Quise darles varios capítulos a la vez, así que aquí los tienen. ♡♡♡
—Delphine ya designó tu lugar— Alaric junto a su novia fueron quiénes la recibieron al bajar del vehículo. —Andando que las ausencias se notan luego de los cinco minutos. —Lo hacen más cuándo salen dos y vuelven tres— concretó Harper tomando el brazo de su hermano, ayudándolo con el bastón que aún cargaba con él. —Pero todos fingirán que no se dieron cuenta, porque nadie quiere tener malos roces con los Visconde en este momento— declaró Alaric dirigiéndose al interior del lugar. Con todos siguiendo el pedido del obispo de pedir por el nuevo marqués, les resultó fácil entrar sin ser detectados. —¿Tenías que llegar tarde?— Harper fijó los ojos en Clifford junto al grupo de condes, escuchando el reclamo de Delphine. —Ni siquiera tenía la intención de venir, lo hice porque Noelle me pidió representarla, no por interés en tu esposo— reveló viendo su notable abdomen. Tenía las mejillas más rosadas y sus ojos habían adquirido una iluminación que hacía mucho no veía. —Irradias belleza, n
El albanés mantuvo la cabeza inclinada, mientras el obispo movía la mano sobre él, bendiciendo su vida. Como si no fuera el sujeto capaz de eliminar una. La loción conocida se mezcló con la que llevaba la mujer que lo acompañaba y por ello, Delphine quiso poner distancia entre los dos. Era absurdo, pero trató de huir, yendo entre quiénes estaban en ese lugar, moviéndose con gracia y una sonrisa que no daba indicios de ser fingida. Quería llegar con su hermano, quién seguía con Massie, su novia al otro lado del salón, necesitaba…Un brazo rodeó su cintura de forma repentina en ese momento, palpando el abdomen abultado, acción que le detuvo los latidos a la marquesa de Berkshire al sentir la fragancia masculina que llegó a sus fosas nasales. No quería causar un escándalo en el día que había logrado al fin lo que quería, pero la conmoción era embriagadora.—Una oportunidad es lo que tienes para explicarlo— determinó Darek cerrando la puerta contra la que su rostro se presionó. —Aprovéc
—¿Tienes dolor?— preguntó Clifford cuándo encontró a Delphine. —Recuerda que cualquier signo de alarma debe ser atendido rápidamente. Dependemos de ese chiquillo para que sigas siendo marquesa. —Cierra la boca, papá— soltó sin cuidar su tono con él, cómo siempre hacía. Tomó un pasillo diferente siendo perseguida por su padre. —Más respeto para tu… —No, no tengo interés en respetar a un hombre que espera que todos lo salven e impulsen en la sociedad— espetó con amargura al darse la vuelta. —Eres un ladrón que hizo que todo lo que logramos se vaya al suelo. Clifford trató de decirle que no fuese a subir el tono, ya que podían escucharlos. —Sí no quieres escucharme aléjate de mí. —Lo hago porque me preocupa que pierdas el medio que tenemos para permanecer en dónde estamos— se defendió Clifford para hacerle entender todo lo que estaba en juego y al parecer no entendía. Su hija frenó sus pasos, agotada de tanto. —Eres un miserable que condenó a mi madre a una enfermedad que de
El trago de licor que Darek pasó no le supo a nada, tenía la camisa desabrochada de la parte superior y aún esa presión no desaparecía. Jesse hablaba por teléfono con su prometido en el piso inferior, mientras él no tenía idea de por qué ante tantas opciones para nuevos contratos, ninguno le resultaba lo suficientemente atractivo. Estaba sumamente molesto, pero era la única vez en la que había sentido tal cosa en su contra también. —¿Necesita ayuda con alguna otra cosa o puedo ir a descansar?— inquirió la mulata que se detuvo con sus pies descalzos sobre la alfombra frente al albanés que negó en silencio. —¿Puedo pedirle un favor? Darek elevó el rostro con un asentimiento. —No tome más. No quiero que piense que me creo con derecho sobre sus…—No creeré nada, preciosa— extendió la mano. —Puedes ir a dormir. No tomaré más. —¿Puedo realizar una pregunta?— el albanés sonrió, extendiendo su mano para indicarle que se sentara a su lado. —No hay un contrato entre los dos, no me enojaré
El mafioso hizo caminar más rápido a Harper, girando para verla de frente para disparar a sus atacantes, tanto cómo ella lo hizo a quiénes salían del otro lado, dándole la vuelta para quiénes los seguían, reduciendo la amenaza y volviendo a quedar frente a frente. —Agrupación— Cray se pegó a ellos dos, seguido por Raúl y Marek. Estaban siendo rodeados cuál serpiente acechando, aunque esta tenía demasiadas cabezas y le nacían más segundo a segundo. Cada una pensando en la forma de destrozar a sus víctimas, en darles a probar por qué Valente se jactaba de tener ejércitos mejores que un simple clan. Aunque los Demons no era del tipo que se dejara amedrentar por nadie. Su entrenamiento y mentalidad no daba para eso. Corinne, despejó una de las rutas, subiéndose al vehículo que encendió con un rugido. Alaya, abordó otro y soltó su rifle para emerger por la parte superior, empuñando un arma que lanzó un resplandor aterrador, derribando a muchos de los asesinos. El caos reinaba, con bal
Los pasos enérgicos recayeron sobre el asfalto, en un caminar constante, apresurado e inmutable. Sus hombres lo seguían de cerca mientras recibía informes sobre su gente que tenía órdenes para cumplir. No era agradable volver a la ciudad donde tuvo que fingir ser un tipo sin suerte ni gloria durante años, por culpa de un padre atemorizado por lo que había creado. Lo obligaron a ir con un sujeto con una libreta que esperaba reparar algo de su cabeza, como si tener la habilidad de pensar en estar en la cima fuera un defecto. Nadie entendía que durante su niñez eso fue lo que le inculcaron, y al crecer le arrebataron todo. Pero todo volvió a sus manos y los muertos eran otros. Tan fácil era simplemente no interponerse en su camino. Odiaba esa zona de Londres, pero Trafalgar Garden era justo el sitio que necesitaba para tener todo lo que requería. Visibilidad absoluta desde su posición. Necesitaban cambiar de vehículos de nuevo. —Apresúrate —Noelle tropezó con el empujón que uno de sus
Valente trotó hasta llegar al primer nivel del edificio, sosteniendo su hacha en una mano y el arma en la otra. Era hora de partir. Abrió las puertas afanado, oyendo un sonido particular que lo obligó a plantar sus pies para tratar de descifrar de dónde salía o qué eras. Aunque jamás imaginó verse de frente con el AMX-10RC, un auto de reconocimiento, saliendo desde la avenida principal. El vehículo, con más de dos metros y medio de altura, se movía con una imponente presencia.El corazón de Valente latió con fuerza, pero su rostro permanecía imperturbable al saber que él no había ordenado eso. De repente, el proyectil lanzado desde el cañón del vehículo se dirigió hacia él con una velocidad aterradora. El tiempo pareció ralentizarse, mientras Valente observaba la trayectoria del disparo explosivo por un par de segundos.Valente sintió una oleada de adrenalina recorrer su cuerpo. Con agilidad sorprendente, se lanzó hacia un lado, esquivando el impacto por un pelo, cubriéndose la cabeza
En Duncannon las llamaradas cobraron vida, elevándose por toda la carretera entre autos, extendiéndose hacia los árboles de la banqueta que habían bañado en combustible. El calor abrasador y el olor acre del fuego llenaban el aire. Las t***s de las alcantarillas se levantaron con la presión, causando estruendosos estallidos que resonaban como un apocalipsis, haciendo temblar el suelo y llenando de miedo a quienes se refugiaban en escondites. El ruido ensordecedor de las explosiones era casi insoportable, reverberando en los oídos de los presentes. La calle Adelaide se convirtió en un campo de batalla sangriento. Parte de la gente que iba con Mateo fue acribillada, siendo los gritos de dolor y la visión de cuerpos heridos los que llenaban el ambiente. Harper corrió hacia el edificio que por fin tenía ante ella, con sus pisadas resonando en el pavimento mientras su corazón latía con fuerza. Su amigo cargaba su arma; el sonido metálico de los cartuchos cayendo al suelo eran una constan