Una semana después...Tron y sus hombres se detienen a descansar y a alimentarse, en un bosque cercano al territorio que él había declarado como suyo.Después de un baño reparador, él se sienta debajo de un árbol que se encontraba alejado de los demás, quiénes prefieren acercarse a las fogatas debido al frío insoportable que hace aquella noche.—Alfa, tengo un informe para usted... —lo aborda Maura dubitativa—. Lo descubrí varios días atrás, pero no me había atrevido a dárselo porque sé lo mucho que leer su contenido lo afectará.Tron la mira intrigado.—Sabes bien que no me gusta que me oculten los asuntos importantes —gruñe molesto.Ella suspira con tristeza fingida y le extiende el reporte.Tron lee el documento meticuloso y, a medida en que las palabras cobran sentido en su cabeza, el pulso se le acelera y la vista se le nubla.—¿Qué es esto? —interpela, al borde de la ira.Ella se pone nerviosa porque teme que él encuentre alguna discrepancia, que saque a la luz la manera en la q
Días después...El anuncio de la llegada del alfa resuena por todo el claro, donde los omegas y guerreros que llegaron por medio del transporte marítimo y terrestres están habitando en tiendas.Otsana, quien acaba de amamantar a Dylan, sale de su tienda a toda prisa, ansiosa por ver a su mate.Con el corazón latiéndole frenético, la respiración agitada y varios escalofríos de anticipación viajando a través de su piel, ella se une a los demás, quienes se han agrupado en medio del campamento para recibir a Tron y a los guerreros que vienen junto a él y los omegas más fuertes.Una sensación extraña le embarga el pecho, a medida en que él se acerca, y poco a poco la tristeza que él oculta se le transmite a ella.«¿Qué le sucede a Tron?», piensa preocupada mientras busca la mirada gris, como si en ella encontrará esa respuesta que necesita.Tron empieza su discurso aún en el caballo y rodeado de sus guerreros más poderosos y de confianza. A su lado derecho se encuentra Maura, quien lo obse
Tron se encuentra dentro de una tina que ha sido preparada para él en un lugar alejado y tranquilo, cubierto por cortinas y plantas.Él está absorto en sus pensamientos y rememora una y otra vez la expresión de Otsana.«Pequeña loba...», piensa con añoranza y arrepentimiento.—Alfa... —Aquella voz despierta a su lobo y le provoca una ira, a la que él aún no logra descifrar el motivo del todo.—¿Qué diablos haces aquí? —masculla entre dientes.—Vine a ayudarlo con su baño —responde con un tono seductor que a él le incomoda.Maura siempre ha sido una guerrera sobresaliente, en quien él se ha apoyado por muchos años y en quien más confía por su lealtad y disciplina; sin embargo, su nueva actitud lo pone incómodo y le provoca un revoltijo en el estómago que le causa mal humor.—Si necesitare ayuda para esto, ¿crees que te llamaría a ti? —profiere sin disimular su disgusto.—No solo le puedo ayudar con el baño, también puedo relajarlo. A leguas se le nota la tensión en el cuerpo... —Ella s
El beso fiero que Otsana le da a su mate, acompañado con esa invitación atrevida, pronto hace efecto entre las piernas de él, quien la pone en el colchón con delicadeza como si ella fuera un vaso frágil y delicado que podría romperse con un trato tosco. —Uy, pequeña, has despertado a la bestia —expresa divertido y con la voz gruesa. Él le va a arrancar el vestido con fiereza, pero ella lo detiene y lo mira con una sonrisa pícara.—Lobo travieso, ¿quién te dijo que tú tomarás el control? Todavía estoy enojada contigo por haberme tratado con indiferencia cuando llegaste, así que quédate quieto y obedece a tu luna.La manera demandante de ella querer someterlo enciende una pasión dentro de él que pone a su parte salvaje ansiosa, pero por nada del mundo se perdería ser controlado por su pequeña mate.—Tienes razón, mi luna, merezco ser castigado.Su voz ronca excita a Otsana, quien se lame los labios sugestiva y se coloca de cuclillas sobre él. Ella le agarra los grandes y pesados brazos
Tron pide un informe verbal detallado a Riú que le toma una media hora. Hecho esto, él divide a los jefes con sus divisiones y los envía a las partes más vulnerables de la manada, mientras que escoge a cuatro grupos de los más expertos para hacerle frente a sus enemigos.Él también envía un aviso a las manadas aliadas para que le den la mano, asimismo, manda a un mensajero con una carta para el consejo, demandando el ataque injustificado de parte de la manada Luna de hierro y de sus cómplices.—No —sentencia decidido y con esa mirada intimidante que todavía la hace temblar.—Tengo el derecho de pelear por nuestra manada, Tron.—No estás lista aún —niega otra vez, y continúa sacando armas de un baúl para repartirlas a sus hombres.Otsana camina de un lado a otro en desacuerdo y lo mira indignada.—Puedo hacerlo, estoy segura —insiste.Tron se detiene de hacer su tarea y la enfrenta con porte decidido, mientras la observa de una forma que la hace tragar pesado.«El alfa sabe cómo intimi
Los hombres de Tron avanzan a la batalla guiados por él, sorprendiendo a sus enemigos, dado que ellos no esperaban encontrarlos allí dispuestos a enfrentarlos.La cara de los jefes oponentes se torna pálida al ver a Tron guiando a sus hombres. Él es el único alfa que se encuentra en el campo de batalla, ya que los que se aliaron a Petro solo le colaboraron con sus mejores guerreros, pero ninguno se arriesgó a enfrentar a Tron directamente.Tampoco los de Luna de hierro van con su alfa, ya que Petro no es guerrero, así que se quedó en la manada con el resto de gobernadores.—¡Viva Rayo dorado! —vocifera Tron con su voz de alfa, cuyo tono hace temblar a los presentes.De inmediato, todos sus hombres se lanzan a la batalla, tanto en caballos como a pies o en naves terrestres que lanzan fuego, mientras que un grupo avanza convertido en su forma lobuna.Tron se tira del caballo y cae entre una multitud de guerreros oponentes, cuyos estómagos son lamidos por las dos espadas que él lleva en
Los gritos y alaridos desesperados se mezclan entre las víctimas y los agresores, ya que estos últimos son asesinados por Otsana y los guardias, mientras que los civiles vociferan debido al pánico."Destroza a esos desgraciados", le ordena su loba, ansiosa por seguir derramando sangre.Otsana, presa de un éxtasis extraño, se deja llevar por su impulso salvaje. Es así como ella se da la satisfacción de sacar toda la ira contenida que ha guardado desde que fue abusada.Poder acabar con rateros como esos lobos la hace sentir que libera a las manadas de una plaga, pero al mismo tiempo, está convencida de que hace justicia por ella y por todas las personas, que han sido víctimas de los deseos egoístas y despreciables de gente como esa.Después de una hora de lucha y derramamiento de sangre, el refugio queda libre de sus enemigos.—Aseguren el refugio y guarden la entrada, recuerden que el hijo del alfa se encuentra aquí —les da instrucciones, acto seguido, Otsana abandona el lugar y corre
PasadoAquellas montañas se imponían majestuosas, en un tono verde que decoraba de apariencia fresca a una pequeña manada, cuyos miembros eran menos civilizados o modernos en comparación con otras comunidades, pero adiestrados en el uso de los recursos naturales y de sus propios cuerpos.Aquellas tierras eran ricas en flora, fauna, ríos y minas, lo que les brindaba una buena estabilidad económica a sus habitantes.Ellos no edificaban grandes edificios, tampoco utilizaban los aparatos electrónicos de los que las demás manadas dependían. En su lugar, ellos eran uno con la naturaleza y muy entregados a los valores y a los buenos sentimientos.Allí había un jovencito que crecía admirando las habilidades de lucha que su padre poseía, quien era el gamma de la manada y el responsable de dirigir a los guerreros que vigilaban los territorios cercanos, para evitar que los lobos ratas o solitarios asaltaran sus territorios.—¡Riú! —El corazón le latió muy rápido cuando el melodioso sonido de la