Despertar y ver a Alex a mi lado es como un sueño, solo tengo que pellizcarme para volver a la realidad de que él no me recuerda...Se ve tan guapo ahí dormido. Es domingo y no tengo nada que hacer, pero también tengo claro como debo comportarme y no me conviene quedarme, necesito que me extrañe.Por otro lado, tengo que ir a ver a mis hijos; desde que sucedió lo del secuestro, la zozobra no me ha abandonado y no me gusta dejarlos solos por mucho tiempo.Me pongo la chaqueta encima de la pijama, tomo mi ropa mojada y salgo del apartamento.—Señorita Abril, buenos días, ¿cómo sigue el señor Alexander? —pregunta Gabriel deteniéndome en la portería.—Hola Gabriel, ya está bien, gracias por preocuparte.—Cómo no voy a preocuparme, señorita; el señor Alexander ha sido muy bueno conmigo, no sé si él se lo dijo, pero gracias a él tengo este trabajo.—No, no me lo había dicho.—Hace más de un año me echaron de la empresa en la que trabajaba como obrero y un día que estaba buscando trabajo me
Abro la puerta de una patada y después de entrar, la cierro de la misma forma poniéndole el seguro.La asiática horripilante que estaba sentada de espaldas, retocándose el maquillaje, da un respingo y se gira al escuchar el golpe.—¿Te sorprende verme, ¡coreana de mierda!? —Me cruzo de brazos apoyándome en la puerta, mientras la fulmino con la mirada.—¿Qué haces aquí y por qué me llamas así?, ¿no te enseñaron a respetar a tus mayores?—¿Y a ti no te enseñaron a mantener las piernas cerradas? —Abre los ojos como platos, mirándome con condena—. El jueguito se acabó, ¡deja de hacerte la inocente!—Ja, ja, ja —suelta su asquerosa risa—. Hasta que por fin te diste cuenta, niña ingenua.—¡Habla de una puta vez y di qué pretendes!—No me equivoqué contigo, ¿de verdad pensaste que te dejaría el camino libre con Alexander? ¡Qué tonta eres! —levanta una ceja con burla—. ¡Mírate!, ya habías empezado a confiar en mí como una estúpida.—¿Confiar en ti? —me río divertida—. Si dejé que estuvieras c
Cuando llego al conjunto, lo primero que hago es subir al apartamento de mi hermana.Toco el timbre en repetidas ocasiones, pero no aparece; quizás está con Choi en su apartamento. Me paro frente a su puerta y toco el timbre esperando que sea ella quien me abra, pero aparece mi hermano en el umbral.—Hola Alex.—Hola Choi, ¿Hannah está aquí?—No, hoy no la he visto, ¿por qué?—Necesito hablar con ella y no está en el apartamento, además no contesta el teléfono.—Debe estar en el teatro. ¿Ya almorzaste?—¿Hoy sábado? No, acabo de llegar.—Ella a veces va los sábados al teatro. Pasa para que almuerces.—¿Pediste algo?—No, yo cociné, ¿también olvidaste que cocino?—Supongo que sí.—Hice pasta con albóndigas, ¿te gusta?—Seguramente.—Pasa.Adentro todo está completamente ordenado, incluso más que mi propio apartamento. El piso está reluciente, los muebles impecables y los objetos de la decoración están perfectamente colocados en su sitio.—Eres muy ordenado —afirmo mientras contemplo to
Alexander—Explíquenme cómo pasó eso —solicito sentándome entre ellas y tomo las manos de Abril entre las mías.—Monkey y yo tuvimos una discusión en el instituto —explica Abril.—¿Por qué?—Escuché lo que ella te decía.—¿Tú estabas ahí?—Estaba pasando por ahí cuando los escuché discutiendo. Venía de hablar con Jack; él me confesó que tuvo una aventura con ella.Sonrío a medias.—Así que el maestro se dejó engatusar...—Jack me aclaro las cosas, eso pasó antes de formalizar la relación con Eva.—¿Qué te dijo Mon-Ki?—Lo mismo que a ti, que ustedes dos se habían acostado, pero sé que eso no pasó.—¿Por qué estás tan segura? —La miro fijamente a los ojos, sabiendo que ni siquiera yo lo estoy...—Porque creo en ti. —Su seguridad me deja taciturno.Ni siquiera tiene esa certeza porque no estuvo conmigo en Corea cuando me fui y; sin embargo, ella confía en mí...—Abril, tienes que saber que cuando ella me dijo eso no me lo pude creer porque sé que yo jamás haría algo así, pero también qu
Alexander—Explíquenme cómo pasó eso —solicito sentándome entre ellas y tomo las manos de Abril entre las mías.—Monkey y yo tuvimos una discusión en el instituto —explica Abril.—¿Por qué?—Escuché lo que ella te decía.—¿Tú estabas ahí?—Estaba pasando por ahí cuando los escuché discutiendo. Venía de hablar con Jack; él me confesó que tuvo una aventura con ella.Sonrío a medias.—Así que el maestro se dejó engatusar...—Jack me aclaro las cosas, eso pasó antes de formalizar la relación con Eva.—¿Qué te dijo Mon-Ki?—Lo mismo que a ti, que ustedes dos se habían acostado, pero sé que eso no pasó.—¿Por qué estás tan segura? —La miro fijamente a los ojos, sabiendo que ni siquiera yo lo estoy...—Porque creo en ti. —Su seguridad me deja taciturno.Ni siquiera tiene esa certeza porque no estuvo conmigo en Corea cuando me fui y; sin embargo, ella confía en mí...—Abril, tienes que saber que cuando ella me dijo eso no me lo pude creer porque sé que yo jamás haría algo así, pero también qu
Estoy en la oficina de la dirección ayudando a Alexander a instalarse.Nos está tomando bastante tiempo organizar, debido a que mi guapo chico de ojos azules y mirada seria, quiso cambiar absolutamente todo de la oficina que anteriormente era de su padre y hace unos días pertenecía a la momia asiática; según él, no quiere tener contacto con absolutamente nada de ellos, además de que ambos tienen muy mal gusto para la decoración.En eso estoy completamente de acuerdo con él; yo tampoco quiero que se contamine tocando los mismos objetos y sentándose en el mismo sillón donde hace unos días reposaba el culo huesudo de mi enemiga número uno.Mi hombre amnésico tiene un gusto exquisito para todo y lo que hay aquí es horripilante, por lo que él no pudo tomar una mejor decisión al querer deshacerse de cada cosa.Además de cambiar todos y cada uno de los muebles, mandó a remodelar el suelo y las paredes, poniendo lozas de cerámica con un acabado tipo mármol blanquecino, que hace ver la oficina
Mi mirada no se despega de ellos dos y ladeo mi cabeza contemplando la escena llena de ternura que tengo enfrente.Alex decide que son suficientes apapachos para míster Clock al verme, y camina hacia mí con una bella sonrisa en el rostro.—Hola, Abril, vine a conocer a mi hijo.Pareceré muy emocional, pero es que escucharlo hablar así hace que quiera gritar de felicidad.—¿Cuál de los dos? —pregunto queriendo parecer tranquila—. Tenemos dos hijos.—En realidad a los dos, aunque en especial al pollo, porque a Panqueque ya lo había saludado; sin embargo, quiero verlo también.«Y yo quiero tomarlo como una excusa tuya para entrar a mi casa»Cruzamos la puerta y la bola de pelos corre hacia él en cuanto lo ve; se mete entre sus brazos retorciéndose y batiendo la cola mientras le reparte lengüetazos por toda la cara y el cuello, obligándolo a apretar los ojos y los labios para esconderlos de su pequeña lengua juguetona.Quisiera no sonreír tanto, pero no puedo; esta hermosa escena me hace
AlexanderSon pasadas las cuatro de la mañana cuando me despierto justo luego de haber soñado con Abril.Todavía tengo dos horas más para dormir, pero por mucho que lo intento no logro quedarme dormido nuevamente. Ella no sale de mi cabeza y el sueño se reproduce una y otra vez en mi mente.Por más que trato de encontrar una explicación a esta situación, no la encuentro. Ya perdí la cuenta de las veces que he soñado con ella y en todos mis sueños la amo...Lo más extraño es lo que siento cuando estoy inmerso en el sueño. Es algo completamente inexplicable para mí; una sensación de felicidad y enamoramiento extraordinaria; es como si volviera a ser el de antes y el Alexander que soy al despertar, empieza a extrañar al que soy en sueños.Soy absolutamente consiente de que yo no podía soñar, al menos hasta dónde recuerdo, pero desde que me diagnosticaron con amnesia he estado soñando con ella.Todo esto es tan extraño...Lo que estoy viviendo es algo completamente nuevo para mí, aunque m