Estaba pensando en ayudar a que su hermana consiguiera un trabajo allí, con la intención de que ella aportara en la casa.Sabía que ella nunca conservaba un empleo, mas esta vez debía ser firme en abordarle el tema, puesto que Alexa ya se sentía ahogada al tener que asumir ella sola casi todos los gastos. El único que la ayudaba un poco era su pareja, mas este tampoco aportaba mucho porque siempre tenía una excusa cuando le tocaba poner su parte.—Por lo menos llegar a casa me va a contentar. —Sonrió feliz al recordar a su novio, quien ya tenía varios meses viviendo en el ap
Alexa observa al extraño con nerviosismo y niega con la cabeza, ya que lo último que desea es estar en frente de quien considera ser su ex.—No regresaré con el alfa Riú —refuta desafiante—. Me iré ahora. —Ella da un paso hacia delante, mas él la intercepta para impedir que ella siga avanzando.—Lo siento, pero no puedo dejarte ir sin antes aclarar este asunto con el alfa. Es mi deber entregarte a él, ya ustedes sabrán cómo resolverán sus conflictos maritales —replica el extraño.—No hay nada que aclarar ni que resolver. Yo necesito ir a la manada Rayo dorado para que el alfa Tron me devuelva a mi continente.El hombre la mira suspicaz, ya que no le cree ni una sola palabra.—Eso lo decidirá el alfa Riú —sentencia y sale de la habitación, cuya puerta cierra con seguro.Alexa resopla molesta y termina de comer lo más rápido que puede, para recuperar la energía y ser capaz de huir de allí, antes de que Riú vaya por ella.—Maldito infiel, ¿cómo te atreviste a engañarme? ¿Y quién es esa m
Alexa siente un cosquilleo extraño que le recorre el cuerpo, a medida en que corre lejos de la cabaña. Al mismo tiempo, la respiración se le calma, pese a que debería estar agitada debido a la corrida, y los músculos se le destensan.De un momento a otro, el olor a planta le parece más fresco e intenso que de costumbre y sus pies dejan de tocar el suelo.—¡¿Qué rayos?! —profiere alarmada cuando nota que flota, pero que, al mismo tiempo, se transporta por encima del suelo con una velocidad sobrenatural y que ni siquiera emana una gota de sudor.Ella intenta detenerse; sin embargo, la energía que la recorre se lo impide, por lo que esta se aleja de la manada Fuerza de bronce con una rapidez que supera a los licántropos.Por otro lado, Riú le sigue el rastro en su forma lobuna, pero cuando llega a una parte del bosque difícil de cruzar, nota que no hay ninguna alteración ni muestras de que alguien haya estado allí.«¿Qué? ¿Cómo pudo cruzar todos estos obstáculos y no dejar otro rastro má