Alexander—Explíquenme cómo pasó eso —solicito sentándome entre ellas y tomo las manos de Abril entre las mías.—Monkey y yo tuvimos una discusión en el instituto —explica Abril.—¿Por qué?—Escuché lo que ella te decía.—¿Tú estabas ahí?—Estaba pasando por ahí cuando los escuché discutiendo. Venía de hablar con Jack; él me confesó que tuvo una aventura con ella.Sonrío a medias.—Así que el maestro se dejó engatusar...—Jack me aclaro las cosas, eso pasó antes de formalizar la relación con Eva.—¿Qué te dijo Mon-Ki?—Lo mismo que a ti, que ustedes dos se habían acostado, pero sé que eso no pasó.—¿Por qué estás tan segura? —La miro fijamente a los ojos, sabiendo que ni siquiera yo lo estoy...—Porque creo en ti. —Su seguridad me deja taciturno.Ni siquiera tiene esa certeza porque no estuvo conmigo en Corea cuando me fui y; sin embargo, ella confía en mí...—Abril, tienes que saber que cuando ella me dijo eso no me lo pude creer porque sé que yo jamás haría algo así, pero también qu
Estoy en la oficina de la dirección ayudando a Alexander a instalarse.Nos está tomando bastante tiempo organizar, debido a que mi guapo chico de ojos azules y mirada seria, quiso cambiar absolutamente todo de la oficina que anteriormente era de su padre y hace unos días pertenecía a la momia asiática; según él, no quiere tener contacto con absolutamente nada de ellos, además de que ambos tienen muy mal gusto para la decoración.En eso estoy completamente de acuerdo con él; yo tampoco quiero que se contamine tocando los mismos objetos y sentándose en el mismo sillón donde hace unos días reposaba el culo huesudo de mi enemiga número uno.Mi hombre amnésico tiene un gusto exquisito para todo y lo que hay aquí es horripilante, por lo que él no pudo tomar una mejor decisión al querer deshacerse de cada cosa.Además de cambiar todos y cada uno de los muebles, mandó a remodelar el suelo y las paredes, poniendo lozas de cerámica con un acabado tipo mármol blanquecino, que hace ver la oficina
Mi mirada no se despega de ellos dos y ladeo mi cabeza contemplando la escena llena de ternura que tengo enfrente.Alex decide que son suficientes apapachos para míster Clock al verme, y camina hacia mí con una bella sonrisa en el rostro.—Hola, Abril, vine a conocer a mi hijo.Pareceré muy emocional, pero es que escucharlo hablar así hace que quiera gritar de felicidad.—¿Cuál de los dos? —pregunto queriendo parecer tranquila—. Tenemos dos hijos.—En realidad a los dos, aunque en especial al pollo, porque a Panqueque ya lo había saludado; sin embargo, quiero verlo también.«Y yo quiero tomarlo como una excusa tuya para entrar a mi casa»Cruzamos la puerta y la bola de pelos corre hacia él en cuanto lo ve; se mete entre sus brazos retorciéndose y batiendo la cola mientras le reparte lengüetazos por toda la cara y el cuello, obligándolo a apretar los ojos y los labios para esconderlos de su pequeña lengua juguetona.Quisiera no sonreír tanto, pero no puedo; esta hermosa escena me hace
AlexanderSon pasadas las cuatro de la mañana cuando me despierto justo luego de haber soñado con Abril.Todavía tengo dos horas más para dormir, pero por mucho que lo intento no logro quedarme dormido nuevamente. Ella no sale de mi cabeza y el sueño se reproduce una y otra vez en mi mente.Por más que trato de encontrar una explicación a esta situación, no la encuentro. Ya perdí la cuenta de las veces que he soñado con ella y en todos mis sueños la amo...Lo más extraño es lo que siento cuando estoy inmerso en el sueño. Es algo completamente inexplicable para mí; una sensación de felicidad y enamoramiento extraordinaria; es como si volviera a ser el de antes y el Alexander que soy al despertar, empieza a extrañar al que soy en sueños.Soy absolutamente consiente de que yo no podía soñar, al menos hasta dónde recuerdo, pero desde que me diagnosticaron con amnesia he estado soñando con ella.Todo esto es tan extraño...Lo que estoy viviendo es algo completamente nuevo para mí, aunque m
Llegamos al "Pub Estelar" y Alex me acompaña hasta la oficina.—Voy a quedarme aquí unas horas, ¿vale? —manifiesta.—¿Aquí?—Aquí no, tranquila, voy a estar en la barra.—No bebas mucho, recuerda lo que dijo el médico sobre el alcohol; no es bueno para la amnesia, retrasa la recuperación de la memoria.—No voy a beber, de hecho, solamente charlaré un rato con Sebastián y me tomaré algunos cocteles sin alcohol.—Es extraño que ahora él y tú sean tan amigos.—No somos amigos, solo conocidos; yo no tengo amigos, bueno, aparte de Rachel y Christopher, aunque ellos también están en evaluación por ahora. ¿Por qué te parece extraño?—Bueno, pues porque ustedes dos nunca se llevaron bien.—¿Tú eres la razón?—Sí, exacto, además por todo lo que pasó con él.—¿Él te gusta? —cuestiona elevando una ceja con los ojos entrecerrados.—¡Nooo!—Entonces no hay razones para que yo pueda estar celoso.—¿Estás queriéndome decir que si él me gustara estarías celoso?—Sí —confiesa sin vacilar—. Por supuest
Cuando abro mis ojos, el teléfono todavía está sobre mi oído; lo tomo entre mis manos y me percato de que se encuentra apagado; debió agotarse la batería, quien sabe a qué hora.Conecto el cargador y lo enciendo para mirar los detalles de la última llamada; efectivamente fue al número de Alexander y duró más de cuatro horas.Aprieto el celular en mi pecho al recordarlo y sonrío.Me levanto de la cama para alistarme y no paro de sonreír hasta que empiezan a dolerme los músculos de las mejillas.Hoy estoy feliz y nada podrá arruinar esa felicidad.Espero que Alexander se sienta de la misma forma y haya escuchado la canción.De camino al instituto paso por casa de Rachel y la encuentro en la puerta despidiéndose de Chris; aprovecho para saludar a mi mejor amigo antes de que sigamos nuestro camino al instituto.—¿Cómo te ha ido amiga? —le pregunto mientras nos alejamos.—Ando sola con mi soledad porque desde que empezaste a trabajar con Alexander ya no te veo la cara en el instituto, aunq
—Pequeña yo te... yo te quiero... yo te quiero conmigo, Abril...Su respiración es agitada, pero, así como sus movimientos, se va ralentizando mientras lo miro y le respondo con un beso.—Siempre estaré contigo.Alex sonríe y me devuelve el beso antes de dejarse caer sin fuerzas a mi lado.Recuperamos el aliento poco a poco y luego él se levanta de un salto al ver la hora en su reloj, ofreciéndome su mano.—No puedo levantarme, me tiemblan las piernas y no entiendo como tú puedes recuperarte tan rápido.—Vamos, princesa. —Me levanta entre sus brazos—. Te llevaré cargada hasta el aula.—¿Así?, ¿desnudos?Sonríe burlón y me descarga sobre el sofá para empezar a recoger nuestra ropa y vestirse.Hago lo mismo lentamente y él está listo en cuestión de segundos.Se sienta en la esquina del sofá, mirando cómo me termino de vestir, mientras no dejo de temblar.—¿Puedes dejar de mirarme así?, me estás poniendo nerviosa.Suelta una risa negando con la cabeza.—¿Nerviosa?, ¿después de lo que hic
AlexanderHoy Abril y yo no tenemos mucho que hacer aquí, así que mientras llega, procuro adelantar el trabajo pendiente para que terminemos rápido.Quiero invitarla a salir para pedirle que sea mi novia otra vez.Me enamoré de ella y no voy a dejarla escapar por nada del mundo; quiero que esa mujer sea mi compañera en esta y todas las vidas que se nos permita vivir. Aunque muera y reencarne, juro que la buscaré hasta volver a encontrarla.Perdí la memoria, pero ahora sé que mi amor por ella siguió intacto y seguirá siendo eterno...El sonido de mi celular me interrumpe mientras guardo todo en los archivadores. El nombre que aparece en la pantalla me hace preocupar; es franco, el guardia de seguridad de la casa de mi padre.Cuando mi hermana me contó que Mon-Ki salió de la cárcel, inmediatamente lo contacté y le advertí que me tuviera al tanto de cualquier situación extraña que sucediera. La instrucción más precisa fue que me llamara si a Mon-Ki se le ocurría aparecer en la mansión, p