Ignorando el gran caos que ocurrían en la mansion Albani, Ramiro estaba angustiado por toda la situacion que estaba pasando en esos momentos. - Jefe – le grito uno de sus hombres, a la vez que lo jalaba y lograba hacer que evitara la bala que estaba por darle en su pierna. - Tch… malditos policías – se quejó Ramiro disparando e hiriendo de gravedad al oficial que casi lo lastima. - Nos tienen rodeados – dijo asustado el hombre que estaba a su lado. - Vamos al cuarto seguro – ordeno donde buscaron ingresar a una habitación y activar una puerta secreta, para ingresar a una habitación oculta la cual contaba con paredes brindadas. Ramiro estaba furioso y mirando la cruel ironía de la situacion, ya que esa habitación le servía para castigar y meter a las víctimas que secuestraba o torturaba, pero ahora ese lugar parecía ser su único lugar de salvación. Al notar lo que habia pasado, los oficiales buscaron empezar a sacar los cuerpos y arrestar a los mafiosos que seguían vivos. - Solo
Agregando más problemas a la situación, podíamos ver que en cierto edificio de la ciudad la situación era delicada y muy complicada, ya que se podía escuchar como dos personas tenían un duelo a muerte con sus armas de fuego, creando un gran caos y destrucción a su paso. Ya había amanecido, pero el cansancio y la desvelada pudieron más con su cuerpo, por lo que Elena seguía dormida, así fue hasta que escucho el primer disparo. - ¡Que! – ella se levantó asustada por el ruido - ¿Diego? – dijo mirando a su alrededor y en eso escucho un segundo disparo, lo que la asusto e hizo que se escondiera debajo del escritorio. Se escucho un nuevo disparo y nuevamente se asustó, pero en eso se extrañó un poco ya que se escuchaban los disparos y nada más; Elena con cuidado salió de su escondite algo confundida ya que no tenía lógica ese silencio abrumador que se escuchaba… se supone estaba en el departamento de policías y escuchaba disparos… algo malo estaba ocurriendo. Con cautela y algo de miedo,
A pesar de que le estaba agradando la compañía del mayor, ella sentía que algo estaba mal e igual lo notaba en la seguridad, ya que de un momento a otro esta se reforzo, porque miraba a más “empleados” cerca. - Aquí si seré estricto contigo Karen, recuerda debes comer todo – dijo Harry buscando sonar algo molesto. - … - Karen arqueo la ceja ante ese comentario y noto que el mayor le había colocado de forma adicional al desayuno un plato con 3 galletas de vainilla y chocolate para que disfrutara con un vaso de jugo de naranja - supongo que debo obedecer – menciono sonriendo de forma divertida. - Supones bien – contesto Harry, mientras mordía una de sus galletas. Karen miraba al mayor y notaba que era una persona muy agradable, tal vez estaría más a gusto en ese lugar tan tranquilo, si las circunstancias fueran diferentes. Mientras disfrutaban del postre del desayuno, Karen analizaba a todas las personas a su alrededor, deduciendo que todos esos empleados estaban bien entrenados, ya
Mientras ese hermoso reencuentro ocurría, de forma paralela en otra parte de la ciudad ocurría algo alarmante. Justo en esos momentos, Ramiro se encontraba en apuros y podía sentir que su libertad se le escapaba de sus manos, ya que en esos momentos estaba en una situación muy delicada y complicada, porque al llegar a la mansión principal de los Albani noto que esta estaba destruida y en algunas partes aún se podía ver algo de fuego. - Pero que… - dijo Ramiro horrorizado al ver ese lugar destrozado por completo, en eso se preocupó y olvidando que estaba esposado, busco correr al interior de lo que quedaba de esa casa para buscar a su hija - ¡noo! ¡Alejandra! – grito, pero en eso tropezó y cayo de cara al suelo, donde al girarse vio que el peli morado lo hizo tropezar y ahora estaba parado a su lado. - Al parecer me mentiste, porque dudo que esta sea la gran casa principal de los Albani – menciono Alessandro mirando los alrededores notando que parecía un lugar abandonado. - No… no…
De forma paralela, regresando a la estación de policías, la batalla entre esos 2 rivales seguía transcurriendo sin interrupciones; quienes al ver que sus balas se agotaron buscaron seguir la pelea a puño limpio, buscando que cada golpe que acertaban en el cuerpo del contrario provocara el máximo daño posible. Tan concentrados estaban en su batalla, que ninguno se percató que su pelea era observada por una persona, la cual hasta ya dejaba escapar un bostezo, porque ya se había aburrido de verlos. Lucas observaba con atención como ese par seguía en su pelea, ya la cual ya se sentía algo infantil y absurda, porque ambos se notaban cansados y ya solo era cuestión de minutos para declarar un ganador o un empate, porque ellos estaban llegando a su límite. - Ahora que lo pongo en perspectiva, si ellos tienen esa fuerza ya deseo ver que tan fuertes y que habilidades serán esos bebes cuando sean mayores – opino para si Lucas, provocando que sonriera de lado, ya que era divertido imaginar todo
Justo en esos momentos sonó el celular de Chloe, quien se encontraba revisando unas cosas en una computadora portátil en una oficina gubernamental. - ¿Hola? – contesto ella. - Chloe ya avisé y ya van todos en camino – escucho que le comentaba la voz de Margot. - Perfecto, yo estoy terminando algunos detallitos por aquí y enseguida los alcanzamos – contesto ella de forma cantarina. - ¿Te escuchas muy feliz? ¿qué estás haciendo? - Vengándome, ya que la aguante y le soporte mucho, así que ahora debe pagar – dijo dejando notar la molestia en sus palabras – por eso ando haciendo una travesura muy especial. - Ok, solo ten cuidado. - Soy una profesional, no tardare y será un resultado divertido de ver, además aquí esta tu bomboncito para cuidarme y ver que no me emocione demasiado – indico Chloe terminando la llamada. - ¡Hey! ¡no le digas bomboncito a mi bomboncito, solo yo puedo! – se quejó Margot. - ¿Es en serio? - Tu cállate Alessandro, no opines y sigue manejando – le reclamo la
Por su parte Aiko, Hanako y Elena estaban en el auto de camino a la casa del señor Fiore, el viaje había sido silencioso hasta que este fue interrumpido por una suave melodía producida por el teléfono de la peliverde. - ¿Quién es? – pregunto Hanako, sin dejar de ver el camino, ya que ella estaba manejando. - … - Aiko frunció el ceño al ver el mensaje – Hanako, para aquí. - ¿Eh? – la peli morada le vio confundida – pero aún falta un poco para llegar y… - dejo de hablar al ver que la Aiko estaba molesta, así que la obedeció y busco aparcar el automóvil. - ¿Ya llegamos? – pregunto Elena confundida. - No – dijo Aiko bajándose del vehículo, siendo seguida por Hanako y Elena, quienes miraban confundidas ese drástico cambio de humor de ella. - ¿A dónde vamos? – pregunto preocupada Elena, pero en eso se quedó muda al ver que la peliverde sacaba una pistola de entre sus ropas y le apuntaba - ¿qué haces? - Aiko… - Hanako, saca tu arma – ordeno la peliverde, donde la nombrada obedeció e i
Sin saber lo que estaba a punto de pasar o lo que le habia ocurrido a su padre y secuaces; Alejandra seguía en su mundo, concentrada con sus planes de venganza y manejando hasta su escondite especial. Llego hasta el muelle, dejo aparcado su auto y busco ingresar a ese escondite especial, donde su familia guardaba las armas y objetos valiosos que conseguían de los tratos jugosos o se los robaban a otras familias. - Esperemos que no hayan tomado esas cosas – hablo consigo misma ingresando la clave del lugar para abrir la puerta. Al ingresar se podía apreciar todas las obras de arte y joyas de alto valor expuestas en una vitrina en una de las paredes y en otras estaban expuestas las armas, donde ella sonrió al ver que no habían tomado las armas que quería usar en esos momentos. Ella sonrió y tomo su móvil, buscando llamar a su padre para agradecerle por su ayuda, ya que NUNCA fue a salvarla. - Vamos, contesta imbécil – decía al escuchar el sonido del móvil sonando – ¡ash! ¡vamos toma