El gallo canta a la madrugada despertándonos a ambos; me desperezo estirando cada uno de mis músculos para luego levantarme y meterme a la ducha. Alexander, mientras tanto, tiende la cama y después se va a la cocina para preparar café. Cuando salgo del baño con la toalla puesta, ya hay una enorme taza de tinto humeante en la mesita de noche. —Iré a ducharme, mi reina —afirma saliendo de la habitación. Empiezo a rebuscar en el armario, pero entonces recuerdo que empaqué mis mejores atuendos en la maleta de viaje. Cuando estoy a punto de abrir la maleta para sacar alguna muda de allí, mi mirada encuentra un paquete que no había visto antes sobre el sillón. Voy hacia él y lo destapo encontrándome con un precioso vestido de encaje color crema, acompañado de unas bragas también en encaje del mismo color. Mis labios se estiran en una amplia sonrisa y suspiro entusiasmada, oliendo la suave tela del vestido con un delicioso aroma a nuevo; además, unas preciosas botas del mismo color que s
Han pasado tres días desde que llegamos a Cartagena y por fin es quince de diciembre, el día de mi cumpleaños al que se le junta la fiesta de compromiso con Alexander. Se espera que hoy lleguen a la ciudad todos nuestros amigos e invitados. La señora Lucía y el señor Federico viajaron desde Corea ayer y esperamos que se reúnan con nosotros esta noche. Estos días estuvimos recorriendo la ciudad, pegando bocetos con la foto del gato, esperando que alguien llamara; hemos recibido varias llamadas de personas que buscan a su mascota perdida, pero cuando vienen a verlo, se dan cuenta de que no es él. Parece que el minino no tenía familia y ahora nosotros somos todo lo que tiene. Alexander ya está contemplando la idea de quedarse con él, y es que el condenado se hace querer. Se acuesta todas las noches con nosotros y nos arrullla con sus ronroneos; obviamente, lo hace por Alex porque a mí me ignora por completo, hasta parece que le caigo gorda, ni siquiera me determina, mientras que a Alex
Suena el timbre y corro a abrir la puerta. Mis mejores amigos están tras el umbral cargando dos preciosas cajas de regalo, y les doy un abrazo y un beso a cada uno, invitandolos a pasar.Luego de que ambos saludaron a Alex, Rachel enciende el equipo de sonido y nos sentamos todos en el sofá de la sala.Panqueque también viene a saludarlos y el señor Clock los recibe con un canto desde el balcón. Shiro no se queda atrás, y pronto aparece subiéndose en el respaldo del sofá para modelar a lo largo de este con elegancia, dejándolos encantados.Rachel pasa la mano por su suave pelaje y cuando Christopher está a punto de aprisionarlo, salta al sillón del lado escapándose de sus manos para empezar a lamerse el pelaje del lomo, justo dónde ellos lo acariciaron.Vuelve a sonar el timbre y esta vez Alex va a abrir la puerta. Se trata de la maestra Eva acompañada del profesor Jack. Saluda a mi novio con un abrazo y un beso en la mejilla, mientras que Jack estrecha su mano y palmotea suavemente s
No puedo creer lo que mis oídos acaban de escuchar... Un zumbido inesperado retumba en mis tímpanos y dejo de oír sus voces; mi cabeza empieza a dar vueltas y comienzo a ver borroso. Todo gira ante mis ojos y tengo que sostenerme de la barandilla de las escaleras para no caerme, pero de pronto todo se vuelve negro y mi cuerpo cae como si fuera una pluma en el aire...Abro lentamente los ojos y una imagen borrosa aparece ante mí: una figura masculina que poco a poco va adquiriendo su forma y aclarando sus rasgos, es Alexander; su ceño está fruncido y parece que al verme despertar le ha vuelto el alma al cuerpo.Acaricia mi cara y pronuncia unas palabras que al principio no entiendo, pero un instante después, escucho claramente su pregunta cuando la repite:—¿Estás bien?, ¿cómo te sientes?Me doy cuenta de que él no es el único que está junto a mí; Rachel y Christopher están de pie a un lado de la cabecera, mi madre está sentada al otro lado sosteniendo mi mano, los maestros me miran an
Me quedo sola en el cuarto mirando la puerta, sintiendo como el nudo de mi garganta se va haciendo cada vez más grande impidiendo que pueda respirar con normalidad; me hago bolita en la cama y me aferro a la almohada enterrando mi cara en ella para que ahogue mi llanto. El padrastro de mi futuro esposo resultó ser mi padre y ahora no sé si eso pueda ser un problema para nosotros. Tengo miedo… tengo mucho miedo de cómo vaya a reaccionar Alexander cuando se entere; sin embargo, al mismo tiempo, lo único que quiero es verlo y que me dé un abrazo tan fuerte que una mis pedazos rotos como solo él sabe hacerlo. Él es el único que puede calmar el dolor que siento en mi pecho con su calor, su olor y sus besos dulces.Alguien toca la puerta y no respondo, no tengo voz ni aliento; estoy sumergida en un pozo profundo del que no puedo salir. Mis ojos están inundados y no puedo ver bien, solo escucho el clic de la puerta cuando se cierra y segundos después, la silueta de mi novio de cierne sobre
Alexander Estoy en el cuarto vistiéndome cuando de pronto recibo una llamada a mi celular de un número desconocido: —Aló. —Buenas tardes, hablo porque vi el afiche del gato blanco que usted rescató y estoy segura de que es el mío. —Mi día se acaba de arruinar—. Se llama "Copo" y se escapó hace más de una semana cuando viajábamos; se salió de nuestro auto en la carretera en cuanto nos detuvimos para comprar algo y desapareció, no pudimos encontrarlo. Es un gato completamente blanco, tiene ojos azules y una muesca en forma de luna en la oreja izquierda, en la foto no se ve eso, pero yo conozco muy bien a mi gato y estoy segura de que es el nuestro. Me quedo taciturno con el teléfono presionando mi oído. La descripción que ella está dando de "shiro" es la correcta; él tiene exactamente una pequeña muesca en forma de media luna en su oreja izquierda. Creí que su dueño no aparecería y esa noticia me causa una punzada dolorosa en el pecho. —Sí, disculpe, ¿con quién hablo? —¡Oh, sí, q
—¿Shiro? —Alex se queda estupefacto mirando por el espejo durante un instante, y luego abre la puerta del carro y sale rápidamente.No me percato de lo que ocurre hasta que escucho los maullidos conocidos y mi corazón golpea mi pecho con fuerza.La sonrisa que tiene Alex en el rostro mientras carga al gato y empieza a acariciarlo, lo dice todo. Él está feliz, incluso más que yo...—¡Shiro! —Me abalanzo hacia ellos y empiezo a acariciar al gato que no para de ronronear.—¿Qué haces aquí, amiguito? —cuestiona Alex.—¿Él vino desde tan lejos?, ¡no puedo creerlo!—Es un gato muy inteligente.—La distancia de la casa de Ana al hotel es más o menos corta en auto, pero a pie es un largo recorrido —deduzco asombrada—. ¿Ves?, te dije que los gatos tienen habilidades mágicas.Alex sonríe ampliamente sin dejar de acariciar a Shiro.—Vamos a darte de comer, debes tener hambre.—Voy por la comida —afirmo entusiasmada y corro a abrir el baúl del auto.Saco el paquete de croquetas para gato, junto c
«¡No puede ser cierto!»Mis manos tiemblan sosteniendo la maldita nota mientras sigo leyendo: “Si quieres volver a verlo, ve a esta dirección, ni se te ocurra contarle a tu amado Allen, o cuando lleguen aquí juntos, encontrarán un delicioso guisado de pollo para la cena”.Arrugo la nota, desatando mi desesperación en ella, pero vuelvo a alisarla de inmediato para revisar de nuevo la dirección. No estoy segura de dónde es, pero parece ser en un sitio muy desolado; sin embargo, no tengo otra opción, debo ir a rescatar a mi gallo…Entro al cuarto para cambiarme los zapatos por un par de tenis cómodos, y Panqueque, que estaba acostado en mi cama, se levanta meneando la colita al verme. Lo apachurro entre mis brazos despidiéndome de él y salgo de la casa.Cuanto quisiera que Alexander estuviera conmigo ahora… Con él me siento a salvo y protegida; mi chico es fuerte y valiente, siempre me ha salvado de todo, pero ahora no puede estar conmigo por el bien de nuestro gallo.Paro un taxi y le