AlexanderMiro a Abril en cuanto cuelgo la llamada con mi madre y todavía no puedo creer que ella me lo haya ocultado.Sin decirle nada, me levanto para irme, pero ella me detiene:—¿Por qué te vas?, ¿estás enojado conmigo?—¿Por qué me lo ocultaste Abril?—Le prometí a tu madre que no te lo diría, además me hacías callar cada que quería hablarte de tu padre.—Sí… ahora yo soy el culpable, ¿cierto? —Parece que tratara de decir algo, pero se queda callada—. No hay excusas para haberme ocultado algo así.—Sí —contesta y noto que su mentón tiembla levemente y sus preciosos ojos marrones se van poniendo vidriosos.No quiero que llore, no me gusta verla triste y menos por mi causa, pero es necesario que aprenda la lección.—A veces hacer lo correcto lastima a las personas, pero tienes que entender que más vale una verdad dolorosa que una dulce mentira que después de todo va a terminar saliendo a la luz. —Ella solo asiente y yo quisiera abrazarla, pero me abstengo—. Debo ir a hablar con mi
La rareza con la que me mira el portero del edificio en cuanto llegamos, me hace sospechar que es cómplice de alguna travesura de Alex.—¿Ya se fueron? —le pregunta Alexander.—Sí, señor, hace aproximadamente diez minutos, dejaron todo listo como usted lo pidió.—Perfecto, muchas gracias, Gabriel.—Con gusto, señor Allen.Alex me agarra con firmeza de la mano y me arrastra hasta el ascensor. Por la sonrisa en el perfil de su rostro no sé qué pensar. Me siento como Anastasia en "50 sombras de Grey"; presiento que me conduce a su cuarto rojo lleno de juguetes extraños, y la piel se me eriza cuando marca el número de su piso.«¡Rayos!, ya estoy pensando en sexo otra vez, espero que él no lo note.»Mis mejillas se incendian imaginando que él se puede abalanzar sobre mí en cualquier momento, y tengo que girar mi rostro a otra dirección porque si lo miro, seguramente se va a enterar de que estoy pensando en sexo.Las puertas del ascensor se abren y unos cuantos pasos más adelante, nos encon
Es 31 de octubre, y mis amigos, Alex y yo, vamos de camino a comprar nuestros disfraces para Halloween. Hoy habrá una fiesta en el instituto y un concurso en el que premiará a los mejores disfraces.Dicen que el premio son boletos para practicar paracaidismo. Desde pequeña siempre he soñado con hacerlo, así que mi misión el día de hoy es encontrar los mejores disfraces para que podamos ganar.Llegamos a la tienda de disfraces y está completamente llena; casi no hay espacio ni para caminar, debido al montón de gente que hay.Rachel y yo nos escabullimos hasta llegar al área de disfraces para parejas y empezamos a buscar algo que les quede bien a nuestros chicos y a nosotras, pero somos muy exigentes y no logramos encontrar algo que de verdad nos guste. Hay mucha variedad, pero todos son muy corrientes y queremos encontrar algo que sea original y exclusivo para que no haya personas en la fiesta que tal vez tengan los mismos.Mi mejor amiga revisa varias opciones, hasta que por fin encue
«Maldita sea»Nunca pensé que Samanta pudiera estar involucrada con un maestro, se ve como una chica tan inocente, callada y recatada que hace que me quede patidifusa al escuchar ese nombre.—El maestro Jack —repito en un susurro.—Sí, pero por favor no se lo cuentes a nadie, abril, la directora me despide si se llega a enterar y este trabajo es lo que me ayuda a sobrevivir; no gano muy bien, pero al menos tengo para lo necesario.—¿Te puedo preguntar desde cuando tienes un rollo con el maestro Jack?—Desde hace muy poco, recién empezó el semestre, él me pidió que buscara unos archivos en el antiguo despacho, fui y después él entró, se quedó observando cómo revisaba cada estante y mis manos empezaron a temblar. No me juzgues, él es un hombre muy guapo y simplemente me puse nerviosa, él lo notó y se acercó a mí, creo que se le subió la calentura; estaba tan cerca de mí que mis piernas flaquearon y entonces él me besó para después empezar a… ya sabes, tuvimos sexo.—Así que eras tú…—¿C
AlexanderEl día empieza para mí a las cinco en punto de la mañana. El señor Clock me acostumbró a despertarme todos los días a esta hora, a pesar de que dormí solo tres horas por estar preparando todo para esta tarde.La decisión que tomé es la más importante y especial de mi vida. Estoy completamente seguro de que es lo que más quiero.Me levanto con esfuerzo de la cama y sacudo mi cabeza tratando de ahuyentar el sueño. No hay tiempo que perder, será un día muy largo y emocionante; primero tengo que ir a elegir el anillo antes de que Abril me contacte para pedirme que pase por ella.Salgo del apartamento, hecho un manojo de nervios, y subo al quinto piso para buscar a mi hermana que se ofreció a ayudarme con eso.Toco el timbre de su apartamento y tres minutos después me abre la puerta, ya completamente arreglada, aunque eso es extraño en ella.—¿Estás listo? —pegunta sin ocultar su evidente emoción.—Estoy listo —contesto con una sonrisa, y ella grita arrojándose a mí para envolver
El segundo semestre culminó y estamos en vacaciones. Es diciembre y se acerca mi cumpleaños, junto con mi fiesta de compromiso con Alexander; acordamos que haremos las dos celebraciones en una, y luego será lo mismo con nuestro matrimonio y su cumpleaños.El compromiso se llevará a cabo en la ciudad de Cartagena y ya está todo prácticamente arreglado.Alexander aún no se muda a vivir conmigo de nuevo; dice que va a comprar una casa o apartamento para los dos, pero yo creo que eso es innecesario. Mi casa es perfecta para nosotros, es pequeña y acogedora, no necesitamos algo más grande o mejor ubicado; tal vez lo haga cambiar de opinión y mejor decida comprar una propiedad frente a la playa para pasar las vacaciones.✍(◔◡◔)Estoy en el cuarto alistando mi maleta para el viaje y mi futuro esposo está en el porche lavando la casa del señor Clock.Queremos dejar todo en orden antes de irnos; esta vez sí debemos llevar a nuestro querido gallo despertador y a panqueque con nosotros, porque l
El gallo canta a la madrugada despertándonos a ambos; me desperezo estirando cada uno de mis músculos para luego levantarme y meterme a la ducha. Alexander, mientras tanto, tiende la cama y después se va a la cocina para preparar café. Cuando salgo del baño con la toalla puesta, ya hay una enorme taza de tinto humeante en la mesita de noche. —Iré a ducharme, mi reina —afirma saliendo de la habitación. Empiezo a rebuscar en el armario, pero entonces recuerdo que empaqué mis mejores atuendos en la maleta de viaje. Cuando estoy a punto de abrir la maleta para sacar alguna muda de allí, mi mirada encuentra un paquete que no había visto antes sobre el sillón. Voy hacia él y lo destapo encontrándome con un precioso vestido de encaje color crema, acompañado de unas bragas también en encaje del mismo color. Mis labios se estiran en una amplia sonrisa y suspiro entusiasmada, oliendo la suave tela del vestido con un delicioso aroma a nuevo; además, unas preciosas botas del mismo color que s
Han pasado tres días desde que llegamos a Cartagena y por fin es quince de diciembre, el día de mi cumpleaños al que se le junta la fiesta de compromiso con Alexander. Se espera que hoy lleguen a la ciudad todos nuestros amigos e invitados. La señora Lucía y el señor Federico viajaron desde Corea ayer y esperamos que se reúnan con nosotros esta noche. Estos días estuvimos recorriendo la ciudad, pegando bocetos con la foto del gato, esperando que alguien llamara; hemos recibido varias llamadas de personas que buscan a su mascota perdida, pero cuando vienen a verlo, se dan cuenta de que no es él. Parece que el minino no tenía familia y ahora nosotros somos todo lo que tiene. Alexander ya está contemplando la idea de quedarse con él, y es que el condenado se hace querer. Se acuesta todas las noches con nosotros y nos arrullla con sus ronroneos; obviamente, lo hace por Alex porque a mí me ignora por completo, hasta parece que le caigo gorda, ni siquiera me determina, mientras que a Alex