A pesar de que le estaba agradando la compañía del mayor, ella sentía que algo estaba mal e igual lo notaba en la seguridad, ya que de un momento a otro esta se reforzo, porque miraba a más “empleados” cerca. - Aquí si seré estricto contigo Karen, recuerda debes comer todo – dijo Harry buscando sonar algo molesto. - … - Karen arqueo la ceja ante ese comentario y noto que el mayor le había colocado de forma adicional al desayuno un plato con 3 galletas de vainilla y chocolate para que disfrutara con un vaso de jugo de naranja - supongo que debo obedecer – menciono sonriendo de forma divertida. - Supones bien – contesto Harry, mientras mordía una de sus galletas. Karen miraba al mayor y notaba que era una persona muy agradable, tal vez estaría más a gusto en ese lugar tan tranquilo, si las circunstancias fueran diferentes. Mientras disfrutaban del postre del desayuno, Karen analizaba a todas las personas a su alrededor, deduciendo que todos esos empleados estaban bien entrenados, ya
Mientras ese hermoso reencuentro ocurría, de forma paralela en otra parte de la ciudad ocurría algo alarmante. Justo en esos momentos, Ramiro se encontraba en apuros y podía sentir que su libertad se le escapaba de sus manos, ya que en esos momentos estaba en una situación muy delicada y complicada, porque al llegar a la mansión principal de los Albani noto que esta estaba destruida y en algunas partes aún se podía ver algo de fuego. - Pero que… - dijo Ramiro horrorizado al ver ese lugar destrozado por completo, en eso se preocupó y olvidando que estaba esposado, busco correr al interior de lo que quedaba de esa casa para buscar a su hija - ¡noo! ¡Alejandra! – grito, pero en eso tropezó y cayo de cara al suelo, donde al girarse vio que el peli morado lo hizo tropezar y ahora estaba parado a su lado. - Al parecer me mentiste, porque dudo que esta sea la gran casa principal de los Albani – menciono Alessandro mirando los alrededores notando que parecía un lugar abandonado. - No… no…
De forma paralela, regresando a la estación de policías, la batalla entre esos 2 rivales seguía transcurriendo sin interrupciones; quienes al ver que sus balas se agotaron buscaron seguir la pelea a puño limpio, buscando que cada golpe que acertaban en el cuerpo del contrario provocara el máximo daño posible. Tan concentrados estaban en su batalla, que ninguno se percató que su pelea era observada por una persona, la cual hasta ya dejaba escapar un bostezo, porque ya se había aburrido de verlos. Lucas observaba con atención como ese par seguía en su pelea, ya la cual ya se sentía algo infantil y absurda, porque ambos se notaban cansados y ya solo era cuestión de minutos para declarar un ganador o un empate, porque ellos estaban llegando a su límite. - Ahora que lo pongo en perspectiva, si ellos tienen esa fuerza ya deseo ver que tan fuertes y que habilidades serán esos bebes cuando sean mayores – opino para si Lucas, provocando que sonriera de lado, ya que era divertido imaginar todo
Justo en esos momentos sonó el celular de Chloe, quien se encontraba revisando unas cosas en una computadora portátil en una oficina gubernamental. - ¿Hola? – contesto ella. - Chloe ya avisé y ya van todos en camino – escucho que le comentaba la voz de Margot. - Perfecto, yo estoy terminando algunos detallitos por aquí y enseguida los alcanzamos – contesto ella de forma cantarina. - ¿Te escuchas muy feliz? ¿qué estás haciendo? - Vengándome, ya que la aguante y le soporte mucho, así que ahora debe pagar – dijo dejando notar la molestia en sus palabras – por eso ando haciendo una travesura muy especial. - Ok, solo ten cuidado. - Soy una profesional, no tardare y será un resultado divertido de ver, además aquí esta tu bomboncito para cuidarme y ver que no me emocione demasiado – indico Chloe terminando la llamada. - ¡Hey! ¡no le digas bomboncito a mi bomboncito, solo yo puedo! – se quejó Margot. - ¿Es en serio? - Tu cállate Alessandro, no opines y sigue manejando – le reclamo la
Por su parte Aiko, Hanako y Elena estaban en el auto de camino a la casa del señor Fiore, el viaje había sido silencioso hasta que este fue interrumpido por una suave melodía producida por el teléfono de la peliverde. - ¿Quién es? – pregunto Hanako, sin dejar de ver el camino, ya que ella estaba manejando. - … - Aiko frunció el ceño al ver el mensaje – Hanako, para aquí. - ¿Eh? – la peli morada le vio confundida – pero aún falta un poco para llegar y… - dejo de hablar al ver que la Aiko estaba molesta, así que la obedeció y busco aparcar el automóvil. - ¿Ya llegamos? – pregunto Elena confundida. - No – dijo Aiko bajándose del vehículo, siendo seguida por Hanako y Elena, quienes miraban confundidas ese drástico cambio de humor de ella. - ¿A dónde vamos? – pregunto preocupada Elena, pero en eso se quedó muda al ver que la peliverde sacaba una pistola de entre sus ropas y le apuntaba - ¿qué haces? - Aiko… - Hanako, saca tu arma – ordeno la peliverde, donde la nombrada obedeció e i
Sin saber lo que estaba a punto de pasar o lo que le habia ocurrido a su padre y secuaces; Alejandra seguía en su mundo, concentrada con sus planes de venganza y manejando hasta su escondite especial. Llego hasta el muelle, dejo aparcado su auto y busco ingresar a ese escondite especial, donde su familia guardaba las armas y objetos valiosos que conseguían de los tratos jugosos o se los robaban a otras familias. - Esperemos que no hayan tomado esas cosas – hablo consigo misma ingresando la clave del lugar para abrir la puerta. Al ingresar se podía apreciar todas las obras de arte y joyas de alto valor expuestas en una vitrina en una de las paredes y en otras estaban expuestas las armas, donde ella sonrió al ver que no habían tomado las armas que quería usar en esos momentos. Ella sonrió y tomo su móvil, buscando llamar a su padre para agradecerle por su ayuda, ya que NUNCA fue a salvarla. - Vamos, contesta imbécil – decía al escuchar el sonido del móvil sonando – ¡ash! ¡vamos toma
Por otra parte, ignorando lo que su psicópata de su exesposa planeaba, Scott habia logrado que Karen estuviera relajada y lo acompañara el interior de la casa para que tomara asiento y descansara, recordándole que no podía sobre esforzarse mucho por los gemelos. - Puedes traerme un jugo – pidió Scott a una de las sirvientas, quien rápido fue a buscarlo a la cocina. - Decimo – indico ella pasándole un vaso de jugo de naranja. - Gracias – menciono tomándola – ten Karen, tómalo por favor te vez algo pálida. - Yo no… - Karen quiso negarse, pero al notar la insistencia del rubio, solo dejo escapar un suspiro antes de tomar el vaso y beberlo. - Sabes… - empezo a decir apenado el rubio, mientras se sentaba al lado de ella – yo… - No estes nervioso, te escucho – dijo Karen – di lo que quieras. - … - Scott sonrió ante esas palabras respirando hondo para tomar la mano libre de la rubia platinada y verla a los ojos – sabes, antes de toda esta locura yo habia pensado en secuestrarte un rato
Margot finalizo la llamada y dejo escapar un suspiro, mientras sentía la necesidad restregar sus ojos con sus manos, porque ella odiaba las cosas complicadas. - Tranquila – le dijo Alessandro. - A veces siento que no puedo con esta presión, porque me enoja ver que siempre existen los envidiosos. - Así pasa en todos lados, no solo en la mafia, prima. - Tú también te vez tenso – dijo ella notando la seriedad del peli morado. - Bueno es que ando pensando mentalmente como le daré mi reposte al señor Diego y dependiendo de su reacción, creo que igual entregare mi carta de renuncia. - Sabes por como actúas y te expresas, ahora en verdad pareces una copia del tío Kenji – se burló Margot buscando aligerar el ambiente y de paso molestar un poco a su primo – solo tienes el color de cabello de tía. - No empieces a fastidiar – dijo aburrido sin mirarle a ver – apropósito, ¿tío sabe de tu amorío con ese sujeto del gobierno? – pregunto sonriendo de lado notando que ella se tensaba y lo miraba