Llegó el momento que tanto estaban esperando… Hoy les traigo tres capítulos. 🥳 (aunque no me hayan dejado sus reseñas todavía. 😥) Muchísimas gracias a las personitas que me dejaron sus comentarios. 🤗 Like si les gustó lo que pasó en el callejón. 😏🥴
Ni siquiera sé a lo que se refiere y; sin embargo, mi corazón se estruja de dolor ante su negativa. —¿Por qué? —pregunto tratando de encontrar una explicación y él me toma de la mano y me lleva fuera del callejón. —Mi corazón está roto —responde mirándome a los ojos con tristeza y sin decir nada más, se marcha. Cruza la calle y se aleja a paso rápido; yo me quedo en la acera apreciando cómo se alarga la distancia entre los dos, hasta que finalmente su figura se pierde tras los autobuses que transitan por la vía y cuando la calle se despeja ya no lo veo. Mi corazón sigue latiendo frenéticamente durante todo mi recorrido a casa mientras no dejo de pensar en lo que me dijo. «¿A qué se refería?» Esa incógnita que me queda seguramente no va a dejarme dormir esta noche y las noches que vengan antes de que pueda volver a hablar con él. No puedo dejar de buscar un motivo y una respuesta para lo que dijo y la razón que más da vueltas en mi cabeza es que quizás tuvo una decepción amorosa h
Mi primer deseo es meterme de cabeza a un pozo y; sin embargo, decido no demostrarlo y me quedo afuera para esperar a Rachel y que me cuente con lujo de detalles lo que pasó ayer con Christopher. No tengo mucho afán por entrar como ese par, y no voy a irme detrás de ellos; si esa mujer no significa nada para Alexander, él mismo me lo demostrará sin tener que indagar absolutamente nada, además ayer en pocas palabras me dijo que no podía estar conmigo y lo aceptaré como la mujer madura que soy. Como si lo presagiara, aparece mi mejor amiga con una cara de picardía que podría pintar ahora mismo para colgarla en la pared de mi cuarto; sin embargo, aunque dibujo bien, la pintura artística no está incluida en mis habilidades y dones. Por la expresión tan inusual que trae puedo inquirir qué ocurrió ayer mientras yo contemplaba la “hermosa” foto de Alexander junto a esa mujer asiática, que bien podría ser una actriz de las series coreanas con las que yo suelo llorar a moco tendido. La chica
Alexander Todavía no he logrado adivinar para qué llamó Jack a Abril, pero por la expresión en el rostro de ella puedo intuir que no se trata de algo bueno; sin embargo, los murmullos de mis compañeros aprovechando la distracción del maestro no me permiten escuchar absolutamente nada de la conversación. Jack se percata de que los estoy mirando y en repetidas ocasiones voltea a verme, haciendo que me pregunte si su conversación tiene algo que ver conmigo. No es necesario preguntármelo por mucho tiempo, ya que el asunto entre ellos resulta ser breve y cuando Jack niega con la cabeza, Abril se da la vuelta y se apresura a sentarse en su pupitre sin siquiera mirarme; el semblante de su rostro cambió notablemente y ahora parece estar enfadada; sin embargo, decido centrarme en mis asuntos y empiezo a escribir en mi libreta mi aporte para la exposición: “Parece muy fácil para la mayoría de personas responder a la pregunta: ¿Qué es el amor? Es la capacidad de cuidar, respetar y demostrar a
Alexander El timbre que anuncia el final del receso nos despierta de nuestro idilio. Ni siquiera sé cuánto tiempo pasamos en esta posición y me frustra saber que ya tengo que dejarla ir y volver al mundo donde existen todos los demás. Ella se separa suavemente de mi pecho y sin mirarme, se levanta para empezar a recoger sus cosas. —Hoy no hay tercera clase —afirmo ayudándole con algunos libros esparcidos a su lado. —No, supongo que nos veremos el lunes —asegura con una hermosa y débil sonrisa. —Por supuesto que sí; por ahora debes ir a casa a descansar. —Entonces nos vemos luego. —Se despide poniéndose de puntillas para darme un beso corto en la mejilla y se va caminando hacia su amiga Rachel que la espera en la salida. No hay tiempo que perder, así que me apresuro a la oficina de mi padre. Como de costumbre, abro la puerta sin tocar y camino directamente hasta su escritorio; él ni siquiera levanta la vista para mirarme, inmerso en sus asuntos, como siempre. —¿Por qué permite
Al principio casi no puedo disimular, pero cuando el rostro de Alex se gira hacia nosotras, no me queda de otra que apartar la mirada y al mismo tiempo mi mejor amiga esconde su rostro tras la cartilla del menú. —¿Quién es esa? —pregunta en un susurro. —La coreana de la que te hablé ayer. —No la vi en el instituto. —Al parecer solo estuvo en mi clase. —Hago un esfuerzo enorme por no voltear a verlos, mientras Rachel no les quita la mirada. —¿Por qué crees que Alexander está con ella? —No lo sé, pero además de ser la directora de la otra sede de corea, parece ser una gran amiga de su familia. Aunque no quiera aceptarlo, en realidad no es extraño que esté con ella. —De todas formas, tenemos que espiarlos. —Hazlo tú que estás de cara hacia allá, yo no puedo. —¿Y si cambiamos de sitio? —¡No, Rach! Estoy segura de que Alexander puede reconocerme hasta de espaldas y la tal Monkey también me conoce; mejor préstame algo para cubrirme un poco. Se apresura a sacar la boina y las gafa
Durante la última clase Alexander no me miró siquiera y estuve pensando todo el tiempo en que no puedo aguantar más esta situación entre los dos, y ahora que el timbre acaba de sonar y todos los alumnos han salido, menos él y yo, es mi oportunidad. Él sigue embelesado en escribir en su libreta mientras yo recojo mis cosas. Tengo los nervios de punta, pero aun así tomo valor y me paro frente a él. —¿Qué te pasa? —pregunto con la voz más firme que pude sacar de mis cuerdas vocales y él me mira un instante a los ojos, pero vuelve a bajar la mirada a su libreta y la cierra. —Debo irme —asevera levantándose rápidamente. —¿Por qué huyes de mí? —cuestiono mientras guarda sus cosas con rapidez, pero él no me mira. —Debo irme —repite, enganchando el morral a su hombro y camina a la salida. —¿Acaso te enamoraste? —me atrevo a preguntar dando un par de pasos hacia él y se detiene. —En tus sueños tal vez —dice mirando por encima de su hombro, pero sin girarse. Da un par de pasos más y corr
Adivinen quién es la primera en ponerse de pie y empezar a aplaudir a la mejor exposición de la clase… Sí, yo…, y después de mi primer aplauso, todos mis compañeros, junto con el maestro, se unen y se crea una tormenta de palmas chocando, mientras que las lágrimas batallan por salir de mis ojos y yo lucho por retenerlas. Alex hace una reverencia en forma de agradecimiento, mientras que su rostro permanece serio. Su mirada encuentra la mía por un instante que me parece demasiado corto y luego desconecta su memoria USB del proyector. No sé por qué, pero comprendo perfectamente lo que puede estar sintiendo y es razonable que no pueda sostenerme la mirada; él acaba de desnudarse ante mí; sus sentimientos quedaron expuestos delante de muchas personas. Algunos tal vez se hayan percatado de lo mismo o quizás no, pero yo sí… Me muero por correr y abrazarlo, pero me abstengo, acomodándome nuevamente en mi silla, porque como siempre, no es lo “correcto”. Los aplausos ya se apaciguaron cuand
La sonrisa deslumbrante de Rachel me espera en la entrada y en cuanto me ve, me toma de la mano llevándome de prisa por el jardín del instituto. —¡Nos vamos de compras! —afirma entusiasmada mientras saca la mano para parar un taxi cuando llegamos al borde de la carretera. ✍(◔◡◔) Después de almorzar una rica comida mexicana, nos dirigimos a la tienda de ropa y pasamos toda la tarde probándonos todo tipo de vestidos, hasta que tres horas después, me decido por uno plateado ceñido al cuerpo, tipo sirena, con un gran escote en la espalda. Rachel también encuentra por fin su vestido perfecto y vamos al mostrador para pagarlos. Salimos del centro comercial cuando el sol ya se está escondiendo en el horizonte; tenemos el tiempo preciso para ir a casa y arreglarnos antes de que los chicos pasen a recogernos. Esta noche vamos a divertirnos, aunque sea lunes y no tengamos ningún motivo para celebrar. Llegamos a organizarnos en casa de Rachel y ella hace una obra de arte en mi cara con un m