Capítulo 3

Te llevaré a casa, no estás en condiciones de irte sola.- le abrazaba por la espalda.-

Dos días después fue el funeral del Sr. Miller, como era el padre de Tom Miller el futbolista, habían periodistas fuera de la iglesia y del parque.

Anais se escondió detrás de la multitud, lo más alejada de Tom posible. En el cementerio, esperó a que todos se fueran, se acercó al nicho y dejó un ramo de flores. Tocó la lápida y lloró en silencio. Estaba tan concentrada que no vio a alguien observarla desde lejos.

Tom había vuelto, vio una mujer vestida de negro y una capucha, al principio no le reconoció, pero al ver quien era se congelo, los mechones rojos que caían en su rostro, las lágrimas que caían por sus mejillas, prefirió no interrumpir el momento, no esperaba verla ahí. Se veía cansada y afectada por la situación. Ella tenía una conexión especial con su fallecido padre, le había parecido extraño no verla en el funeral.

“La enfermera supervisora de cirugía, venía todos los días a visitarlo, ella consiguió el cupo dentro de la clínica con el director”- recordó un comentario de la técnico de enfermería que le controlaba signos vitales a su padre- “ La señorita se quedó algunas noches cuidándolo”-

- Una enfermera… debí preguntar el nombre…- pensaba con una sensación extraña.- sería ella? …pudieron seguir en contacto durante estos años?-

Pasaron 2 semanas desde el funeral, Anais estaba en su trabajo y recibió la visita de un abogado conocido para ella.-

- Sr. Clark… buen día, tiene a alguien hospitalizado?- le preguntó a la defensiva, claramente no le agraba el hombre-

- Señorita Castell, siento venir en su horario de trabajo, vengo por Usted.-

- No tengo buenos recuerdos de los encuentros con Ud. Que yo sepa no tengo asuntos pendientes con la familia Miller.-

- Podemos conversar en un lugar más privado?- estaban en frente de la estación de enfermeras, sus colegas y otros profesionales les observaban.

- Sígame- le hizo con la mano un gesto.-

- Jefe- le llamó un doctor-

- Dr. Scheneider, algún cambio con su paciente?-

- Puedes retirarle el drenaje tubular por favor? Le daré de alta mañana- le dijo un doctor alto de ojos grises.-

- Son excelentes noticias, apenas me desocupe iré donde la paciente, puede dejarle algo para dormir a su otro paciente?- le pasó una tablilla con la ficha de enfermería

- Sí. me comentó que no pudo dormir, lo agregaré y te dejaré la receta.-

- Gracias.-

Llevó al Sr. Clark a su oficina, le ofreció asiento y puso un café a su disposición. el abogado rápidamente le entregó un sobre.- Gracias por el café- agradeció con una sonrisa profesional.

- Qué tiene este sobre?- no lo abrió de inmediato, tenía un mal presagio.

- Necesito que se presente en mi oficina mañana.-

- Una citación? Por qué yo?-

- Será la lectura del testamento del Sr. Miller y su hija está mencionada en él.-

- Liliana?-

- Sí, además le envié a su departamento un cuadro que hizo el Sr. Miller para Ud.-

- Me hizo un cuadro? En qué momento?- se preguntaba.-

- El Sr. Miller deseaba dársela antes de morir pero su salud se deterioro muy rápido.-

- Lo sé… No pudo decirme esto por teléfono, ¿por qué se molestó en venir personalmente?-

- Porque cuando escuchara mi nombre iba a colgarme de inmediato.- le respondió avergonzado.

- Entenderá que ese apellido no me trae buenas vibras.-

- Aún así, Ud. cuidó del padre de su ex esposo hasta consiguió un cupo dentro de su clínica para verlo todos los días -

- El padre de Tom era una excelente persona, nadie merece estar solo con esa enfermedad.- Ya no eran familia, pero ese hombre se preocupó más de ella que sus propios padres.

- La espero mañana en mi oficina, siento interrumpir su jornada-

- Nos vemos, Sr. Clark. – le vio marcharse escribiendo en su computadora portátil.

Finalizando su jornada laboral, se reunió con su colega Ginger en el gimnasio que frecuentaban.

- Tienes que ir a su despacho?- le preguntaba Ginger golpeando el saco de boxeo.-

- Dijo que el Señor Miller incluyó a Liliana en su testamento.-

- Pero Liliana no ha sido reconocida como hija de Tom, cómo la incluyó en su testamento?-

- No lo sé… estoy nerviosa.- decía pateando el saco colgante.- Quizás hizo pruebas de ADN sin mi consentimiento... espero no encontrarme con Tom.-

- Está mucho más guapo que hace 6 años, pensé que el maquillaje y el photoshop le hacían ver perfecto, pero es mucho más atractivo en vivo y en directo, su espalda es más ancha que antes.- su amiga estaba extasiada recordando la imagen del futbolista.

- Es difícil no verlo porque trabaja como modelo.- se quejaba.- Se ve igual, no le encuentro lo irresistible.

Ella como una persona común, Tom jamás volvió a saber de ella, pero él siendo un futbolista profesional, salía en comerciales y marcas de conocidas tiendas de ropa, su rostro vendía millones, era una tortura, cambiaba de canal cuando le mencionaban o eliminaba las revistas dónde su fotografía estaba en portada.

- No entiendo por qué nunca más se comunicó contigo- bebía de su botella Ginger.-

- No había nada en común, su estilo de vida es completamente diferente al mío.- comentó inexpresiva.

- Tú no le buscaste tampoco?-

- Para qué? El punto de no retorno fue el divorcio, si me lo encontrara en la calle cruzaría a la otra vereda para no saludarlo.-

- Lo odias todavía?-

- No, pero no me agrada.- le dio un puñetazo a la pera de box.- no quiero verme relacionada con esa persona.-

- Debió ser difícil huir de los medios de comunicación.-

- Nunca pudieron saber quien era, en eso debo agradecer al asistente de Tom, el Sr. Park me hizo desaparecer del mapa.-

- Seguirá trabajando con él?-

- No lo vi en el hospital… es un hombre de bajo perfil.-

- Mi esposo está por llegar, apurémonos, te dejaré en casa de tu hermano de camino- le ofreció

Ginger la llevó hasta la casa de su hermano mayor, ubicada en un barrio acomodado de la capital-

- Gracias por traerme.-

- Pediste permiso para ausentarte mañana?- le preguntó su amiga.

- Sí, la coordinadora me reemplazará por la mañana.-

- Veremos a la coordinadora trabajar… tendremos que documentar el momento.- golpeaba contenta el volante Ginger.

- Esperemos que recuerde como correr con esos tacos de aguja.- sonrío imaginando la cara de estrés de su jefa- Hablamos.- se despidió.

Anais le vio partir en silencio, Marco estaría furioso, dudaba si entrar de inmediato.

En la casa de su hermano gemelo, le esperaba un regaño, no estaba equivocada, se estaba preparando para su expresión de “te lo dije”-

- Te advertí que no debías involucrarte con el padre de ese sujeto¡- le apuntaba con la cuchara Marco, su gemelo. Sus ojos café claro ardían.- Es cierto que es su abuelo, pero Tom ni siquiera sabe que tiene una hija.- El guapo pelirrojo levantó la voz, sus ojos verdes brillaban.

- Tarde o temprano se enterará.- bebía un vaso de jugo.- espero que no sea ahora.

- Es que no necesita una prueba genética para comprobarlo, esa niña es idéntica- opinó su cuñado el Dr. Bruno Schneider.

- Bruno, también se parece a mí.- le corrigió.

- Sí, tienen el mismo pelo zanahoria.-

- A quien le dices zanahoria?- le golpeo con la cuchara el gemelo por la espalda-

- Auchh… estaba bromeando… - le cerró un ojo, masajeando el lugar del golpe.

- Mamá ya ordené mi mochila- habló una niña de 5 años, con grandes ojos color ámbar y un lunar debajo del ojo derecho, tenía el cabello tomado en dos trenzas y sus mejillas coloradas por correr.-

- Muy bien, debemos tomar un taxi o nos dormiremos muy tarde.-

- Mañana mi tío irá por mí al colegio?- preguntó la niña.-

- Sí, así que podrás jugar con tu primo.- le pellizco la mejilla.

- Sí!!!!!- saltaba entusiasmada.-

Llegando a su departamento, se encontró con el cuadro envuelto en recepción, lo abrió estando ya más tranquila, el sr. Miller las retrato a ambas sentadas en una reposera, estaban durmiendo, Lili le abrazaba, probablemente fue durante las vacaciones de verano cuando las invitó a su piscina.-

- Gracias Sr, Miller- dijo colgando el regalo en la pared.

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