Por su parte Aiko, Hanako y Elena estaban en el auto de camino a la casa del señor Fiore, el viaje había sido silencioso hasta que este fue interrumpido por una suave melodía producida por el teléfono de la peliverde. - ¿Quién es? – pregunto Hanako, sin dejar de ver el camino, ya que ella estaba manejando. - … - Aiko frunció el ceño al ver el mensaje – Hanako, para aquí. - ¿Eh? – la peli morada le vio confundida – pero aún falta un poco para llegar y… - dejo de hablar al ver que la Aiko estaba molesta, así que la obedeció y busco aparcar el automóvil. - ¿Ya llegamos? – pregunto Elena confundida. - No – dijo Aiko bajándose del vehículo, siendo seguida por Hanako y Elena, quienes miraban confundidas ese drástico cambio de humor de ella. - ¿A dónde vamos? – pregunto preocupada Elena, pero en eso se quedó muda al ver que la peliverde sacaba una pistola de entre sus ropas y le apuntaba - ¿qué haces? - Aiko… - Hanako, saca tu arma – ordeno la peliverde, donde la nombrada obedeció e i
Sin saber lo que estaba a punto de pasar o lo que le habia ocurrido a su padre y secuaces; Alejandra seguía en su mundo, concentrada con sus planes de venganza y manejando hasta su escondite especial. Llego hasta el muelle, dejo aparcado su auto y busco ingresar a ese escondite especial, donde su familia guardaba las armas y objetos valiosos que conseguían de los tratos jugosos o se los robaban a otras familias. - Esperemos que no hayan tomado esas cosas – hablo consigo misma ingresando la clave del lugar para abrir la puerta. Al ingresar se podía apreciar todas las obras de arte y joyas de alto valor expuestas en una vitrina en una de las paredes y en otras estaban expuestas las armas, donde ella sonrió al ver que no habían tomado las armas que quería usar en esos momentos. Ella sonrió y tomo su móvil, buscando llamar a su padre para agradecerle por su ayuda, ya que NUNCA fue a salvarla. - Vamos, contesta imbécil – decía al escuchar el sonido del móvil sonando – ¡ash! ¡vamos toma
Por otra parte, ignorando lo que su psicópata de su exesposa planeaba, Scott habia logrado que Karen estuviera relajada y lo acompañara el interior de la casa para que tomara asiento y descansara, recordándole que no podía sobre esforzarse mucho por los gemelos. - Puedes traerme un jugo – pidió Scott a una de las sirvientas, quien rápido fue a buscarlo a la cocina. - Decimo – indico ella pasándole un vaso de jugo de naranja. - Gracias – menciono tomándola – ten Karen, tómalo por favor te vez algo pálida. - Yo no… - Karen quiso negarse, pero al notar la insistencia del rubio, solo dejo escapar un suspiro antes de tomar el vaso y beberlo. - Sabes… - empezo a decir apenado el rubio, mientras se sentaba al lado de ella – yo… - No estes nervioso, te escucho – dijo Karen – di lo que quieras. - … - Scott sonrió ante esas palabras respirando hondo para tomar la mano libre de la rubia platinada y verla a los ojos – sabes, antes de toda esta locura yo habia pensado en secuestrarte un rato
Margot finalizo la llamada y dejo escapar un suspiro, mientras sentía la necesidad restregar sus ojos con sus manos, porque ella odiaba las cosas complicadas. - Tranquila – le dijo Alessandro. - A veces siento que no puedo con esta presión, porque me enoja ver que siempre existen los envidiosos. - Así pasa en todos lados, no solo en la mafia, prima. - Tú también te vez tenso – dijo ella notando la seriedad del peli morado. - Bueno es que ando pensando mentalmente como le daré mi reposte al señor Diego y dependiendo de su reacción, creo que igual entregare mi carta de renuncia. - Sabes por como actúas y te expresas, ahora en verdad pareces una copia del tío Kenji – se burló Margot buscando aligerar el ambiente y de paso molestar un poco a su primo – solo tienes el color de cabello de tía. - No empieces a fastidiar – dijo aburrido sin mirarle a ver – apropósito, ¿tío sabe de tu amorío con ese sujeto del gobierno? – pregunto sonriendo de lado notando que ella se tensaba y lo miraba
- Wow… creo que el fin del mundo está cerca – opino de forma divertida Harry, quien fue el primero en reaccionar. - ¿En serio? – pregunto Ricardo arqueando la ceja. - Porque no me sorprende… - opino Diego – los Fiore y Albani están relacionados. Ante esas palabras, Scott miraba con un poco de desconfianza a Diego y por inercia se acercó a Karen para buscar protegerla. - Jefe, estoy aquí para hablar de frente y ahora que sabe mi identidad no tengo porque ocultar nada e igual le puedo asegurar que el entrar a trabajar con usted, fue por mi deseo y no porque alguien me lo ordenara. - No necesitas decir lo obvio hijo – reclamo Kenji, quien se notaba un poco celoso. - Te creo Alessandro, siempre me has demostrado gran determinación y sinceridad en tus palabras y acciones – opino Diego, mirando de forma divertida al peliverde que se notaba molesto con su presencia - siempre noté la gran pasión que tienes al realizar cada misión, así que jamás pensé que fueras algún traidor. - Dejen es
En esos momentos, un automóvil se aproximaba a máxima velocidad a la casa, el cual no detuvo su marcha a pesar de ver que había guardias en la entrada que le pedían detenerse con señas, por lo que ellos sacaron sus armas y abrieron fuego, disparándole a las llantas, pero eso no detuvo al vehículo y algunos terminaron atropellados, al mismo tiempo que la reja era derribada. El ruido alerto a todos los que estaban en la casa en esos momentos, donde los guardias notaron que el vehículo se dirigía a toda velocidad hasta donde estaban su jefe y familiares. - ¡Cuidado! – grito Harry, al ver que el vehículo ya estaba cerca de ellos. Todos corrieron buscando esquivarlo, pero justo en eso otro automóvil llego a máxima velocidad y se estrelló contra el otro, haciendo que el primero se estrellara contra el árbol más cercano, mientras que el segundo quedo inservible porque termino con el motor destrozado. - Cof… ¿están bien? – pregunto Ricardo buscando ver que habia ocurrido y esperando que el
- Siempre trate de… - ¡MENTIRA! en serio siempre creíste que era estúpido o ¿qué? – le reclamo Scott – crees que no note todos los anticonceptivos que te tomabas todas las noches antes de acostarte conmigo – menciono frunciendo el ceño. - Bueno tienes la cara – se mofo ella, pero en eso sintió un disparo en su pierna - ¡ah! Scott miro de reojo al atacante, notando que su prima fue la que disparo y se acercaba a ellos a paso decidido. - Te dije que me las pagarías – le dijo ella – Scott entra a ver a tus hijos nacer, porque yo seré quien mate a esta golfa. - Soy mucha mujer para que tú me mates – se burló Alejandra. - Podemos averiguarlo – indico la peliverde apretando con fuerza su arma. - Margot, ve a ayudar a en la búsqueda de nuestros padres – le ordeno Scott. - Pero… - Yo soy quien le pondrá fin a esta mujer – menciono el rubio. - … - Margot hizo una mueca, pero acato la orden de Scott y fue a ayudar en la búsqueda de su padre, olvidándose de su riña con esa mujer. - Uh…
Ignorando todo el caos que dejo atrás, Scott corrió por la casa buscando a Karen, guiándose por el llanto de uno de sus hijos; tras unos minutos angustiantes llego a la habitación medica de la casa, donde estaban recibiendo al segundo bebe en esos momentos. El rubio miro que uno de sus pequeños era un bebe con algunos cabellos pelinegros en su cabecita y al bebe que estaban sacando del interior de su madre en esos momentos era un pequeño castañito con algo de cabello; él sonrió y se permitió perderse en la belleza de sus hijos hasta que un horrible sonido lo saco de sus pensamientos. - Piiiiiiii… - se escuchó en la habitación, donde ahora una de las sirvientas tomaba al bebe castaño para alejarlo del lugar, mientras el medico se apresuraba a cerrar el corte que le habían hecho en su vientre a la rubia platinada para recibir y salvar a los bebes. - ¡Karen…! - grito angustiado Scott buscando acercarse, pero dos sirvientas lo detuvieron para mantenerlo alejado de ella. - Señor Albani,