El reloj cerca de la chimenea marca las 23:30 de la noche. La señora y el señor Castillo están en la sala viendo la televisión y es que está superfeliz porque hace unas semanas alguien marcó preguntando por Johanna Suárez y que querían que le ayudara a saber todo sobre ella. Ya que le estaba quitando el novio a una mujer muy importante en Corea y obvio, no iba a desperdiciar la oportunidad de hacerla quedar mal al otro lado del mundo…Le contó todo, algunas cosas de más y algunas se las inventó. También le entregó toda la información con fotos y todo del crimen que había hecho hace años. Estuvo muy atenta esperando poder ver la nota y, claro, que la encontró, se sintió mucho más alegre y satisfecha. Y ahora, después de presionar mucho al juez ofreciéndole una fuerte suma de dinero, por fin aceptó para que ellos no le tengan que dar ni un peso a Valeria y que ella no tenga derecho a recular ninguna herencia por parte de su padre…Así que ahora lo que hagan esas dos no le interesa más.
A la mañana siguiente, Johanna despierta sintiendo los rayos del sol tocar su piel, se mueve en la cama dándose cuenta de que el coreano no está a su lado y ahora ve que ya se le está haciendo costumbre que cada vez que duermen juntos siempre amanece sin él. Se levanta de la cama tomando una de sus batas sin ponerse nada abajo, se la amarra al frente, se coloca sus sandalias y sale de la habitación. Bajan ellas, yendo directo hacia la cocina, donde está casi seguro que el señor Kim se encuentra. Y efectivamente, ve a ese atractivo hombre luciendo un mandil de color oscuro, moviendo un sartén y en la estufa… —Buenos días —saluda Johanna y el señor Kim voltea a verla dedicándole una tierna sonrisa. —Buenos días, hermosa —responde Sam con cariño. Johanna sonríe y se acerca a él que sale superada de la estufa dándose un beso. —Creo que podría acostumbrarme a esto —dijo Johanna mientras los abraza por la cintura, colocando su mejilla en su espalda descubierta. —Y para mí será un
Después de desayunar y darse un baño que se prolongó más de lo habitual, la pareja va en el auto agarrado de la mano, mientras que el chofer conduce por las calles de Jalisco y él se ha sorprendido porque aquí las reglas de manejo no importan o no tanto como en Corea. Por fin ha llegado a la ubicación. Deteniéndose en la entrada de la casa, el coreano y la mexicana ven por la ventana del auto viendo la fachada de la casa.—Es aquí —confirma Johanna. El señor Kim abre la puerta ayudando a bajar a su amada mexicana. Mientras continúan agarrados de la mano, caminan directo hacia la puerta. Los dos se detienen en el umbral y Johanna toca el timbre, escuchándose de fondo un sonido muy suave—. Debo de decirte que mi madre está enferma; ella padece de demencia y se olvida de todo, así que tal vez ella te pregunte varias veces la misma cosa —le avisó Johanna.—Está bien, no te preocupes —dijo Sam, tomando con más firmeza su mano. Unos pasos se acercan a la puerta, abriéndose esta y Johanna r
Al día siguiente uno de sus hombres informó al señor Kim sobre los resultados del laboratorio donde compró que sí lo había drogado. Él les ordenó que llevaran esa información al detective a cargo de su caso para que así viera que efectivamente lo habían llevado a la fuerza a su departamento con malas intenciones. Le contó a Johanna que ella también quedó indicada por lo que tuvieron que hacer para que ellos se separaran. Aunque no lograron su objetivo. Durante dos días estuvieron preparando todo para su viaje a Corea, el señor Kim también ayudó a traer todas las cosas de su suegra, ya que ella hasta cargó con los peces. Mientras que la señora María y Alejandra estuvieron felices por el viaje al extranjero. Suben al jet privado, Alejandra ayuda a la mujer mayor mientras que Johanna y Sam se acomodan en unos asientos adelante de ellas. Se abrochan el cinturón, se toman de la mano mirándose fijamente mientras sienten cómo la aeronave empieza a moverse. La mexicana no pierde de v
Las semanas pasaron rápido y la noticia que el señor Kim se casaría corrió como pólvora. Y cómo siempre, muchas personas de acuerdo, mientras que otras en contra, entre ellos algunos socios de la empresa. Aunque no pudieron negarse del todo, ya que si lo hacían pensarían que ellos también eran unos abusadores y que apoyaban las agresiones hacia las mujeres, así que decidieron permanecer con el señor Kim sin oponerse a su matrimonio… La señora Seol poco a poco fue aceptando todo y más el hecho de tener a una consuegra bastante habladora. Sí, es una falta de respeto porque ella es mayor, pero entiende que así son las creencias y además debe de acostumbrarse, ya que después de la boda la señora se quedará con ella, al igual que la hija de Johanna y su nieta. Bueno, veremos cómo les va en ese tiempo. A miles de kilómetros de ahí, la reputación de la familia Castillo ha ido en picada debido a la rueda de prensa donde se supo la verdad; las inversiones han caído y están pasando por una
La mexicana y el coreano después de unas horas de vuelo por fin han llegado a su destino. Suben al vehículo que los llevará a una cabaña en el bosque que rentó el señor Kim para pasar este momento con ella. Al llegar, Johanna se queda impresionada por tanta belleza, además que hay mucha paz en este lugar y baja el señor Kim, la carga en sus brazos llevándola hacia el interior de la cabaña…—Qué romántico, ¿esto se hace en tu cultura? —preguntó Johanna mientras lo rodeaba con sus brazos por el cuello.—No, pero lo hago por ti, además de que ahora ya no temo demostrar mis sentimientos y el enorme afecto que te tengo —declaró Sam dándole un beso.—Qué lindo —susurró Johanna. Él continúa subiendo las escaleras hasta entrar en una habitación baja a su esposa; ella ve que está completamente con velas, rosas, chocolates y algunos globos. En la cama hay un enorme corazón hecho de pétalos de rosa—. ¿Tú hiciste esto? —Sí, me puse a ver novelas mexicanas y vi que hacían esto, así que quise sor
Mientras nuestra pareja de recién casados disfruta de su luna de miel. Min y Alim han salido más ahora que ya no tiene que hacerse cargo de las niñas. La coreana se encuentra feliz porque ha conocido a Alim más a fondo, viendo que es un hombre espectacular, muy atento, romántico, cariñoso y que la apoya en todo. Hoy decidieron salir a caminar, además de que Min lo invitara a México, ya que Johanna le dijo que, después de que regresara de su luna de miel, irían a México para festejar su matrimonio con una fiesta real. —Estás muy seria, ¿ocurre algo? —habló el filipino. —No, solo recordaba algo. —¿No me digas que es relacionado con tu madre? —preguntó y Min queda muy confundida. —No es de ella; desde lo ocurrido no he vuelto a hablar con ella. Sé que si lo hago, me reprochará todo lo que le dije y, además, no quiero que se meta en mi vida. —Ya veo, ahora entiendo por qué mi madre se la pasa, hablándome y preguntándome de ti. —Tu madre le habla a la mía para saber lo que ocurre —le
—Señorita Johanna Suárez, es usted encontrada culpable del homicidio del productor Vicent castillo —exclamó el señor juez—. Pero debido a que usted es menor de edad, será trasladada al correccional femenil de mujeres hasta cumplir la mayoría de edad. —Terminó el señor juez golpeando el escritorio con el martillo de madera. —¡No! —un grito invade toda la sala y ese provenía de la madre de Vicent Castillo, que se sentía indignada por la sentencia que le habían dado a la mujer que asesino a su hijo—. ¡Esa mujer debería de ser condenada a la pena de muerte! —dijo la mujer de cabello castaño cubierto con algunas canas. —¡Silencio en la sala! —dijo el juez con voz ronca—. Doy por finalizado este juicio —al terminar de hablar la gente se pone de pie. Dos policías toman del brazo a la joven de quince años de cabello castaño, piel de color medio y de complexión delgada. Que tiene esposas en las muñecas y en los tobillos. Los hombres se llevan a la joven. —¡Te juro que nunca te deja