Like si sentiste de todo con la exposición de Alex. 🥺
Adivinen quién es la primera en ponerse de pie y empezar a aplaudir a la mejor exposición de la clase… Sí, yo…, y después de mi primer aplauso, todos mis compañeros, junto con el maestro, se unen y se crea una tormenta de palmas chocando, mientras que las lágrimas batallan por salir de mis ojos y yo lucho por retenerlas. Alex hace una reverencia en forma de agradecimiento, mientras que su rostro permanece serio. Su mirada encuentra la mía por un instante que me parece demasiado corto y luego desconecta su memoria USB del proyector. No sé por qué, pero comprendo perfectamente lo que puede estar sintiendo y es razonable que no pueda sostenerme la mirada; él acaba de desnudarse ante mí; sus sentimientos quedaron expuestos delante de muchas personas. Algunos tal vez se hayan percatado de lo mismo o quizás no, pero yo sí… Me muero por correr y abrazarlo, pero me abstengo, acomodándome nuevamente en mi silla, porque como siempre, no es lo “correcto”. Los aplausos ya se apaciguaron cuand
La sonrisa deslumbrante de Rachel me espera en la entrada y en cuanto me ve, me toma de la mano llevándome de prisa por el jardín del instituto. —¡Nos vamos de compras! —afirma entusiasmada mientras saca la mano para parar un taxi cuando llegamos al borde de la carretera. ✍(◔◡◔) Después de almorzar una rica comida mexicana, nos dirigimos a la tienda de ropa y pasamos toda la tarde probándonos todo tipo de vestidos, hasta que tres horas después, me decido por uno plateado ceñido al cuerpo, tipo sirena, con un gran escote en la espalda. Rachel también encuentra por fin su vestido perfecto y vamos al mostrador para pagarlos. Salimos del centro comercial cuando el sol ya se está escondiendo en el horizonte; tenemos el tiempo preciso para ir a casa y arreglarnos antes de que los chicos pasen a recogernos. Esta noche vamos a divertirnos, aunque sea lunes y no tengamos ningún motivo para celebrar. Llegamos a organizarnos en casa de Rachel y ella hace una obra de arte en mi cara con un m
Alexander Mientras nos besamos, los ojos de abril se abren lentamente y luego comienzan a cerrarse despacio hasta que su cuerpo pierde fuerza; la sujeto con firmeza cuando se queda colgando entre mis brazos y la levanto acunándola para llevarla con sus amigos. Es evidente que bebió más de lo que debía y por eso acaba de caer en un sueño profundo. La primera en darse cuenta de lo sucedido es su amiga Rachel, quien se levanta enseguida, mirándonos con preocupación. —¿Qué le ocurrió? —pregunta acercándose a nosotros. —Se durmió —respondo. —¿Seguro que no es nada malo?, ¿tal vez un desmayo? —cuestiona tomando la mano de Abril para comprobarle el pulso. —Completamente seguro —afirmo. —Su pulso está normal. —Te lo acabo de decir, solo se durmió mientras bailábamos; debió pasarse con los tragos. —Sí, lo hizo —responde juntando los labios en una línea fina—. Bien, llevémosla al auto de Christopher. —¿Son de confianza? —cuestiono escudriñando a los tres hombres que charlan entre ellos
Son las 5:30 de la mañana y acabo de despertarme; sin embargo, esta vez no se lo debo al eficiente gallo despertador que tengo por vecino, sino a un horrendo dolor punzante en la sien. Pareciera que mi cabeza se va a separar de mi cuello y va a caer rodando por el suelo en cualquier momento; pesa tanto, como si en lugar de cerebro tuviera una roca gigante en el cráneo. Todavía estoy muy cansada, pero el dolor hace que el sueño desaparezca en cuestión de segundos. «¡Maldita botella de m****a!» Creo que la próxima vez prefiero beber gasolina en lugar de ese puto ron; si me hubieran dicho que la resaca se sentía como si me hubiera tomado todo el alcohol de ese club, jamás lo habría tocado. Apenas consigo quedarme sentada en la cama, apretando mi cabeza con las manos mientras intento recordar lo que pasó anoche. Solo vienen a mi mente algunos fragmentos de los momentos anteriores a empezar a beber como desquiciada, pero se van tan rápido como llegan. Lo único que tengo claro es que le
Es trece de febrero y los maestros nos reúnen para hablar de la celebración del cumpleaños del director, que ocurrirá mañana viernes catorce de febrero, sí, el día de San Valentín… No habrá clases en la mañana, pero en la tarde tendremos que venir al instituto para hacer la celebración y, además, va a haber una pequeña fiesta en la noche por ser el día de los enamorados. El profesor Jack y la maestra Eva, son los encargados del evento y por decisión conjunta, nos eligen a Rachel y a mí como organizadoras; no dudamos en aceptar encantadas, porque a diferencia de la gran mayoría que estarán compartiendo el día con sus amorcitos, nosotras estamos solteras y no tenemos nada que hacer, así que no nos queda de otra que ocupar nuestro tiempo en algo útil. Habían elegido también a Alexander y a Cristóbal para que nos apoyaran, pero como era de esperarse, solamente el segundo aceptó la propuesta, ya que mi ahora “amor platónico”, no me dirige la palabra y se mantiene alejado de mí en la medida
Alexander Despierto a las ocho horas y treinta minutos del catorce de febrero, día de San Valentín y cumpleaños de mi “querido” padre. Siempre que llega esta fecha, no dejo de pensar que debió nacer el día equivocado, ya que jamás lo he visto enamorado, ni siquiera de mi madre; aunque él no haya hecho más que alardear sobre lo “bonita” que era su relación cuando estaban juntos. Lo he escuchado hablar tanto de sus negocios, que ahora comprendo el motivo por el que lo hacía, y es que, ante sus socios, debía ser el hombre y el padre ejemplar que nunca tenía problemas familiares… Lástima que mi madre acabó con su reputación y supuestamente la de toda nuestra familia. 👋≧◉ᴥ◉≦ Me levanto de la cama refregándome los ojos sin ánimos de nada. Desde que decidí alejarme de Abril y volver a ser el mismo solitario y triste de antes, no le veo el sentido a mis días; por eso, la rabia hacia mi padre y a su deseo de controlarme la vida, no me abandona. Esta vez también logró salirse con la suya
Alexander —Mi padre no está de acuerdo con que Abril y yo tengamos algo —confieso, mirándola a los ojos y ella se queda de piedra—. Él me amenazó con arruinar su carrera, así que prefiero alejarme de ella antes de que eso pase. Se queda en silencio por un instante, mirándome. —¿Sabes algo? —sonríe amistosamente—. Me alegra que hayas podido contármelo, y no por mí, ni por Abril, sino por ti. —Choca la punta de su dedo índice en mi clavícula—. Sé lo que se siente tener algo oculto que te atormenta; aunque no lo creas, a mí me pasó durante mucho tiempo. Se da la vuelta y camina hacia la banca cercana para sentarse. La sigo. —¿Por qué? —Me siento a su lado. —He estado enamorada de mi mejor amigo desde los cinco años y jamás había podido confesárselo o acercarme a él traspasando la barrera de la amistad. —¿Y ya lo hiciste? —Hace poco le di un beso —sonríe y sus mejillas se ponen rojas—. ¿Sabes cómo me sentí cuando lo hice? —Niego con la cabeza—. Como si todos estos años hubiera llev
Las luces del auditorio se encienden y solo en este momento los aplausos cesan. Nuestros labios se separan, pero su frente continúa unida a la mía por unos segundos, hasta que abrimos los ojos y Alex me toma de la mano para bajar de la tarima. Corremos por el pasillo hacia la salida, mientras un montón de pares de ojos se clavan en nosotros; sin embargo, ninguno de los dos presta atención a eso. Ahora solo importamos él y yo. Después de cruzar varios pasillos, atravesamos las enormes puertas abiertas del instituto y salimos al jardín frontal, dispuestos a escapar juntos. —¡Alexander! —Una voz femenina grita desde la entrada y frenamos nuestra huida para darnos la vuelta. Hannah viene apresurada hacia nosotros tratando de recuperar el aliento. Al parecer nos perseguía desde que salimos del auditorio y no nos habíamos dado cuenta. —Hola Abril —me saluda en cuanto se detiene frente a nosotros—. Tu presentación fue simplemente hermosa. —Gracias —asiento con una sonrisa. —¿Puedo rob