Una vez, que hube llegado frente al circo me topé con los demás soldados y reclutas andando a trote lento y formándose al son de una trompeta. Hacían filas de a diez y en cada punta se presentaban los líderes de grupos, quienes comandarían el escuadrón. Como era de suponerse a mí me tocó el grupo cinco. La líder del grupo era la 51... Una chica rubia, con piernas largas y unos senos exorbitantes. Pero era bastante tosca, agresiva e impredecible. Nos guió hacia una esquina, y comenzó a sermonearnos, de lo que debíamos de hacer y de lo que no. Y justamente como Willis supuso, saldríamos a recolectar artículos del exterior. Debíamos de despertar a las cuatro de la madrugada.
Todos los de mi grupo miraban extrañados, en este grupo se encontraban tres hombres y siete mujeres. La líder del grupo, la 51 se veía bastante fuerte, me atemorizaba. La 52 er
Antes de que cante el gallo todos los prisioneros de este circo ya estábamos levantados. Fuimos a formarnos dentro de la instalación, era sabido que en ese lugar había un campo de concentración, pero también era temido por los demás grupos, solo los del gobierno podían causarnos algún daño letal, bueno, eso era lo que contaban la 57 y 58. Nos agrupamos en tropa de diez y marchamos con un trote lento hasta subir a un camión equipado, Subí en la parte posterior luego de ser rotundamente regañado por la encargada, ya que le solicité manejar el móvil, pensaba en que tal vez pueda huir con el camión, mientras hacía el recorrido por tierra. Pero ella ya tenía un chofer era el 57, este me miró con desaprobación, tal vez quería tener problemas. Corrí a la parte posterior del camión y subí con el vehículo en movimiento, por poco y me dejan atrás. — ¿Dónde vamos, 54? El estridor de su garganta retumbó todo el camión, luego escupió en el piso, las mujeres miraron con asco. Limpió sus labios y
Posterior a mi llegada, se acercó al vehículo la numero 51, se veía furiosa, estaba ofuscada por la rabia. No ponderaba por nada, conectó una patada al camión con las suelas de su calzado y renegó. — ¿Qué, qué te sucede número 51? —pregunté casi farfullando. Se acercó amenazante, con la intención de lastimarme, desenfundó su arma y me propinó un culatazo por la sien que me arrojó al suelo. — ¡Qué me sucede! ¿Querés saber qué me pasa? —Tranquila, estamos del mismo lado. Solo me preocupo por vos. —No necesito que un marica se ocupe de mii. Así que metete en tus asuntos. Decime, qué trajiste. — Sí, sí, traje veinte litros de agua. — ¿De dónde? —indagó con demencia. — Del supermercado —respondí para no delatarme. — ¿En serio? Porque vi a alguien muerto en el camino, ¿No viste quien lo hizo? Pensé con claridad, cerré los ojos y respiré. Tal vez no sea buena idea confesar lo que ice, tal vez sea mejor que piensen que no soy capaz de matar a una mosca y me tomen solo como explorador
Con estrépito me estrellé contra la carrocería de la furgoneta y me caí sobre la 58. miré a los demás y de manera involuntaria. como si se tratace de un piloto automático me dirijí a la armería. que se encontraba bajo uno de los asientos en un fondo falso. El gran Jomby se encargaba de equipar al grupo. me entregó un fusil de asalto, similar a las de las películas. "Toma una M16 farfulló Jomby mientras babeaba". la sujeté y la palpé, mata al enemigo no a nosotros se escuchó desde la cabina. la 51 nos observaba a lo lejos. acto seguido Jomby levantó un lanzagranadas. "Veremos fuegos artificiales mucitó". A continuación caminó a la parte posterior del camión, golpeó con fuerza en tres ocasiones la chapería, abrió uno de las dos hojas de la entrada y gritó como un demente, imitó a un lobo, y a un primate. ¡ya entenderán, un grito extraño! luego de apuntar contra la integridad del vehículo que seguía la camioneta ingresó una ráfaga de proyectiles, nos lanzamos al suelo, excepto Jomby, el r
luego de que el fuego hubo cesado miré el panorama. era terrorífico, sangre por todo el escenario, cerebros esparcidos por el asfalto. el equipo sobrevivió al asalto. la 57 y 58. mataron entre las dos a cuatro enemigos. que irónico, en el horizonte, justo sobre el camión de los terroristas que quedó barado ostentaba un grafiti que decía "Dios es amor". Me puso a meditar, ¿ si en verdad nos amara por qué permite que pase todo esto? ¡Por qué! tal vez estos hombre tienen familia, así como yo. pero no los volverá a ver. y yo aunque sea tengo una pizca de esperanza. sigo preocupado por mi hijo y su aflicción. espero que pudo reponerse. mientras tanto yo estoy aquí, tratando de ganarme mi vida. literalmente. no debo morir ya que ellos depende de mí. bueno eso supongo. ahora no sé que comen, si descansan. si aún respiran. Pero tengo fe, mi esposa no se va a dejar vencer así de fácil, se que sabrá salir adelante hasta que vuelva junto a ellos.***—¡Usen Guantes! aquí tienen —Ordenó la 51— D
No recuerdo cuanto tiempo pasó desde que salí de casa, a veces parecen semanas y otras solo horas. Me imagino levantarme de esta cama, caminar a la salida e ir a mi casa; pero exactamente no sé dónde está esta base. aparentemente es en San Lorenzo. como a seis o 7 kilómetros de mi residencia. no sé lo que hago ni tengo propósito acá, solo sobrevivo.dentro de la habitación de aislamiento estamos los del camión 2, los que estuvimos en el enfrentamiento. junto a mí se encuentra el señor Jomby, la 51, 57 y la 58.Nos separa una cortinas finas, pero en la parte posterior de la camilla están, pegados contra ella una hojas con los datos de los sobrevivientes. la 57 está delante mío, tiene su número abajo de él un nombre, Cinthya y su edad 32. Junto a ella se encuentra la 58 Beatriz de 28 años. El 56 se logra a distinguir a medias. tiene la terminación "ver" posiblemente se llama Ever. voy a averiguarlo después. la 51 está junto a Jomby entonces me dificulta leer, es más se me hace imposibl
Luego de encender el vehículo, me dispuse a buscar 2 pares de cubiertas que vayan al aro de las yantas. ya que las del auto estaban ponchadas... Y pensar que en este lugar hay cientos de vehículos aparcados y anteriormente minaban las calles con un tráfico incesante y caótico donde te quedabas mucho tiempo en un solo lugar. odiaba la hora pico. Pero bueno, eso quedó en el pasado. Encontré un inflador manual bajo una carpa, este estaba intacto. lo llevé junto al vehículo y comencé a inflar las ruedas. fue bastante duro, tarde mucho tiempo ya que no cargaba el aire suficiente para incorporar el auto a su altura. Más tarde, despues de que las ruedas tubieran el aire suficientes para rodar, pensé las oportunidades que tendría para salir de acá. pero no podía salir huyendo así como si nada. aunque corría peligro, debia ser paciente y esperar. estos canallas podrían seguirme y desquitarse conmigo o peor con mi familia si nos encuentran.mientras me alejaba con cautela del automóvil pude ve
No sé cuándo comenzó todo esto, ni cómo, pero desembocó en una guerra con la propia raza humana.Hoy sigo aquí, gracias a la providencia. La lluvia cae con timidez sobre mi techo de chapa y realiza una polución atrapante. Mientras, que el temporal se hacía presente, seguía encerrado; lo estuve desde mucho antes, desde el desastre biológico más grande en diez años.Las provisiones acababan, los centros comerciales se vieron forzados a cerrar por lo sucedido semanas atrás. Hermanos y amigos se vieron forzados a luchar por comida y medicamentos. La anarquía y el libertinaje destruyeron la democracia y civilización como la conocíamos.Afuera no era seguro. Las calles estaban vacías y llenas de militares. El en gobierno se vio forzado a acabar con la vida de los civiles, quienes poseen síntomas, o a familiares enfermos, para impedir la p
Caminé hasta llegar a un lugar más seguro para poder ver como pasar la ruta principal, y si no corro peligro inminente al hacerlo. Observé y estudié la situación, la tranquila y solitaria mañana ayuda para pensar. Dentro del cerco en donde estoy oculto se puede ver a mi diestra una gran plaza con camineros y un obelisco, y a mi izquierda la carretera y el hospital distrital. Luego de que hube mirado decidí pasar, caminé sigilosamente al final del cerco, pero justo antes de atravesarlo escuché el graznido de algunos pájaros que surcaban los cielos, que pasaban entre las grandes edificaciones. Miré hacia ellos y pude distinguir una silueta en el tercer piso de la infraestructura, era un Soldado.Me detuve y rodé hacia atrás. Me quedé en el suelo como cuando un chicle se adhiere al piso. Retuve mi respiración y traté de tranquilizarme. Con miedo a q