Capítulo 5

Derek Ruler

Al escuchar lo que había dicho sabía que todo iba a cambiar. No me pensaba largar de su casa, así como así. Mi sueño se estaba por cumplir, iba a ser padre. Lo iba a ser.

—Eso cambia los planes. El bebé que estás esperando es mío, yo soy su padre. —solté observándola.

—¿Cómo ha dicho? Eh oído bien. —asentí.— No, no, eso es imposible.

—Señorita, lo que dice Derek es verdad. Por accidente el Doc. Esteban la inseminó.

—Lo esta diciendo como si fuera lo más normal cuando no lo es. —soltó de repente— Escúcheme bien, me encargare de hundir esa clínica al igual que al estúpido doctor por haber cometido semejante error. Un error que será reparado en días.

Al oír la última oración mis músculos se pusieron rígidos, ella no podía abortar, no podía permitir eso.

—No le hará daño a mi hijo. Nunca permitiré que lo dañe, ¡Nunca! —grite lo último.

—¡Es un feto , un error que no quiero. No voy a ser madre, no lo seré! —grito.

—Yo me haré cargo del bebé, no hace falta que usted esté presente en su vida. Apenas lo de a luz me lo entrega y nunca más sabrá de él. —explique.

—No, abortare...—pauso y agregó— ahora largo. —dijo tomando una bata junto a un maletín.

—¿A dónde cree que va? No saldrá. —volví a sujetarla del brazo.

—Que le importa. Ahora, suélteme.

—No, ahora iremos a una clínica. Se hará un ultrasonido para ver como está mi hijo.

—No, no iré a ningún lado con usted. Ahora suélteme que llego tarde a mi trabajo. —al intentar soltarse se tambalea agarrándose con las manos la cabeza.

—¿Está bien? —pregunte con precaución, tenía a mi hijo en su vientre.

—Si, si solo fue un mareo.

Hice que tomara asiento en el sillón. Esto se me estaba saliendo demasiado de las manos.

—Ve y busca un vaso de agua. —le pedí a Paul.

—No quiero nada, solo que se vallan. —contradijo ella.

—¡No me iré! —grite furioso.

Al instante entra al cuarto la muchacha que nos abrió la puerta.

—Aura, ¿estás bien? —pregunta preocupada.

—Sí, sí. Un simple mareo. —dijo sin importancia.

—¿Simple? ¿esto te parece un simple puto mareo?

—Lo es.

—¡Mierda! ¡No lo es, iremos al ginecólogo inmediatamente! —grite tomándola del brazo.

—Suéltame que puedo caminar sola. —dijo levantándose, apenas lo hizo volví a caer sobre el sillón.

—No puede hacerlo, la cargare.

—Jade quédate en la casa. Regresaré mañana a primera hora. —me miro— Dile a tu amigo que lleve mis cosas. —dijo señalando con la mirada al costado de ella.

—Llévalas, Paul.

—Bueno, Derek.

Aura Welsh

Me encontraba en la parte trasera del carro. No iba a mentir, estaba nerviosa. Lo estaba.

Mire por la ventana, tomé aire y hable;

—Iremos al Hospital Gray's

—No. Iras al que yo decida.

—Nadie que no sea mi ginecóloga me atenderá ¿ha oído?

—Escucha, solo quiero lo mejor para mi hijo —pauso y agregó—, se que esto fue un golpe muy fuerte para ti, pero quiero tratar de que esto este bien. De que nuestro bebé tenga a sus padres presentes.

Mire de nuevo hacia la ventana.

—No quiero ser madre. —ya había perdido la cuenta de las veces que lo había dicho.

—Se que esto no era lo que querías en tu vida, pero ahora ya viene alguien en camino.

—Lo sé. Solo quiero que todo esto pase.

—Ya llegamos... —hablo por primera vez Paul.

Estábamos en donde yo había dicho, bajé y empecé a caminar sin esperar a nadie.

Esto sin duda era algo nuevo para mi, no puedo imaginarme siendo madre, simplemente no. Otra en mi lugar estaría feliz, pero yo no. En mi vida me espere que me pasara esto, pero las cosas solamente pasan.

Él ya se encuentra detrás de mí, toque la puerta del consultorio de Corinne a lo que al instante la puerta fue abierta por ella, su vista se dirigió primero a mi y luego a la escultura de hielo que se encontraba detrás.

Literalmente era una escultura de hielo.

—Pasen... —se hizo a un lado. — ¿Usted es?

—Derek, padre del bebé que está esperando Aura.

Corinne me miró con la boca abierta.

Inesperado, si.

Creo jurar que mi cara fue igual que la suya, un poema.

—¿Eso es cierto, Aura? — asentí.

—Vinimos porque quiero saber si todo esta bajo control. Aura quiso venir con usted.

—Claro, claro. Tome asiento y tú Aura pasa al baño y ponte una bata.

Luego de unos minutos salí ya con la bata puesta.

— Como solamente tienes 3 semanas de embarazo haremos la ecografía transvaginal así que acuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas. Podrán ver las imágenes en tiempo real en un monitor. El procedimiento no causa dolor, pero puede ser un poco incómodo a medida que el transductor se va moviendo.

—Bien... — empezó a insertar el aparato.

Mi mirada se encontraba en la pantalla, se podía notar una leve silueta, al instante mi vista se volvió borrosa por las lágrimas que trataban de salir. Una que otra resbalaba por mi mejilla. Era un sentimiento extraño el que sentía. Demasiado.

—Aquí está.—dijo señalando con el dedo la pantalla. —Aun no se nota mucho, pero con el tiempo lo hará.

—¿Todo está bien? —preguntó Derek con algunas lágrimas resbalando por sus mejillas.

—Todo esta muy bien. Cada mes hay que hacer el control y los estudios correspondientes para saber como esta el pequeño renacuajo y la madre.

Corinne me miró, pero mi vista todavía se encontraba en la pantalla. No podía articular ni una sola palabra.

—Aura aún hay tiempo de abortar si no lo quieres tener.

Un silencio inundó el consultorio esperando mi respuesta, pero mi mente navegaba tratando de pensar que haría.

¿Yo quería tener a este bebé?

Sabía que una vida estaba creciendo dentro de mi, pero ¿quería tener a esta vida?

Estaba confundía. No podía negar que al verlo no había sentido algún sentimiento, el bebé necesitaba a una buena madre y yo dudo serlo algún día.

¿Sería una buena madre? O ¿sería como mi madre?

¿Podría darle el cariño suficiente?

—Aura... —nuevamente me llamo.— ¿Qué es lo que harás?

Derek se encontraba viéndome fijamente. Podía ver en su rostro un rastro de tristeza.

¿Lo sabía?

¿Sabía lo que quería?

¿Quería esto para mí vida?

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