Capítulo38
Al ver la profunda mirada de Sergio, Marina sabía que seguir insistiendo en esto, no serviría de nada. Si seguía desafiándolo, Sergio tal vez haría que la llevaran a la fuerza a casa en ese mismísimo día.

Marina suspiro.

Una persona sabia sabe cuándo ceder y cuándo luchar, por eso la venganza puede esperar. Ceder ahora no significa para nada rendirse.

—Entiendo —dijo Marina.

—Estaré en casa al menos dos veces por semana, ¿eso está bien para ti?

—Tres veces estaría mejor.

—¡Tú!

Marina estaba ya enojada, pero al ver la mirada de él, contuvo por completo su ira.

Los estudios de posgrado en la universidad Arcoíris no eran en realidad tan exigentes, y regresar a casa tres veces a la semana no sería un problema. Sergio seguramente había consultado con el rector antes de hacerle esta demanda.

Marina ajustó su actitud y le lanzó a Sergio una sonrisa forzada:

—Tres veces entonces. ¿Hay alguna otra demanda por hacerme, señor Blanco?

—Debes regresar a casa cada vez que te llame. Haré que algui
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