Después de despedirnos entre lágrimas de la señora Lucía y el señor Federico, salimos de la casa para el aeropuerto. En el camino, mientras vamos en el taxi, Alexander hace una llamada a la estación de policía para preguntar cómo va el caso y le dicen que mañana lo darán de alta al tipo y lo encerrarán en la cárcel mientras se concreta el juicio. Él quería estar presente, pero desafortunadamente no fue posible, porque las clases empiezan pasado mañana y tenemos que estar en nuestra ciudad.Esta vez tuvimos que tomar un vuelo normal, ya que el avión privado de la familia de Alexander no está disponible, así que volamos en primera clase junto a los demás pasajeros.Voy saliendo del baño, luego de vaciar mi vejiga del jugo que me tomé, y me llevo tremenda sorpresa al ver una mujer sentada en mi silla, charlando animada con mi novio y él, riéndose divertido con ella.Antes de estar en su campo de visión, me aclaro la garganta para que me noten y Alexander deja de reír de inmediato al ver
Me quedo muda cuando la veo y ella se me adelanta:—Hola, Abril, ¿te cansaste de esperarme? Lo siento es que un alumno me retuvo.Por fortuna su saludo me sacó el trasero de Jack de la mente.—Sí, no, eh, ¿por qué mejor no vamos a otro sitio?—¿Por qué? En el despacho podemos estar tranquilas sin que nadie nos moleste.—Sí, pero es que… escuché ruidos, al parecer están haciendo aseo.—Bueno, está bien, entonces busquemos otro sitio. —Se da la vuelta y empieza a caminar, pero—… ¿Qué es ese ruido?Los gemidos femeninos se oyen por el eco del piso.—Quizás la chica del aseo está cantando, y qué mal canta —digo poniendo cara de asco.—Sí, está muy desafinada.Tapo los gemidos con mi risa y la agarro del brazo arrastrándola fuera de ahí.👋(̶◉͛‿◉̶)Salimos al patio trasero y nos sentamos en las tribunas, lejos de los curiosos.—Ahora sí, no hay nadie cerca, te escucho.Lo piensa por un instante y luego suspira desanimada.—Se trata de Jack.Trago saliva con disimulo.—¿Pelearon?—Ese es el
Lo que acaba de decir el director, lo sentí como si me hubieran metido un petardo en el culo, y para mi novio fue como una patada en las bolas, porque los dos nos miramos con la misma expresión en el rostro. Una manifestación de asombro mezclado con aversión, y para rematar, tan pronto en director menciona a la escuchimizada esa, se aparece subiendo las escaleras de la tarima, contoneándose como si fuera una supermodelo y sonriendo de manera exagerada. Alejandro Miller le pasa el micrófono y ella lo coge como si fuera un trofeo que se ganó en el concurso de “Miss perra”.—Buenos días a todos —saluda con su horrible voz chillona, y se escuchan un montón de chiflidos de los estudiantes de género masculino.«¿Qué le ven a esa?»Entre los hombres que están alabando la presencia de esa víbora, se encuentra Cristóbal y yo lo miro con cara de estar próxima a tirarme sobre su espalda y desgreñarlo por idiota. El chico parece tener un don para leer el pensamiento, porque enseguida se vuele ha
Varios golpes hacen sonar la puerta principal y la voz de Alex me llama:—¡Abril, ábreme la puerta!«No pienso abrirle, ¿qué me va a decir? Lo que vi dejó todo claro.»—¡Pequeña, por favor ábreme, esto es un malentendido! —dice voceando desesperado.Yo sigo acostada en la cama, llorando, abrazada a la almohada y luego lo veo al otro lado de la ventana.—¡Mi amor, no todo lo que ves es lo que parece, déjame explicarte!Su rostro refleja mucha angustia, pero estoy vulnerable ahora y si lo escucho seguramente creeré cualquier cosa, así que me levanto de la cama con decisión y cierro las persianas, cubriendo su figura detrás del vidrio.Me voy al baño donde seguramente no escucharé su voz, y me siento en el retrete cubriéndome la cara con las manos mientras sollozo.Está claro que estoy en estado de shock porque me encuentro fuera de este planeta. «¿Qué explicación puede haber para eso?» Él dice que es un malentendido, pero para mí no lo es… Leí muy claramente lo que le escribió esa muj
Esa hermosa confesión de amor hace emerger un par de lágrimas que ruedan por mis mejillas.Alexander consigue que mi alma se eleve hasta el cielo y se quede allí flotando. Solo sé que si voy a llorar por razones como esta, entonces quiero vivir toda mi vida con lágrimas en los ojos…Su siguiente paso es ponerse a mis espaldas para ensamblar la cadena alrededor de mi cuello.—Ahora estás perfecta —afirma regalándome un dulce beso en la mejilla.—No debiste ponérmela.—¿Por qué? —cuestiona mirándome con desconcierto.—Porque ahora tendrás que quitármela.Levanto mis brazos para agarrarlo del cuello al tiempo que me dejo caer sobre el mueble y él se cierne sobre mí.Mi boca se acerca a la suya y lo beso… Sus labios se separan para atrapar los míos, saboreándolos milímetro a milímetro en un baile lento y sensual que me lleva a otra dimensión…Tomo el borde de su camisa y empiezo a subirla lentamente, acariciando sus costillas y espalda en el proceso, mientras nuestras bocas se deleitan co
Eva se sujeta la cabeza y parece confundida, pero está consciente. Al parecer fue un simple mareo; sin embargo, le sugiero que vaya a la enfermería y ella se opone diciendo que ya se encuentra mejor. Se sienta tras el escritorio y continúa la clase como si nada hubiera pasado. La expresión de su rostro cambió y ahora parece estar en perfectas condiciones.Alex y yo nos miramos desconcertados y luego nos vamos a nuestros sitios.Cuando nos sentamos, Eva asiente con una sonrisa en dirección a mi novio, avisándole que puede comenzar:—En general, el dualismo sostiene la distinción real entre alma y cuerpo. El alma humana a veces es llamada espíritu, o es mencionada por sus potencias, como la razón o la inteligencia. Como lo más obvio es que nuestras ideas, juicios, intenciones no son algo corpóreo, tangible o visible, el dualismo forma parte del conocimiento común, al margen de las teorías filosóficas, y en cierto modo nadie puede prescindir de él. Las religiones suelen sostener igualmen
Llegamos a mi casa y soy la primera en bajarse del auto; Alexander no tiene llaves, así que camino hacia la puerta y la abro.—Adelántate, veré como está mi gallo.Ni siquiera lo miro y camino directo a saludar al señor Clock mientras él ingresa a la casa sin decir nada.Me acurruco frente a la casita de mi amado despertador y lo saludo acariciando las suaves plumas de su lomo.—Tu padre se irá de la casa —le digo sintiendo un nudo en la garganta—. Tienes que ser fuerte y no extrañarlo esta vez, él vendrá a visitarte de vez en cuando.Le doy un beso en la cabeza y sus ojitos se cierran de nuevo.Entro a la casa y mientras saludo a Panqueque, veo a Alexander en el cuarto haciendo la maleta.Voy hacia allá y sin que se dé cuenta, saco su ropa de la maleta y la meto en mi armario cada vez que él empaca una prenda nueva, pero se da cuenta demasiado rápido y arruga el entrecejo haciéndose el enojado.—Abril, ¿estás sacando mi ropa del maletín? —pregunta como si no lo sospechara.—No, para
AlexanderMiro a Abril en cuanto cuelgo la llamada con mi madre y todavía no puedo creer que ella me lo haya ocultado.Sin decirle nada, me levanto para irme, pero ella me detiene:—¿Por qué te vas?, ¿estás enojado conmigo?—¿Por qué me lo ocultaste Abril?—Le prometí a tu madre que no te lo diría, además me hacías callar cada que quería hablarte de tu padre.—Sí… ahora yo soy el culpable, ¿cierto? —Parece que tratara de decir algo, pero se queda callada—. No hay excusas para haberme ocultado algo así.—Sí —contesta y noto que su mentón tiembla levemente y sus preciosos ojos marrones se van poniendo vidriosos.No quiero que llore, no me gusta verla triste y menos por mi causa, pero es necesario que aprenda la lección.—A veces hacer lo correcto lastima a las personas, pero tienes que entender que más vale una verdad dolorosa que una dulce mentira que después de todo va a terminar saliendo a la luz. —Ella solo asiente y yo quisiera abrazarla, pero me abstengo—. Debo ir a hablar con mi