La espalda de Belén se empapó instantáneamente de un sudor frío al pensar eso. No podía creer que el hacker fuera capaz de seguirla hasta ahí desde Distrito imperial. Además, había colocado una bomba en el barco. Eso le recordó la conversación que el hacker tuvo con ella. Le advirtió que si se negaba a unirse a ellos, la bomba que tenía delante sería su único desenlace. Así, respiró profundo varias veces más antes de atender la llamada. —¿Quién eres? — preguntó con frialdad. Una voz que sonaba robótica se escuchó del otro lado y respondió: — Señorita Suárez, ¿siempre están apáticas cuando reciben una llamada de un número desconocido? La persona hablaba en otro idioma, su verdadera voz se encubría detrás de un cambiador de voz. Aun así, pude notar lo indiferente que sonaba. Como era de esperar, era nada menos que el hacker, eso solo confirmó la sospecha que tuvo desde el principio de que había colocado la bomba solo para ella. No podía creer lo despiadada que era esa persona al
Belén, quien estaba en el crucero, se quedó mirando los dos cables mientras resumía las palabras de Leo a Daniel. Al instante, se sintió más tensa. — No sé mucho sobre él, ya que es muy reservado, pero recuerdo haber oído su voz cuando esa gente intentó matarme en el mar. Me llamó «rata negra sucia», supongo que odia el color negro. De inmediato, ella colocó la daga debajo del cable negro, y puso el teléfono entre sus hombros y mejilla. —Cortaré el negro, entonces… Daniel comenzó a sudar mucho la frente, nervioso, se paseó de un lado a otro. —¡Espera! ¿Cuánto tiempo te queda? Belén miró el temporalizador. —Quince segundos. —Déjame pensar, déjame pensar… Al prestarle más atención, no todo un ligero temblor en su voz. Nunca en su vida se había sentido tan nervioso, y unos segundos después, él apretó los dientes y gritó: —¡No Cortes! ¡Belén, corre! ¡Salta por la borda, no estoy completamente seguro de esto! En ese mismo momento, un miedo inmenso, la impotencia y la ira lo a
Diego se desconcertó al ver a Daniel alejarse. «Algo no estaba bien en él. ¿Será que...?». Los ojos de Diego se abrieron con miedo. «No puede ser que le guste a Daniel. Después de todo, soy buen mozo y encantador». Diego se estremeció de solo pensarlo. «Imposible... No puede ser. No puede ser que le guste a Daniel, ¿verdad?». Digo quería aclarar la situación, pero Daniel ya había entrado en la sala de reuniones, Así que no tenía más opción que guardarse esa pregunta y también entrar en la sala llena de bullicio. Mientras tanto, el director intentaba calmar al personal técnico, pero fue en vano. Justo después, entró una ráfaga que intimidó a todos en la sala, y en ese instante, todos se quedaron en silencio mientras se giraban a mirar al hombre que había entrado. Vestía un lujoso traje negro con los puños abotonados. Entró a la sala con aire de confianza, le tomó solo un instante a las personas ahí sentar la presencia dominante. Nadie se atrevió a decir una palabra, ya que es
William sacudió la cabeza. Era aterrador tener a Daniel como su jefe, ya que era bueno para manipular. «Por suerte no soy ni empleado ni rival. De lo contrario, habría sido víctima de sus juegos mentales también sin siquiera darme cuenta». William estaba sorprendido por las habilidades de Daniel para terminar el conflicto. Antes de retirarse, los empleados debían firmar un contrato que no les permitía renunciar en los próximos tres años. Incluso luego de que la sala quedó vacía, Diego permanecía admirado. William sonrió luego de sacarse sus lentes y darle una palmada en el hombro a Diego. —¿Aún en shock? — preguntó Diego luego de tomar a Daniel. — Debes entender qué quieren, y luego dárselo — respondió Daniel con la mirada puesta en él. Diego tomó una libreta y un lapicero; estaba listo para anotar el consejo. Pero Daniel no continúa hablando. —¿Qué más? — Diego levantó la cabeza. —Eso es todo — respondió Daniel mientras escribía rápido en su teléfono. Diego estaba
En una Cabaña desierta, gotas de lluvia gruesa caían sobre un techo de lámina, y el sonido de fuertes truenos que rompían en la oscuridad de la noche, rayos brillantes por encima de la montaña. Desorientada y aturdida. Belén García se encontraba tirado en el piso, despertando por Los Fuertes truenos, con una mirada recorrió la habitación. Al despertar de su aturdimiento, Belén recordó que unos tipos la habían noqueado. Sintiéndose impotente, Belén García tenía las manos atadas a una soga; imposible soltarse, tenía las manos demasiado apretadas. Con la luz de un rayo, visualizó un objeto brillante. Intentando alcanzar aquel objeto brillante, Belén García utilizó muchas maneras para poder hacerse de aquel pequeño fragmento de vidrio. Con tanta insistencia logró alcanzarlo cortando con dificultad la soga que tenía atadas en sus manos, recordando cómo se le estaban poniendo difícil reunirse con su familia. Había perdido el contacto por mucho tiempo con su familia. Justo a punto de
Al poco tiempo se quedó dormido, ambos descansaban a los lados de la pequeña habitación.Cuando, a media noche, despertó por unos sonidos, Belén, al abrir los ojos, se dio cuenta de que el hombre tenía su rostro pálido, estaba completamente blanco, estaba sudando frío mientras que decía incoherencias."Oye, despierta". ¿Estás bien?Belén se acercó para tocarle su frente, pero el hombre no reaccionó. Luego abrió su camisa, y comprobó su herida. Su herida estaba infectada y deliraba por la fiebre.Un par de vancomicina, le quitaría todo ese malestar, pero esa medicina, por ahorita, estaba fuera de su alcance. Al no haber de otra, Belén García intentó quitarle la ropa. Aunque funcionó, el hombre comenzó a temblar y a delirar, debido a eso lo acercó más al fuego, pero su estado no mejoró. "¡Maldición!"Maldijo Belén, y caminó como loca en la habitación, luego se acercó al hombre, lo abrazó para compartir su calor corporal con él."¡Eres un idiota! ¡Pero quién soy yo para juzgarte!""¡E
No habían terminado de adularla, cuando su madre se acercó para recordarle que era tiempo de ir a presentar el pastel de cumpleaños.Pero cuando estaban entrando a la mansión, su madre Alicia García la tomó del brazo y se dirigió al cuarto exterior, susurrándole a Ana García y preguntándole en secreto, por una misión que le había dado días atrás.Luego Ana le dijo a Alicia: “No quiero que mis amigos, ni mucho menos mi familia, se enteren de que existe, una niña de campo, porque esto sería el hazmerreír de la sociedad”.Alicia, acomodándole su hermoso cabello, murmuró: “No hay noticias de la misión, eso es una buena señal”. “Tu gente todavía no ha dado señal de vida”, mantengamos los nervios tranquilos, no habrá ninguna sorpresa, eso te lo aseguro.Ana no se quitaba de la cabeza, que la persona que había mandado a secuestrar. Pudiera regresar.Luego pensó en la orden que había dado, que no permitiera que una mujer campesina, como su hermanastra, regresara a su casa reclamando lo que p
A pesar de que la sonrisa de Belén en sus labios era hermosa, su tono era demasiado sarcástico. Alicia notó el sonido de sus palabras, frunció el ceño, pero rápidamente se recompuso.Luego Belén miró cómo aturdida a su tía, le preguntó: sácame de una duda, tía. ¿Cómo es eso que la hermana menor de mi madre se casó con mi padre? Y ¿qué mi padre se casó con mi tía? ¿Dime qué tontería hizo esta familia, debe estar sucediendo algo, me lo puedes explicar?La cara de Alicia se le empezó a enrojecer por la ira y la vergüenza. Al escuchar a los invitados que comenzaban a susurrar entre ellos, el rostro de Alicia se le empezó a hinchar como cuando un sapo empieza a tirar su leche, al Escuchar tantos comentarios negativos hacia ella y hacia su familia.Según Tengo entendido, la señora García era la hermana menor de la anterior señora García, que se apellidaba Suares cuando la señora Suares desapareció. Esta señora tomó su lugar en la familia García. Esta debe de ser la verdadera señorita Belén