A la par que esa situacion se vivía en la mansion Albani; las cosas no estaban tan calmadas como deseaba aparentar Ramiro Tards, ya que sabía que cada minuto que pasaba podía ser el último de su amada hija. Justo en esos momentos se sentía tan impotente, ya que el tiempo pasaba y aún seguía sin entender lo que habia ocurrido, a la vez que maldecía a todos esos incompetentes que trabajaban para él. Ramiro estaba en la oficina de su casa, caminando en círculos, mientras pensaba como es que habia terminado en esa situacion… repasando mentalmente todo lo que habia hecho hasta ahora, por lo cual no tenía lógica su actual estado lamentable, porque habia empezado bien: con esa emboscada exitosa de esa vez, su hija desposando al heredero de los Albani, usar el dinero de sus enemigos para fortalecerse y obtener un gran armamento sin invertir nada de su propio capital; pero ahora la alegría de esas victorias se opacaban ante la desgracia que le azotaba en esos momentos ya que: Diego Quissi est
Sentía su cuerpo algo pesado y adolorido, en eso poco a poco empezo a abrir los ojos notando que estaba en su habitación y ya habían arreglado su puerta. - Ah… duele… - se quejó mirando que tenía algunas vendas en su cuerpo, ante eso miro confundido su cuerpo ¿por qué estaba vendado? ¿habia pasado algo?, en eso su mente despertó de golpe y le hizo recordar todo de golpe por lo que ahora se miraba angustiado. Scott seguía preocupado ya que no sabía cuánto tiempo llevaba dormido y si ya habia alguna noticia sobre Karen y sus hijos; por ello se colocó de pie para salir de la cama, pero al poner un pie lejos de la cama se tropezó y cayo de cara al suelo. - Auch… - se quejó el rubio, donde al buscar al culpable de su tropiezo, noto que una de sus piernas tenía un grillete y la otra punta estaba sujetaba en la cabecera de la cama; al ver eso frunció el ceño, mientras buscaba algo a su alrededor para buscar romper esas cadenas que lo tenían atado a su cama, aunque en sus movimientos sintió
Estaba en ese lugar pensando que todo lo que había pasado era inaudito, un insulto a su persona y sobre todo muy humillante; de hecho, si lo pensaba bien no tenía lógica ¿cómo era posible que todo había terminado de esa forma…? es decir, ella había tenía todo: poder, dinero, respeto. Alejandra estaba molesta, se suponía que en esos momentos ella era alguien en ese maldito y jodido mundo, es decir… no había imposibles para ellos ya que muchos le temían y otros la respetaban por su título como la esposa del décimo Albani… entonces, ¿por qué todo se fue al diablo? ¿por qué en ese momento estaba tirada en el suelo con varios moretones y encerrada en una m*****a habitación con barrotes en las ventanas? ¿en qué momento su vida cambio de esa forma tan radical? ¿por qué la vida era injusta y la torturaba de esa manera? La peli naranja juraba mentalmente cobrar venganza de todas y cada una de las personas que la dejaron en ese lugar y su venganza comenzaría con la traidora de Chloe y los Alba
Ignorando el gran caos que ocurrían en la mansion Albani, Ramiro estaba angustiado por toda la situacion que estaba pasando en esos momentos. - Jefe – le grito uno de sus hombres, a la vez que lo jalaba y lograba hacer que evitara la bala que estaba por darle en su pierna. - Tch… malditos policías – se quejó Ramiro disparando e hiriendo de gravedad al oficial que casi lo lastima. - Nos tienen rodeados – dijo asustado el hombre que estaba a su lado. - Vamos al cuarto seguro – ordeno donde buscaron ingresar a una habitación y activar una puerta secreta, para ingresar a una habitación oculta la cual contaba con paredes brindadas. Ramiro estaba furioso y mirando la cruel ironía de la situacion, ya que esa habitación le servía para castigar y meter a las víctimas que secuestraba o torturaba, pero ahora ese lugar parecía ser su único lugar de salvación. Al notar lo que habia pasado, los oficiales buscaron empezar a sacar los cuerpos y arrestar a los mafiosos que seguían vivos. - Solo
Agregando más problemas a la situación, podíamos ver que en cierto edificio de la ciudad la situación era delicada y muy complicada, ya que se podía escuchar como dos personas tenían un duelo a muerte con sus armas de fuego, creando un gran caos y destrucción a su paso. Ya había amanecido, pero el cansancio y la desvelada pudieron más con su cuerpo, por lo que Elena seguía dormida, así fue hasta que escucho el primer disparo. - ¡Que! – ella se levantó asustada por el ruido - ¿Diego? – dijo mirando a su alrededor y en eso escucho un segundo disparo, lo que la asusto e hizo que se escondiera debajo del escritorio. Se escucho un nuevo disparo y nuevamente se asustó, pero en eso se extrañó un poco ya que se escuchaban los disparos y nada más; Elena con cuidado salió de su escondite algo confundida ya que no tenía lógica ese silencio abrumador que se escuchaba… se supone estaba en el departamento de policías y escuchaba disparos… algo malo estaba ocurriendo. Con cautela y algo de miedo,
A pesar de que le estaba agradando la compañía del mayor, ella sentía que algo estaba mal e igual lo notaba en la seguridad, ya que de un momento a otro esta se reforzo, porque miraba a más “empleados” cerca. - Aquí si seré estricto contigo Karen, recuerda debes comer todo – dijo Harry buscando sonar algo molesto. - … - Karen arqueo la ceja ante ese comentario y noto que el mayor le había colocado de forma adicional al desayuno un plato con 3 galletas de vainilla y chocolate para que disfrutara con un vaso de jugo de naranja - supongo que debo obedecer – menciono sonriendo de forma divertida. - Supones bien – contesto Harry, mientras mordía una de sus galletas. Karen miraba al mayor y notaba que era una persona muy agradable, tal vez estaría más a gusto en ese lugar tan tranquilo, si las circunstancias fueran diferentes. Mientras disfrutaban del postre del desayuno, Karen analizaba a todas las personas a su alrededor, deduciendo que todos esos empleados estaban bien entrenados, ya
Mientras ese hermoso reencuentro ocurría, de forma paralela en otra parte de la ciudad ocurría algo alarmante. Justo en esos momentos, Ramiro se encontraba en apuros y podía sentir que su libertad se le escapaba de sus manos, ya que en esos momentos estaba en una situación muy delicada y complicada, porque al llegar a la mansión principal de los Albani noto que esta estaba destruida y en algunas partes aún se podía ver algo de fuego. - Pero que… - dijo Ramiro horrorizado al ver ese lugar destrozado por completo, en eso se preocupó y olvidando que estaba esposado, busco correr al interior de lo que quedaba de esa casa para buscar a su hija - ¡noo! ¡Alejandra! – grito, pero en eso tropezó y cayo de cara al suelo, donde al girarse vio que el peli morado lo hizo tropezar y ahora estaba parado a su lado. - Al parecer me mentiste, porque dudo que esta sea la gran casa principal de los Albani – menciono Alessandro mirando los alrededores notando que parecía un lugar abandonado. - No… no…
De forma paralela, regresando a la estación de policías, la batalla entre esos 2 rivales seguía transcurriendo sin interrupciones; quienes al ver que sus balas se agotaron buscaron seguir la pelea a puño limpio, buscando que cada golpe que acertaban en el cuerpo del contrario provocara el máximo daño posible. Tan concentrados estaban en su batalla, que ninguno se percató que su pelea era observada por una persona, la cual hasta ya dejaba escapar un bostezo, porque ya se había aburrido de verlos. Lucas observaba con atención como ese par seguía en su pelea, ya la cual ya se sentía algo infantil y absurda, porque ambos se notaban cansados y ya solo era cuestión de minutos para declarar un ganador o un empate, porque ellos estaban llegando a su límite. - Ahora que lo pongo en perspectiva, si ellos tienen esa fuerza ya deseo ver que tan fuertes y que habilidades serán esos bebes cuando sean mayores – opino para si Lucas, provocando que sonriera de lado, ya que era divertido imaginar todo