El estado de Katrina a primeras horas de la mañana no fue tan estable como Ragnar hubiese querido. Por supuesto que él no se apartó de su lado ni un solo momento y en varias ocasiones dejó salir a Remus para aumentar su energía y ayudarla a aliviarse.Julián intenta convencerlo de descansar, pero él se niega rotundamente a dejarla sola.—Si lo desea, yo puedo quedarme con ella mientras usted duerme un poco, alfa —le dice él—. En teoría mañana debe iniciar su tratamiento y necesita estar descansado para eso.—No es necesario, Julián, estoy bien.Julián asiente antes de retirarse. Ragnar se queda mirando fijamente a Katrina en la cama. Su rostro aún está pálido, pero al menos con la transfusión de sangre ganó de nuevo algo de color y está respirando con normalidad.También Remus dentro de su cabeza mueve su cola vigorosamente al observarla. Ragnar no puede negar que ella huele bien, huele a su mate, es un aroma que no había sentido luego de la muerte de su esposa y su lobo nunca intentó
Jarl regresa a Brasil en un vuelo comercial y a la hora más concurrida del aeropuerto. Gabriel lo convenció de que esa era la mejor forma de demostrar ante los periodistas el dolor que sentía por la desaparición de Katrina. Así nadie tendría razón para señalarlo como sospechoso o mal esposo. Justo antes de bajar, Jarl ensaya su mejor rostro abatido por si algún fotógrafo de la presa está metido entre el flujo de gente que se encuentra en la sala de espera. —Respira lentamente —dice Gabriel a su costado—. Si conseguimos pasar esta prueba, ya todo lo demás será fácil. Jarl asiente mirándolo desde el espejo, con los ojos llenos de lágrimas. Tampoco debe hacer mucho esfuerzo en poner una cara demacrada, porque el humor de Job ha repercutido negativamente en él. El ardor de su pecho se acrecienta en la noche y el dolor de cabeza lo tiene aturdido la mayor parte del día. —Bajemos —pide él, tomando su maletín del asiento y caminando hacia la puerta y escalera del avión. Gabriel va tras é
Luego de que Moreira termina de revisar a Katrina, ella se queda dormida nuevamente. El doctor le advierte a Ragnar que ella estará al menos dos semanas en observación y que no puede moverse de aquí a menos que sea para ir a una clínica. Tras ver varias veces el mismo video donde Jarl y Lizzie se abrazan mientras lloran desconsoladamente, Ragnar le pide a Julián que hable con un investigador privado y que recopile toda la información posible sobre esa familia, pero en especial sobre ese hombre. También se ponen en de acuerdo de cómo cuidarán de ella mientras él está en sus sesiones de quimioterapia. No quiere dejarla sola ni un solo momento, por lo que analiza, en primer lugar, rentar un departamento donde puedan quedarse más cerca del casco urbano por si alguna situación inesperada se presenta. Ragnar se queda profundamente dormido en el sillón, al lado de la cama donde ella se encuentra. Ya es de mañana cuando Katrina despierta y lo ve allí acurrucado en ese diminuto espacio pa
—¿Se siente bien, alfa? —pregunta Julián al encontrar a Ragnar en el pasillo con la espalda apoyada en la pared y el rostro torturado—. ¿Cómo se encuentra nuestra luna?La sola mención de eso aumenta el malhumor del alfa, quien al momento toma el camino hacia la salida.—Iré a dar un paseo por el lago —contesta Ragnar ignorando su comentario—. Luego me daré un baño y descansaré. Necesito que alistes la otra habitación para mí y lleves todas mis cosas ahí mientras estoy afuera.Julián se queda sin comprender el cambio tan brusco de su jefe. Hasta hace un rato no había poder alguno que la hiciera moverse del lado de Katrina y ahora se va así, sin más. —¿Aún quiere que el investigador haga el trabajo que me dijo, alfa? —le pregunta justo antes de que él tome el camino al lago—. Ya sabemos la identidad de ella. —Suspende ese pedido. Consigue el departamento que te pedí en la ciudad, todo indica que ella ya está mejor y puede irse para resolver su vida.—Disculpa que me meta en esto, alf
—Encontré a mi mate teniendo sexo con mi hermana el mismo día que fui para darle la noticia que estaba esperando un cachorro —dice Katrina luego de algunos minutos de profundo silencio. Ragnar levanta la vista al oír aquello, pero no responde nada. Algo en su pecho se retuerce con esa confesión. Él nunca había sentido tantas ganas de matar a alguien, más aún cuando la oye sollozar bajito, de nuevo. —Me tendieron una trampa para traerme hasta aquí. Mi propio esposo me disparó una vez y luego me rechazó. Cuando me disparó por segunda vez, caí en ese acantilado. Solo alcancé a aceptar su rechazo antes de quedar inconsciente. Esto último hace fruncir el ceño a Ragnar. —Me engañó todo este tiempo, creí que yo era su amor verdadero porque yo sí lo amaba. En luna llena, cuando cumplí 16 años, lo reconocí, era él, mi mate, su aroma era inconfundible cuando pasé a su lado. Él también me reconoció, me marcó poco tiempo después y nos hicimos novios, ya que yo era muy joven para la unión. En
Katrina se levanta de la cama y camina de manera lenta y como alma en pena hasta el sanitario que está a escasos metros de su cama, no escucha nada alrededor más que los latidos de su propio corazón haciendo presión en su garganta. Fue una muy mala idea haber puesto la televisión. Escuchar las noticias sobre su desaparición y ver las caras hipócritas de Jarl y Lizzie llorando y sufriendo por ello le hacen estar más segura de su decisión. Una vez en el baño, cierra la puerta y se mira en el espejo. —¿Qué fue lo que hice mal? —se pregunta a sí misma, triste como nunca antes lo había estado. Su voz casi no sale debido al nudo tan grande que tiene atorado allí. Un sonido de puerta abriéndose la hace suspirar profundamente para sosegarse. —¿Señora Katrina, se siente mal? ¿Necesita que haga alguna cosa por usted? —pregunta Julián del otro lado de la puerta del baño. Ella sabe que Ragnar no está, porque desde que llegaron a este apartamento, no lo ha visto durante toda la mañana, solo
Para Katrina, retomar su vida luego de lo que pasó, es un desafío bastante difícil de llevar a cabo. Se siente sumamente frustrada, pero al mismo tiempo esperanzada de empezar una nueva vida en Tierra de Pinares. Desde que se levantó esta mañana ha estado sentada frente a la ventana de la habitación, mirando la majestuosa ciudad desde arriba, la misma a la que no volverá nunca más una vez que se vaya. Se lleva su mano a su vientre, vacío ahora, y la inunda esa sensación de pérdida y profunda tristeza que va mucho más allá de lo que puede soportar. Es una sensación horrible que no está segura de poder superar alguna vez. Lo único que la tranquiliza en estos momentos es saber que ya no le une nada a Jarl ni a esa familia. Está decidida a convertirse en otra persona a partir de ahora. Al menos tiene a Ragnar y con él se siente la mujer más segura del mundo en estos momentos. Eso le hace recordar lo que pasó en la madrugada. Se sonroja sin poder evitarlo. No puede creer que ella haya
Ragnar da vueltas en el balcón con su celular en la mano como si estuviera sopesando la decisión más importante de su vida. Al fin, se arma de valor y teclea algunas palabras rápidamente y envía el mensaje esperando una respuesta rápida.—¿No sería mejor llevarla a la mansión Claro de Luna, alfa? —Julián pregunta acercándose a él con una taza de café—. Allí estaría mejor atendida, además le haría compañía a su madre y empezaría a conocer todas sus funciones como Luna de la manada. No puedo imaginar cómo será la convivencia de ustedes dos en ese ático. —Sabes bien por qué lo hago —afirma Ragnar, pero Julián no cree mucho en esas razones que él repite como loro—. Lo hago por ella, por ahora solo pienso en ella, lo demás iré viendo en el camino. Prefiero que mi madre y Rubí estén exentas de este asunto. Julián asiente con una sonrisa en sus labios.—¿Acaso intentas decirme algo con ese gesto que acabas de hacer? —Ragnar lo mira con el ceño bastante fruncido.—No quiero decir nada que y