Bueno, ya Katrina conoció a Remus. Vemos qué dice o hace Ragnar con respecto a esto.
Para Katrina, retomar su vida luego de lo que pasó, es un desafío bastante difícil de llevar a cabo. Se siente sumamente frustrada, pero al mismo tiempo esperanzada de empezar una nueva vida en Tierra de Pinares. Desde que se levantó esta mañana ha estado sentada frente a la ventana de la habitación, mirando la majestuosa ciudad desde arriba, la misma a la que no volverá nunca más una vez que se vaya. Se lleva su mano a su vientre, vacío ahora, y la inunda esa sensación de pérdida y profunda tristeza que va mucho más allá de lo que puede soportar. Es una sensación horrible que no está segura de poder superar alguna vez. Lo único que la tranquiliza en estos momentos es saber que ya no le une nada a Jarl ni a esa familia. Está decidida a convertirse en otra persona a partir de ahora. Al menos tiene a Ragnar y con él se siente la mujer más segura del mundo en estos momentos. Eso le hace recordar lo que pasó en la madrugada. Se sonroja sin poder evitarlo. No puede creer que ella haya
Ragnar da vueltas en el balcón con su celular en la mano como si estuviera sopesando la decisión más importante de su vida. Al fin, se arma de valor y teclea algunas palabras rápidamente y envía el mensaje esperando una respuesta rápida.—¿No sería mejor llevarla a la mansión Claro de Luna, alfa? —Julián pregunta acercándose a él con una taza de café—. Allí estaría mejor atendida, además le haría compañía a su madre y empezaría a conocer todas sus funciones como Luna de la manada. No puedo imaginar cómo será la convivencia de ustedes dos en ese ático. —Sabes bien por qué lo hago —afirma Ragnar, pero Julián no cree mucho en esas razones que él repite como loro—. Lo hago por ella, por ahora solo pienso en ella, lo demás iré viendo en el camino. Prefiero que mi madre y Rubí estén exentas de este asunto. Julián asiente con una sonrisa en sus labios.—¿Acaso intentas decirme algo con ese gesto que acabas de hacer? —Ragnar lo mira con el ceño bastante fruncido.—No quiero decir nada que y
Hacia las afueras del casco urbano, en una enorme, pero misteriosa mansión, Jarl estaciona su Porsche en la zona VIP e inmediatamente dos hombres se acercan y llevan a Amber hacia el área de las presas, llamada así al sitio donde son encerrados los humanos que luego son subastados para las cazas.—Maneja con cuidado este asunto, amigo. Procura no hacer nada que te afecte.—Esa pulgosa me va a pagar cada una de las que me hizo, Gabriel.—Es mejor dejar su caza en manos de los otros socios, así nadie puede relacionarte con su muerte —Gabriel trata de hacerle entrar en razón a Jarl, pero él se encuentra renuente a escuchar.A pesar de todo, Jarl asiente. Amber todavía está inconsciente. Lo último que sintió fue un fuerte golpe en la parte trasera de su cabeza, después de eso todo fue oscuridad.El guardia de la mansión la ata con cadenas en un calabozo individual, donde no está en contacto con las otras presas. El sitio se encuentra semi oscuro. Solo la luz débil de un foco de poca calid
—¡Conozco a la gente como tú! —Amber mira con rabia y dolor a Jarl cuando luego de varias horas de lucha por escapar, finalmente él logra reducirla y atarla a un árbol para torturarla, ella tiene escoriaciones por todo su cuerpo y está terriblemente cansada, tanto que parece que va a desfallecer de un momento a otro—. Esta cara que estás mostrando ahora no me impresiona para nada, siempre supe si eras así. —¿Y cómo se supone que soy? —Jarl se acerca a ella y estira su pelo con fuerza para voltear su rostro a un lado, su cuello se tuerce tanto que parece que va a romperse—. Ahora tienes la oportunidad de decir todo lo que tengas atorado en tu garganta sobre mí, pulgosa, de todas formas no voy a dejarte salir de aquí con vida, sino en pedazos. —¡Eres un maldito, asqueroso! —. Amber consigue de alguna forma llegar hasta su cara y con sus colmillos le produce una herida sangrante en la mejilla izquierda en forma lineal, casi cruzando desde arriba a abajo. Jarl se pasma por ese acto, pero
Ragnar observa a la mujer dormida en el sofá y niega. «¿En qué estaba pensando cuando decidí traerla conmigo?», piensa mientras la mira detenidamente, en realidad lleva haciendo lo mismo desde que la rescató, simplemente no puede dejar de hacerlo. Su apariencia de jovencita sencilla, con su pijama de algodón con dibujos de unicornios y su cabello mal recogido en un rodete, le causa risa, por un lado, y ternura por otro. Es obvio que ella no es una mujer pretenciosa y eso le parece encantador, aunque si supiera elegir mejor sus atuendos y arreglarse un poco más, se vería muy distinta a la que es ahora. Para Ragnar no hay duda que ella nació en una cuna de oro, pero a Katrina no parece importarle demasiado los lujos y sobre todo su apariencia. Mira su reloj y casi es medianoche. Se levanta y la toma suavemente del sofá para llevarla hasta su cama. Incluso ha llegado a pensar que ella lo hace a propósito, ya que no es normal que todas las noches se quede dormida allí. Debe ser una tret
Marcela está sentada frente al computador de Amber, revisando cada detalle del mismo. Todos los archivos tienen que ver con su universidad, otros con su trabajo, excepto una carpeta que tiene muchas fotos, videos y enlaces de un sitio del que ya había oído algunos rumores anteriormente, pero nunca había tenido estas pruebas tan contundentes. ¿De dónde habrá sacado ella esto? ¿Qué tiene que ver Jarl Fenrisson con esta práctica tan atroz?Sus dudas se despejan inmediatamente al reproducir un video. Por supuesto, ese monstruo es capaz de esto y mucho más. Si antes le parecía un hombre detestable, ahora solo siente asco por él. Esas jóvenes eran inocentes y eso es más que evidente, no se merecían este tipo de tratamiento. Jarl es el hombre más despreciable que ha conocido en su vida.Cierra la pantalla cuando se reproduce el video de otra cacería. No puede creer que esto sea permitido y bajo las narices de las autoridades. Descubrir esto no hace más que acrecentar su preocupación. ¿Será
La reunión termina varias horas después. Cuando Lizzie llega a la empresa, ya todos han salido del salón de juntas.—Me quedé hacer mis maletas como me pediste, Jarl, ahora voy a salir a almorzar con mi madre, luego cubriré mi hora de la tarde, solo vine a avisarte —dice la joven a Jarl mientras mira su reloj.—Pasaré por ti a las 21 hs, quiero que me acompañes a un sitio esta noche —dice Jarl—. Es algo importante, así que esmérate en tu vestimenta. Te quiero en ese vestido rojo que me hiciste pagar la semana pasada y esos tacones altos transparentes. —No creo que ese sea un atuendo adecuado para negocios, Jarl. —Es una reunión de negocios, pero nadie te va a ver, excepto las personas que me interesan que te vean. —¿Qué personas?—Eso no es asunto tuyo, solo ponte el puto vestido y espérame obedientemente en la puerta para la hora que te dije, ¡es una orden!Lizzie intenta protestar, pero Jarl cierra la puerta en su cara y la deja sola. ¿Qué reunión misteriosa es esa? Se siente ten
—¡Suelten a la presa! —manda el anciano desde el palco al hombre que se encuentran allí vigilando, Lizzie ya está sola en el ruedo, con la mirada fija en el poste donde Amber, muy malherida, se encuentra atada de manos y pies—. Quiero ver si vales esta apuesta que este hombre ha puesto sobre tu cabeza. El mentón de la joven tiembla, pero ya está aquí y no tiene de otra más que luchar si quiere salir viva. Con sus uñas desgarra un poco más su vestido para dejarlo a la altura de sus rodillas. Eso le dará mayor movilidad, a pesar de que sus sandalias no le ayudan en absoluto y fue advertida de que no se las puede quitar. Se hace un chombo de su larga coleta de caballo y acomoda sus senos dentro de su escote antes de ponerse en guardia. No cree que Amber le dé demasiados problemas en esas condiciones tan deplorables en que se encuentra, pero sabe que ella siempre fue muy rápida y calculadora, es probable que ya tenga un plan maquinado en su cabeza para poder enfrentarla y salir ganadora