Tendremos 3 capítulos que espero que disfruten. Veremos si se queda o se va Harper en la primera ronda. ¿List@s? ¡Aquí vamos!
Entre pruebas de vestuario y maquillaje, Harper se quedó dos horas en una silla, Fannie no se callaba nunca, aunque de cierta manera era agradable no sentirse tan sola en ese sitio. Dejó de pensar en lo que no debía y podía escuchar lo que ella tenía para contar. Cuándo la noche cayó, la pelirroja se dio un baño rápido, secando su cabello para calentar un poco, mientras Phiama la veía a cada nada del mismo modo. Volvió al camerino para que la maquillaran, dándose cuenta de que había un grupo realmente grande que se enfocaba en ella por completo. Mientras los demás tenían al que antes realizó pruebas en ella. Se colocó el vestuario, y se preparó con las manos sudando y ese escalofrío en la espalda y piernas. Fallar era un temor que no podía controlar. También lo era saber que Grettel ya había llegado. Aunque aún faltaba casi una hora para comenzar la función, el auditorio se estaba comenzando a llenar y los nervios aumentaban. —Vi el ensayo y como dije antes, estaré vigilándote. R
El telón estaba en lo alto, revelando un escenario iluminado con tonos azules y dorados, al público que estaba perdido en la aparición distinguida de Tamino. La música de Mozart llenaba el aire, resonando con una mezcla de misterio y majestad, en lo alto las figuras formaban el paisaje que los sumía en la obra. Los bailarines se movían con gracia, asumiendo sus roles en la adaptación única del cuento operístico.Harper veía desde su lugar, manteniendo su mente en blanco, no quería ver a quiénes la observarían, por lo que se concentró en el romance plasmado entre arabesques y delicados caídas y giros en el escenario, que con el pasar de los minutos llegó al segundo acto, con la flauta en manos de Zeb, el cuál interpretaba con total precisión. Las risas no faltaron entre el público, mientras Phiama le dedicaba miradas pesadas que ella ignoraba sin dudarlo. Zeb, era un bailarín hábil y estaba en escena con un grand jeté, su cuerpo suspendido en el aire por un breve momento antes de ater
Las ganas, el desespero y la excitación tomaron el control entre las dos personas que estaban en la habitación del mafioso. Harper había sido sostenida por él en cuánto cruzaron la puerta del dormitorio, con unas manos nada delicadas al deshacerse de lo que llevaba encima. Estaba a punto de amanecer y ella no podía pensar en nada más que en la salvaje estocada que la llenó por completo. Sus manos estaban en su espalda, sus piernas tenían poca estabilidad, sus caderas se estrellaron contra el mafioso, al mismo tiempo, su cabello era sostenido para mantenerla de pié contra la pared y la pelvis de Mateo golpeándola. Su rostro tenía una leve capa de sudor, mientras su respiración errática le impedía escuchar otra cosa. El mafioso la pegó a su pecho, dejando que las sacudidas de su miembro llenaran el interior de la pelirroja entre sus manos. Abandonó su interior, viendo las gotas que se deslizaban en las piernas que lo hicieron pasar saliva. Verlas tan temblorosas y bañadas de él, le h
Tres días habían transcurrido desde que Harper entendió que su padre odiaba la idea de verla bien. No importaba lo que quisiera lograr, él se iba a interponer entre ella y esa meta.Harper seguía sin comprender cómo lo habían identificado como portugués si no lo era. Mientras se movía en la pista de baile, Grettel aplastaba su mente y torturaba su cuerpo con entrenamiento implacable. Aunque aquella noche Mateo quiso saber más sobre los pecados que la atormentaban, no insistió porque ella no estaba lista para hablar de ello. La tortura física que ahora sufría le impedía liberar sus lágrimas.No podía llorar de impotencia, ni rencor, porque no quería darle el gusto de verla mal por su culpa de nuevo. Aterrizó luego de un fouetté que había sostenido desde el inicio de la pista hasta el final, y luego regresó al centro, sus manos impidiéndole caer de bruces.Estaba furiosa. Todo de ella gritaba exactamente lo mismo, ¿Por qué?Le hicieron pagar por haber asesinado a la mujer que le dio la
—No tienes derecho a decir eso, Noelle —la mujer que nadie podía alterar se giró hacia él, con los ojos ardiendo en rabia, pero no se permitió una sola lágrima. —No tienes…—Eras el hombre que yo amaba y ella mi mejor amiga, Clifford, ¿no tengo derecho? —por primera vez le llevó la contraria. —¿Sabes lo que sentí cuando dijiste que nos amabas a las dos? —Noelle, te sigo amando— trató de tocarla y ella dio un paso atrás. —Te amo cómo el primer día. —Tu manera de amar es asquerosa— observó a Harper. —Te recibí la noche que tu padre llevó a Rowena a la casa. Naciste allí. —Cariño…—No vuelvas a llamarme así— elevó la mano para silenciar a su esposo. Su gesto se cayó al ver a la pelirroja. —Se me prohibió el divorcio, me impusieron cuidarte y callar. Yo te culpé y tú necesitabas cuidados. —La odiaste todos estos años, por medio de mí— dedujo Harper, Noelle negó, limpió la lágrima solitaria y sacudió la cabeza con una negativa. —Te quise culpar, cómo hicieron todos, pero Edison me ayu
El rostro de Harper que estaba frente al espejo era todo lo que ella veía, había cubierto las ojeras y delineaba el contorno de sus labios con sutileza.Quería crear la imagen de siempre, la fuerte inglesa que era el trofeo que Orvyn mostraba con orgullo, la misma que después de haberla hecho matar por coaccionada por él, no se derrumbó. Porque ya era una asesina desde antes.Sólo que ahora en lugar de sentir fortaleza, había un inmenso vacío. Las puertas que contenían las emociones estaban bloqueadas. Su esperanza estaba puesta en que el mafioso acabaría con ella, pero no lo hizo. Despertó de nuevo. Una parte de ella deseaba no salir, pero la otra la obligó a levantarse muy temprano para ducharse. Nadaba contra la corriente, porque no quería sentir lástima por sí misma. Pero sentía que si le daban la oportunidad de perecer, tomaría ese camino. Si su mente obtenía libertad…Esfumó el ruido en su cabeza cuándo el aura pesada le aceleró el pulso. Los ojos dorados estaban sobre ella a
—Hay acuerdos y sé el peso que tienen— Mateo salió del agua, mientras Anthony sacudía su pelo con las manos. —Comprendo las situaciones. El inconsciente aquí es Vladimir, no yo. —Cierra el pico, cabrón. Ni siquiera es de mí de quién hablan— mantuvo la mano en el felino de pelaje oscuro que cargaba con él. —Además, hoy no es buen clima para una pelea. Mateo se colocó la camisa, soltando un bufido. —Volviendo a tu…inversión —Anthony aclaró la garganta. —Estoy al tanto de todo, no creas que porque me mantengo al margen lo ignoro. Una traición sigue siendo una traición, y como tal podría juzgarse si llega a oídos de otros. Ten en cuenta que si lo dejo pasar, no es por el acuerdo.Vladimir le dio una mirada fugaz, con la misma advertencia. —Sé lo que tengo en las manos —Mateo palmeó la espalda de Horus para hacerlo avanzar. Anthony lo alcanzó, para que segundos después el felino de pelaje oscuro los superara a gran velocidad. Vladimir se rió con un gesto de presunción cuándo los dejó
—Me asustaste, maldit0 cretino —lanzó el manotazo, mientras la otra la llevó a su pecho.Mateo miró su hombro en donde aterrizó el golpe, luego a ella, viéndola con la boca cubierta al darse cuenta de lo que había hecho. —No era para tí— trató de explicar, sacudiendo la mano, pues fue prácticamente darle un golpe a la pared. —¿Qué comes para estar así? No es normal. Mateo se dedicó a ver la mueca en su rostro. Enfado y dolor. Eso era algo nuevo en ella. —Cada vez creo más lo que se decía de tí en casa de los Bohemond— se dio la vuelta para entrar, pero la oscuridad no le gustó. Sentía que algo dentro podía acabarla en un instante, ni siquiera tenía que dudar en alejarse de eso, pero lo hacía. Una parte de ella quería darle la oportunidad de lograrlo. Sería más fácil. —¿Le temes a la oscuridad? —Mateo habló detrás suyo, mirando el interior del lugar. —Claro que no. Pero había un…sujeto— culminó mirando la esquina de la puerta. —¿No lo viste? Mateo miró a ambos lados con el ceño