Ragnar contempla a Katrina dormida y el tiempo parece detenerse para él. Le encanta observarla mientras duerme hasta memorizar cada uno de sus rasgos, sus gestos, sus sonidos, su belleza. Roza su mejilla con los dedos y ella se remueve un poco, aunque no se despierta. Deja un beso suave y corto en sus labios antes de levantarse. Esto es algo que no puede evitar hacer desde que sus mellizos nacieron. Todas las noches, a la misma hora, va hasta la habitación de ellos a verificar que todo esté en orden. Por supuesto que lo está y puede sentirlo por medio del vínculo, pero la necesidad de verlos con sus propios ojos es más fuerte que cualquier cosa. Después de todo son sus primeros cachorros, sus herederos.Llega hasta la cuna de Ethan y lo admira dormido por unos minutos, es un niño sano, tranquilo y muy hermoso. Ha crecido mucho en estos meses y él está demasiado orgulloso, pero sobre todo, feliz. Luego va hasta la cuna de Selene y deja un beso suave en su mejilla regordeta y rosada. E
—Esto tiene que ser una broma —susurra Ragnar con su cara aún metida entre las piernas de su compañera. Katrina no puede evitar reír—. ¿No podemos estar tranquilos ni en nuestra habitación? —Hola, buenos días —La voz de Rubí desde la puerta hace resoplar a Ragnar. —Estamos terminando de vestirnos, hermana —contesta él malhumorado mientras se limpia la cara con unas toallas de papel. —Perdón por interrumpir, pero mamá quiere saber por qué no han bajado todavía. Se está haciendo tarde. Katrina también se limpia y se acomoda la ropa. —Dile que ya estamos bajando —Ragnar se frota la cara con coraje y frustración. Solo por un segundo se plantea la posibilidad de cancelar la ida a la oficina y hacerle el amor a su esposa como un demente, pero lamentablemente no es posible, ya que necesita firmar algunos documentos importantes que tienen que ver con su próximo viaje a la Amazonía. Katrina se acerca y acuna el rostro de su mate antes de darle un beso muy tierno en la boca. —Esta noche
Unos días después… En las oficinas de Sofisthy, un hombre de traje gris elegante con camisa blanca de cuello perfecto, se encuentra sentado en la sala de juntas esperando por Jarl Fenrisson. —Aquí tiene su café, señor Shadowfang —La asistente de Jarl deja la taza frente al hombre. Su mano le tiembla un poco. Ha visto y oído sobre él en varias revistas empresariales y sabe de su trayectoria. Su emoción es evidente y Ragnar lo nota, suele causar ese efecto en las personas, aunque también suele intimidarlas un poco—. El presidente Fenrisson ya está llegando. Si necesita algo más, no dude en avisar, por favor. —Por supuesto, señorita, muchas gracias —Él bebe un sorbo de su café mientras mira algunas notificaciones en su celular, despreocupado. Por fin pudo venir hasta la Amazonía para hablar personalmente con Jarl sobre las acciones de Sofisthy. Es lo último que le falta para tener casi la totalidad de la herencia de Katrina en sus manos. Una notificación entrante en su pantalla lo
Katrina entra al edificio y todos los empleados la saludan al paso con mucho respeto. Ella se convirtió en poco tiempo en una gran Luna para la manada y a la vez una excelente empresaria. Estos meses junto a Ragnar la han convertido en una mujer bastante refinada, elegante, segura de sí misma y sobre todo, con mucha capacidad para resolver problemas, pero sin perder esa dulzura que tanto la caracteriza. Katrina tiene una belleza y una personalidad que impacta donde quiera que va. Su look de mujer moderna es lo que más llama la atención. Ella anteriormente no sabía cómo vestirse para resaltar su belleza natural, pero ahora arranca suspiros donde quiera que pasa. Para todo su atuendo siempre pide ayuda a Paula, su suegra, quien la asesora muy bien. —Buenos días, Luna Katrina. Ya tengo listo su té —Octavio sale a su paso, toma su cartera y las carpetas que trae en su mano para ayudarla. —Buenos días, Octavio. ¿Tienes todo listo para hoy? —Sí, Luna Katrina. Toda la documentación está
—Alfa Ragnar, soy yo, Octavio —dice con voz agitada cuando Ragnar contesta el teléfono de la habitación del hotel donde se está quedando. —¿Qué sucede, Octavio? ¿Por qué me llamas a este número y no a mi celular? —Ragnar toma su móvil, pero hasta ahora se da cuenta de que está apagado por falta de batería.—La Luna Katrina lo ha estado llamando a su celular y no conectaba, señor, el caso es que ella revisó algunos títulos de las empresas que tiene a su nombre y luego salió del edificio de manera repentina, parecía molesta o inquieta por algo y no me quiso decir nada al respecto, solamente que se iría a la mansión. Creí que debía saberlo, alfa.Ragnar se queda callado por un rato largo, sin saber qué responder. —Alfa…—Está bien, Octavio, no te preocupes, yo me encargo de hablar con ella. Mañana a primera hora vuelvo a Tierra de Pinares.Luego de que la llamada se corta, Ragnar llama a la mansión para preguntar por su esposa, pero una de las sirvientas le informa que ella no ha llega
—Ramiro, el investigador, lo encontró, cariño —la respuesta de Ragnar hace nacer una luz de esperanza en Katrina—. Está aquí en Europa, en Grecia. Él no sabía de tu existencia, tu madre y él dejaron de verse antes de que ella sepa de su embarazo.Un suspiro ahogado sale del pecho de Katrina. Akira está pendiente de cada una de las palabras de su compañero. —¿Por qué…? —ella no logra formular la pregunta completa debido a la gran conmoción dentro de su cabeza y su corazón. —Él fue descubierto y puesto en juicio por sus superiores, por lo que fue exiliado y apartado de sus funciones como celestial. Aunque no ha sido despojado de sus poderes, él no puede ejercer sus funciones anteriores. Ahora es un empresario hotelero que vive en el mundo humano, como uno más de ellos.Katrina asiente, pero se queda mucho tiempo callada. Ragnar le da su espacio y su tiempo. Apoya la cabeza de ella en su pecho mientras le acaricia suavemente la espalda. Los latidos armoniosos del corazón de Ragnar y lo
Durante todo el día en la oficina es lo mismo. Esa tensión entre Ragnar y Katrina no desaparece.La paciencia del alfa termina cuando llega la hora de dormir y ella va nuevamente a la habitación de los mellizos. No va a permitir este alejamiento por más tiempo, ya no soporta estar sin ella un minuto más.Ya frente a la puerta de la habitación de los pequeños, respira profundo un par de veces antes de abrir la puerta y entrar. Katrina está acostada en la cama de Selene y se despierta sorprendida cuando Ragnar la toma entre sus brazos y la lleva hasta la habitación que comparten.—¿Qué haces, Ragnar? —ella se queja, pero Ragnar no se inmuta. Entra a la habitación, la acuesta en la cama y aprovecha para cerrar la puerta con seguro y quitar la llave. —Estaba con la pequeña —dice ella intentando levantarse—. Va a llorar si se despierta y no me ve allí.—No va a llorar porque tiene a un centenar de personas cuidando de ella y su hermano —responde tajante Ragnar quitándose la playera para
Mauricio se queda mirando a su yerno, con las manos entrelazadas en la mesa. —¿Qué es lo que piensas hacer, Jarl? ¿Crees que puedes resistir mucho tiempo con lo poco que te queda? —Haré lo que sea, pero no pienso perder la empresa. —Sabes que tienes mi apoyo, pero aun así no somos mayoría, no tenemos forma de tener voz en las decisiones importantes. Lo mejor será averiguar quién es el nuevo dueño, luego analizar las posibilidades que tenemos.—Cuando ese hombre venga, le mostraré quién manda aquí —Jarl se frota la cara con fiereza, como intentando espabilar a la fuerza. No le cabe la menor duda, no puede ser otra persona más que Ragnar Shadowfang. Él sale de la sala cerrando las puertas con tanta fuerza que hasta los cristales de las ventanas empiezan a tintinear. Mauricio queda abrumado, indeciso y sin fuerzas. De todas formas, él ya no tiene tanto que perder. Todo se fue a la mierda desde que Katrina falleció y Jarl tomó el cargo sobre la fortuna. Si hubiese sido un poco más pre