Anais aún les observaba desde el suelo, ellas pensaban igual, debía renunciar, si lo hacía, recuperaría el anterior ambiente en la sala de clases y evitaría hablar con Tom.
- Esta bien…- respondió la pelirroja.- Haré lo que me pides.
- ¡!!Hermana!!!- gritó Marco al verla en el suelo.
- ¿ Anais, estás bien? Lo siento tanto!!! No te ví- se culpo una de las delegadas, fingiendo preocupación por la chica.
- Florencia chocó con Anais, no la vio- le explicó la presidente.
- “ ¿ Eso fue lo que ocurrió?”- Marco parecía preguntarle con la mirada, se acuclilló para ayudarle a levantarse.
- Marco…fue un accidente- respondió quejumbrosa la pelirroja.
- ¿ Puedo conversar con mi tutor arriba?- se cruzó de brazos Marco.- Por supuesto. Los dejo.-- Anais hablaremos después, necesito aclarar algo contigo.-- Bien.- “ No me gusta el tono con que dice eso” – pensó Anais.- Prepararé la cena con mamá.- Recuerda no mojarte las manos.- le advirtió su hermano.- ¿ Por qué no?- la madre se alarmó ante el comentario.- Tuvo una caída en la escuela, y se lastimó las manos.-- Puedo revisarte las heridas, después de que hable con Marco- le ofreció Bruno.-- Gracias, pero estoy bien, lo limpiamos antes de venir.-- Entiendo.Bruno siguió al pelirrojo a su dormit
-Por favor, no le digas al capitán mi secreto, Tom no sabe que escribo y no estoy preparado para que lo sepa.--Pero Tom es seguidor de tus novelas.- le recordó su gemela.-Así descubrí, sin embargo, no es el momento.--Entiendo, respetaré tus deseos.--¿ No puedes dormir? Es por la renuncia ¿ verdad?--&nb
Se sentía tan aturdida que no lograba diferenciar si era un sueño o una realidad, Tom la levantó del suelo y le sentó sobre el mesón, se abalanzó sobre su pecho y le inmovilizó por las muñecas, cualquiera pensaría que era una acción para evitar huyera pero sólo no deseaba tocarle las manos lastimadas.- Tom…- pudo decir en un segundo que le dejó recuperar el aliento, el volvió a sellar su boca e invadirla con la lengua. Este beso era distinto al anterior, como si estuviese desesperado por demostrarle algo, los dedos en sus muñecas ya no le sujetaban con fuerza, sus yemas le masajeaban y le daban cosquillas. Anais quería abrazarlo, pero era imposible estando inmovilizada, sólo podía seguir los movimientos de su boca y responder obediente, cuando finalmente se separó, la chica estaba tan roja como su cabello y su vista estaba perdida.Tom seguía molestó pero se sentía algo de vergüenza
EXTRA 20Finalizando el entrenamiento, Anais les pidió que se quedaran unos minutos más.- Chicos, necesito comunicarles algo importante.- les dijo- ¿ Qué ocurre asistente?- le pregunto Alexander.-- Sólo llevo un par de meses en el equipo, ha sido una linda experiencia… pero debo dejarlos….-- ¿ Qué?- preguntaron todos atónitos.Marco escuchaba sentado en un rincón, Tom permanecía con los brazos cruzados y movía la cabeza en negación, no estaba deacuerdo.- Informé de mi decisión a la entrenadora y aceptó mi renuncia, los dejaré a fin de mes.-- ¿Te tratamos muy mal para que decidas dejarnos?- preguntó uno de los futbolistas.-Anais miró
- No aceptaré esto!- gritó golpeando el escritorio.- Un año? No voy hacerlo! No necesito ese dinero!- respondió consternada, su expresión desaprobatoria era innegable, con lo último que escuchó sus ojos enrojecieron.Habían tres personas en ese despacho, su ex esposo, el abogado y ella, era un lugar amplio pero luego de escuchar la información del abogado sentía que el ambiente le asfixiaba.- Pero señorita, piénselo detenidamente, es una gran oportunidad para usted!! El Sr. Miller sabía de todas las deudas que contrajo por el parto, deseaba ayudar…- le rogaba el abogado- Su hermano fue su aval, el crédito que tomó para pagar las cuentas del hospital tiene intereses desproporcionados, podría pagar con esto y estar más tranquila.- Entiendo que el Sr. Miller sabía de la situación económica de mi familia, le dije muchas veces que trabajo todos los días para saldar mi
Por que esta es mi oficina jóvenes.-La cara de los becados era de sorpresa, la descripción física de la enfermera jefe era totalmente distinta a la que tenían enfrente, les dijeron que era una mujer mayor de cincuenta años, corpulenta y con voz de fumador crónico, pero era menuda, aparentaba menos de 22 años y su voz era suave.-- Supongo que el Dr. Scheneider les dio una descripción física errónea…- suspiró- le encanta hacerle esa jugada a los nuevos.- Anais Castell, enfermera supervisora de cirugía y gran quemado, espero sea una experiencia inolvidable.- pasó entre ellos y abrió su oficina.- Adelante, prefiero conversar con ustedes aquí, en el pasillo generaremos desorden.-- Muchas gracias.-Los hizo tomar asiento en un sillón a los cuatro y ella afirmó su trasero en el escritorio.- Con respect
Te llevaré a casa, no estás en condiciones de irte sola.- le abrazaba por la espalda.-Dos días después fue el funeral del Sr. Miller, como era el padre de Tom Miller el futbolista, habían periodistas fuera de la iglesia y del parque.Anais se escondió detrás de la multitud, lo más alejada de Tom posible. En el cementerio, esperó a que todos se fueran, se acercó al nicho y dejó un ramo de flores. Tocó la lápida y lloró en silencio. Estaba tan concentrada que no vio a alguien observarla desde lejos.Tom había vuelto, vio una mujer vestida de negro y una capucha, al principio no le reconoció, pero al ver quien era se congelo, los mechones rojos que caían en su rostro, las lágrimas que caían por sus mejillas, prefirió no interrumpir el momento, no esperaba verla ahí. Se veía cansada y afectada por la situación. Ella tenía una conexión especial con su fallecido padre, le había parecido extraño no verla en el funeral.“L
De vuelta en el presente, Anais se masajeaba las sienes, decidiendo qué hacer, pasó a calmarse a su cafetería favorita.- - !!!!!Marco va a matarme! Tom ya debe saber de Lili, va a pedir explicaciones de seguro… - se tomaba la cabeza urgida -- Debes calmarte- le sugirió un guapo hombre rubio con el cabello tomado en una pequeña coleta, le servía un café cortado y galletas- Las galletas corren por parte de la casa.- le guiño un ojo.- - Gracias…No deberías estar en turno Adam? – le preguntaba y revolvía su café, era alguien conocido para Anais.- - Estoy esta semana de vacaciones, vine a ayudar a mamá en su cafetería- le respondió.- Urgencias puede funcionar sin su enfermero supervisor?- probaba el café.- Sí. Dejé todo organizado, apague mi celular, no quiero interrupciones.- le mostró su celular con la pantalla en negro.-<