En una guerra de miradas, donde ambos están dispuestos a ganar, los dos mantienen la postura firme y en una posición que, más allá de mostrar incomodidad por una pelea sin sentido, denota deseo en todo su esplendor.Después de unos minutos de mucha tensión, ella lo empuja, pero no logra ni moverlo.—Permiso... —musita nerviosa.Riú no responde, en su lugar, se acerca más a ella y la aprieta contra la pared.Alexa siente una ira desbordante, ya que se está cansando del juego de parte del mestizo.—Dime, chico bipolar, ¿te excita jugar conmigo? Siento que vas a acabar con la poca salud mental que me queda, ya que un día te muestras cariñoso y pasional; mas luego te conviertes en un témpano de hielo y me alejas. ¡Ah!, pero también me celas y te comportas como todo un macho alfa posesivo de la era de los dinosaurios.—¿Ah? Soy macho y soy alfa, es como debo comportarme siempre —responde confundido—. En cuanto a ser posesivo, no conozco a un licántropo que no lo sea; pero ustedes los human
Los latidos de su corazón aumentan, a medida en que sus movimientos se tornan más intensos y rápidos. Los gemidos del hombre y la chica se unen armoniosos, y acompañan en dúo a los chasquidos que sus cuerpos sudorosos hacen.Un placer exquisito empieza a hacerle estragos, pero una voz interrumpe su orgasmo, frustrando la culminación del acto sexual.«No podemos estar juntos porque somos diferentes».Esa voz tosca no solo interrumpe el clímax, sino que también lo hace con aquel sueño erótico, que se repite todas las noches, pero que no logra culminar.—No puede ser... —balbucea frustrada mientras da varias vueltas en la cama—. Maldito Riú, hasta eso me arruinas. Ya que no te puedo tener en la realidad, ¿podrías colaborar en mis sueños? Siento que me volveré loca si no tengo un orgasmo...Ella se frota la cara y resopla, ya que se encuentra demasiado excitada debido al sueño anterior.—Necesito un hombre... —chilla frustrada mientras da patadas al aire—. Más de un año sin acción es much
La pasión desborda de sus cuerpos y el deseo de entregarse se torna cada vez más irrefrenable; a este punto, ya no hay lugar al arrepentimiento.Riú camina en dirección a la cama sin dejar de besar a Alexa, quien le corresponde con la misma fiereza y pasión.—Riú... —gime extasiada.Para él, escuchar su nombre en ese tono necesitado es glorioso y excitante; tanto, que su lobo gruñe impaciente dentro de él.—Alexa, me vas a volver loco, mujer.Él la pone en el colchón con una delicadeza que a ella le parece exagerada, pero tampoco se queja de su trato preocupado y atento.—Esta vez entrarás en mí —le advierte.Él frunce el ceño ante su petición porque no tiene otra idea que no sea esa, pese a que una parte de él le grita que está cometiendo un grave error.—¿Dónde está tu ropa interior? —inquiere divertido cuando, al subirle la bata, se encuentra con que no tiene nada abajo.—Este... —Ella se sonroja.—Cierto, te estabas tocando. ¿Tan difícil era pedirme ayuda con eso? —Él forma una s
La lluvia se escucha chocar contra el techo y se siente como si fuera un masaje al alma, dado que le es muy relajante.Ella olfatea el aroma que se ha impregnado en las sábanas y sonríe con los ojos aún cerrados.«Canela...», piensa fascinada y muy feliz.Una parte de ella desea abrir los ojos y comprobar que lo sucedido la noche anterior fue real y no parte de un sueño; mas la otra, desea seguir durmiendo ya que su cuerpo se encuentra demasiado agotado.Ella acaricia la cama en busca del hombre que le dio calor toda la noche, pero el vacío en el colchón la pone en alerta, entonces su cuerpo reacciona y ella termina de despertarse.—¿Riú? —lo llama con voz pesarosa. Una angustia extraña se apodera de ella cuando no recibe una contestación, entonces se incorpora en la cama de un respingo.De inmediato, un chillido deja sus labios por lo adolorido que se encuentran todos sus músculos.—¿Dónde estás, Iceberg? —masculla con tristeza al sentirse abandonada.Ella se levanta de la cama con u
«Amoyeca», resuena en su mente mientras ella camina en dirección a la habitación.Lleva una lucha interna porque desea devolverse y responderle, pero estar en silencio por un largo rato, al no saber qué decir, fue demasiado tortuoso y vergonzoso, por lo que decantó en huir como una cucaracha cobarde.Entretanto, Riú se siente tonto y se pregunta si fue prudente hacer aquella confesión."Lo está asimilando", lo consuela su lobo.«Siempre es lo mismo. Creo que soy demasiado impulsivo cuando me enamoro»."Fuiste frío y evasivo con ella por todo un año. ¿Cómo esperas que reaccione ante tu confesión? Siéntete afortunado si te cree. Tanto que te lo advertí..."Riú suspira y camina como cuerpo sin alma a preparar el desayuno, aunque dadas las circunstancias, se pregunta si tendrá algún sentido continuar con la costumbre, ya que no sabe si Alexa le va a corresponder.***Después de cambiarse la ropa, Alexa va a la cocina donde el olor a pescado le inunda las fosas nasales, como resultado, su
Alexa mira con atención la manera en que Riú prepara el caldo. Después de que él hornea la mitad del pescado, lo pica en trozos y se lo echa a la sopa, luego lo deja coserse por unos minutos más y apaga la estufa.—Qué delicia... —balbucea ella cuando prueba el caldo—. Deberías ser chef, mi amoyeco.—No se dice "amoyeco", eso le cambia el significado a la expresión —gruñe entre dientes.—Qué pesado eres, yo solo quiero que suene masculino.—Es una palabra general, ya deja de arruinarla.—Qué aburrido eres.—Arg...Alexa lo mira sonriente, ya que le entretiene su mal humor.—¿Por qué te enojas con tanta facilidad? Tan joven y tan amargado.—Come y cállate.—Ah, no, a mí no me hablarás como si fuera tu pelele.—Como digas...—Con toda y tu cara verde eres lindo.—No tengo la cara verde, soy mestizo.Alexa estalla en carcajadas.—Es una expresión.—Tú y tus expresiones raras —gruñe.Alexa lo observa con cara de enamorada y las mejillas se le ruborizan cuando cae en cuenta de que ellos so
Riú siente que el suelo se torna inestable y el corazón le late muy fuerte y rápido."Mate", pronuncia su lobo, pero Riú niega con la cabeza.«Ella no es mi mate, no te confundas», replica molesto."Mate".Su lobo se torna inquieto debido a la confusión que los recuerdos de Vesti le provoca, lo que resulta en un gran malestar para Riú.«Alexa es nuestra mate, no lo olvides»."Mate...», su lobo pierde los estribos.—¡Ya basta! —vocifera Riú fuera de sí mientras se agarra la cabeza, como si quisiera evitar que esta le fuera a estallar en pedazos.—¡Riú! —Alexa aparece de repente—. ¿Qué sucede? —Ella corre hacia él preocupada y le quita las manos de las sienes.Sentir el toque de su mate y olfatear su olor es como un calmante que lo trae en sí otra vez, entonces él empieza a tranquilizarse.—Alfa, ¿se encuentra bien? —inquiere el mensajero con preocupación.—Estoy bien... —responde ido.«No menciones a Vesti delante de Alexa. Nadie debe hacerlo o se la verá conmigo», ordena por medio del
Alexa siente que su pecho se llena de tristeza y desconcierto, y podría jurar que esas emociones negativas no provienen de ella, es como si sintiera por medio de otra persona.—Riú... —lo nombra con tristeza—. ¿Te estás arrepintiendo de nuestra relación? Siento que dudas de lo nuestro...—No digas eso, mi amoyeca. —Él la abraza—. Sé que he actuado extraño en estos días, pero te prometo que lo resolveré.—¿Qué sucede? ¿Qué es lo que tienes que resolver? —indaga angustiada y con un mal sabor de boca.Riú se tensa.—En su momento lo sabrás, por ahora, me toca resolverlo por mi cuenta. Es algo muy mío, Alexa.—Todo lo tuyo me interesa, en especial si te hace dudar de lo nuestro.—No, eso no es lo que sucede... —Él se relame los labios—. No dudo de lo nuestro, dudo de mí y de mi sano juicio. Por favor, dame tiempo y te lo explicaré.—Entiendo... —miente rendida porque en realidad no comprende sus palabras, como tampoco la razón de excluirla y omitirle la verdad. Ella esconde la mirada con