Capítulo 121.

Mateo escuchaba su respiración reverberando en su pecho, el sonido pesado lo hacía localizable a él, pero las aspas del helicóptero en el fondo, era el único que mostraba la mínima cantidad de luz saliendo de la cabina. No tenía otra manera de dirigirse.

No sabía dónde pisar, porque no conocía el edificio y había tantos escalones que era imposible no tropezar. Eso sería lo último que necesitaba. Estar a ciegas en un lugar desconocido. Con amenazas rodeándolo.

—Sal de ahí— volvió a repetir Vladimir al no poder ver más desde su punto. Buscó el móvil para llamar a su madre, quién había estado cubriendo su estancia en ese lugar.

Mateo hizo caso omiso, no tenían tiempo.

En una mano sostenía el arma, lo cuál era lo único que lo acompañaba, y se arriesgó al continuar. El camino era desconocido y usar su móvil para iluminar el sitio era ponerse un blanco él mismo. A pesar de eso, apresuró el paso, corriendo hacia el helicóptero que emprendía el vuelo con Wyatt en el interior. La luz lo ilu
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