Inicio / Romántica / El secreto de la Enfermera Anais / Capítulo 4: Una visita inesperada
Capítulo 4: Una visita inesperada

De vuelta en el presente, Anais se masajeaba las sienes, decidiendo qué hacer, pasó a calmarse a su cafetería favorita.

- - !!!!!Marco va a matarme! Tom ya debe saber de Lili, va a pedir explicaciones de seguro… - se tomaba la cabeza urgida -

- Debes calmarte- le sugirió un guapo hombre rubio con el cabello tomado en una pequeña coleta, le servía un café cortado y galletas- Las galletas corren por parte de la casa.- le guiño un ojo.

- - Gracias…No deberías estar en turno Adam? – le preguntaba y revolvía su café, era alguien conocido para Anais.

- - Estoy esta semana de vacaciones, vine a ayudar a mamá en su cafetería- le respondió.

- Urgencias puede funcionar sin su enfermero supervisor?- probaba el café.

- Sí. Dejé todo organizado, apague mi celular, no quiero interrupciones.- le mostró su celular con la pantalla en negro.-

- Sigues siendo tan genial maestro-

- Tú cara dice que estas en graves problemas.-

- Estoy en un dilema.- le contó la historia:

- Comenzaré la lectura del testamento del señor Frederick Miller- anunció solemne el abogado-

- “ Yo Frederick Miller en pleno uso de mis facultades mentales, doy fe en la veracidad de este registro, teniendo como testigo a mi abogado el Sr. Lucius Clark. Por el presente documento declaro que todos mis ahorros y ganancias de las pinturas que elaboré durante mi vida sean divididas en partes iguales entre mis dos herederos, Tom Miller y Liliana Castell, hija de mi única nuera Anais Castell.

Anais cuidó de mi estos meses de forma desinteresada, por lo tanto, un 25% de esa herencia es para su uso personal. Es por ello que para cumplir mi voluntad tengo dos condiciones para que puedan acceder a la herencia-

1.- Mi hijo Tom, debe reconocer legalmente a Liliana Castell, como su hija.

2.- Mi hijo Tom Miller y Anais Castell deben vivir como una familia durante un año, compartir la crianza de Liliana, vivir en el departamento de ella, como el matrimonio que tenían en un principio.

Al escuchar estas condiciones, Anais estará furiosa conmigo, pero mi último deseo era verlos a los tres juntos… para que mi alma descanse en paz, necesito que cumplan estas indicaciones.

Al cumplir el año, todos mis bienes serán repartidos en partes iguales, son libres de buscar pareja y vivir su vida con libertad, pero mientras transcurra el año, no pueden tener aventuras ni parejas o automáticamente, mis riquezas irán a instituciones de caridad.”

- Estás en graves problemas, por eso tu cara…- se colocó el mechón de su cabello rubio detrás de la oreja.- … Aquí hay una personita más involucrada, tu hija sería favorecida si tu aceptas el trato se pellizco el mentón.

- No cuidé al SR. Miller esperando algo a cambio, ni siquiera sabía que tenía tanto dinero, yo lo conocí cuando aún pintaba en su casa y vivía con Tom en un departamento pequeño.-

- Atenderse en clínicas privadas no es de acceso a cualquiera en este país, debiste sospecharlo, sus regalos y cabaña no eran de alguien de clase media.-

- Se ofreció varias veces a pagar el crédito de mi hermano, pero no acepté… por mí que ese dinero se vaya a hogares de niños… puedo seguir vendiendo mi alma a la clínica para pagar.- apretó el puño decidida.

- Los intereses siguen aumentando, por más que tu hermano no tenga una mala situación económica, no tiene el dinero para pagar de una vez y qué tu se lo devuelvas.- le aterrizó su colega.

- Mi sueldo se va en el arriendo, cuentas, pagarle a mi hermano y comida… no tengo auto y…-

- Vives corriendo, trabajas de día como supervisora y los fines de semana me haces turnos en urgencias, vas a enfermar si continúas con ese ritmo.-

- Soy joven, puedo hacerlo.- se echaba ánimos.

- Tienes muy poco tiempo para disfrutar de tu hija.- les interrumpió la madre de Adam- Los niños crecen rápido… te arrepentirás después… cuando los veas así de altos… y no los puedas cargar.-

- Señora Parker…- sonrío a la dueña.-

- Adam sigue de casanova por la vida, deseo ver un lindo nieto correr por este café… te pasará lo mismo con Lili.- le decía pellizcándole la mejilla a su hijo.- Dime Claire, el señora me hace sentir una anciana.

- No tengo tiempo para una relación estable madre…- se masajeaba la mejilla pellizcada

- Si tienes para andar con una y otra verdad? Esa cara bonita tuya no te va a durar para siempre… este café se llena de jovencitas cuando este chico se ofrece a ayudarme.

Eso era cierto, cada vez que Adam se quedaba en la cafetería como mesero, muchas mujeres ingresaban a consumir, hoy no era la excepción, era un hombre de 32 años, con una sonrisa que les encantaba.

- Con respecto a eso, vienen estudiantes universitarias de pedagogía aquí?- le preguntó Anais.

- Sí… muchas por qué?- respondió Claire.

- Necesito una chica para que cuide a Lili los fines de semana y algunos días entre medio, no puedo pagar mucho, pero sería algo estable.-

- Veré si tengo alguna chica para presentarte, ahora, te recomiendo que lo pienses, no tomes una decisión con la cabeza en caliente, el Sr. Miller debió pensar que sería totalmente llevable un periodo juntos- le trataba de convencer Claire

- No quiero que Tom piense que me acerqué a su padre con el fin de ganarme una herencia, o volver a estar con él…-

- Tom Miller… el famoso Tom… tan guapo… - decía la madre de Adam- … pero tan ciego…- terminó la frase antes de que su hijo le regañara.-

- Cuando se vuelvan a ver, debes recalcar esos puntos.- le recomendó Adam.

- Espero no volver a verlo!-

- Liliana es su hija, Tom te buscará por ella.-

- No lo hará, él no quería esa hija desde un principio.- juntó el entrecejo y achicó los ojos.-

- Los turnos de fin de semana en urgencias son tuyos, lo digo por si no aceptas el trato.-

- Con o sin trato, necesito esos extras.- mordió la galleta con rabia.

A la mañana siguiente revisaba las tablas clínicas en la estación de enfermería, mientras la enfermera del turno nocturno le entregaba las novedades de la noche.

- Un hombre le está esperando en su oficina- Fue lo primero que escuchó al terminar la entrega de turno. Cómo una profecía, las palabras de su amigo Adam le tiraron el pelo.

- Un hombre? No te dijo su nombre?-

- Dijo que era un antiguo compañero de clases, es bastante sospechoso.-

- Por qué?-

- Usa lentes de sol y mascarilla- recordó su colega.

- Puede estar enfermo y necesita pedirme contactar algún médico… un compañero de clases=¿?-

- Es muy alto y tiene buen cuerpo.- le describió en voz baja.

- Parece que lo examinaste muy bien- sonrío molestándola.

- Es llamativo de verdad jefa- se excuso avergonzada.- parece un modelo de revistas.

- No recuerdo tener compañeros de la universidad con esas características, puede ser algún amigo de Marco, gracias, tengo algo de tiempo antes de los medicamentos de las 10.- miró su reloj.

- Las técnicos ya tienen hechos los controles para que los revises, necesito que autorices un cambio de turno de mi parte- le pidió

- Los miraré en mi computador, deja revisar la rotativa y te confirmo- le respondió sin despegar la vista de los registros.

Abrió la puerta de la oficina con su tarjeta magnética, cerró la puerta tras de sí y todavía sin girarse saludo al desconocido.-

- Buenas tardes, siento hacerlo esperar… tú…-decía al mismo tiempo que se giraba hacia él.-

El hombre estaba de pie dándole la espalda, ya no llevaba la mascarilla ni los lentes de sol, tal como lo describió su colega, era un hombre alto de complexión atlética, cuando se giró hacia ella y reconoció su aspecto, tuvo que hacer un esfuerzo para mantener su expresión neutra.-

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo