Después de un largo silencio, Nat escuchó una sonrisa cínica de parte de Jarol que le enfrió la piel.
Estaba segura de que la información no le había caído bien al hombre, pero lo vio reponerse y esta vez, él se sentó firme desajustando un poco su corbata mirándola severamente.
—Se terminará cuando yo lo decida —dijo con voz extremadamente plana tomando el periódico que ella acababa de leer—. Por supuesto, no confirmaré esta historia, tú no serás la que aparezca en los tabloides con mi hijo, Nat, creo que no es necesario que te lo recuerde…
Ella miró el periódico y luego llevó los ojos hacia él.
—Eso no es lo que me importa Señor, White…
—Natali… —el hombre se puso de pie ajustando su chaqueta, yendo hasta la esquina de la enorme ventana que cubría
Natali vio como Lana la miraba con los ojos salidos de su órbita, y con una evidente tensión en sus hombros que secó su garganta. La chica pasó la mano por su cabello varias veces mientras negaba una y otra vez.—¿Por qué no me dijiste antes?, ¡Dios, Natali!, esto es horrible… Yo… ni siquiera sé qué decirte ahora.Ella soltó un bufido de frustración mientras llevó las palmas a la frente descansando su cabeza en ellas. Sus codos reposaban en la mesa, y allí estaba su café frío, que no había vuelto a tocar.—No lo sé… En mi casa estaba pasando una situación difícil, pero lo que me llevó a tomar esta decisión, fue la universidad, Lana…Lana apretó los parpados volviendo a negar y después que observó hacia afuera del café, volvió los ojos en
—Yo… he dejado el apartamento… —su voz sonó baja, pero Andrew pudo entenderla con claridad—. He renunciado a mi anterior trabajo, y ahora he vuelto con el señor Shan…—No entiendo nada de esto —Andrew dio un paso más, pero algunas personas que pasaron cerca de la residencia, se quedaron mirándolos e incomodaron su conversación—. Ven… vamos a mi casa…Él resolvió y Nat aceptó su mano dura.Andrew abrió su puerta y no tardó en venir al asiento del piloto para encender el auto. Decir que su cuerpo temblaba como una hoja era quedarse corta, pero no podía darle larga a su situación, no tenía nada más que decir sino la verdad, aunque el pensamiento de Lana calaba en su mente y en su piel una y otra vez.“Te va a odiar Nat” Ella apretó su rostro tratando de con
A la mañana siguiente Nat estuvo despierta desde antes de que sonara su reloj de alarma. Por la noche había hablado un rato con Lana, y ella le informó que sus padres estaban al tanto de su estadía por un tiempo en su casa.Luego que se despidió de ella arregló un poco su ropa, y trató de acomodar sus cosas donde pudo.Había demorado más de una hora en el baño, y había llorado tratando de soltar los nudos de su garganta, y justo cuando se recostó en la cama, sus ojos se cerraron ante el eminente cansancio de un día que quería borrar de su memoria.Ahora que buscaba la ropa del hospital, su mente cavilaba en todo este tiempo que había pasado con Andrew. Sonreía a la vez por el hecho de que a pesar de su jodida vida se hubiese podido encontrar con alguien como él, y que además de eso, la quisiera de la forma en como se lo demost
—¿Estás bien? —una mano apretó su muslo y ella llevó la mirada hacia el toque de Andrew, para luego desviarla a sus ojos evidentemente preocupados.—Quiero ir… un momento al baño…—Claro —él se levantó ofreciéndole la mano—. Te acompañaré.Natali se levantó con delicadeza viendo como todos en la mesa la observaban en silencio.—Quiero ir sola… —Los ojos de Andrew se tornaron oscuros mirándola intensamente por largos segundos, hasta que asintió.—De acuerdo…Este era el momento, ella pensó. No le daría una excusa, se iría de este lugar en cuando saliera del baño, y escaparía de él para siempre.Pero justo cuando pasó por su lado Andrew, él le atajó el brazo y luego le susurró en el o&iacu
—¡Ana!, tu teléfono está muerto, perdóname por molestar a tu pareja, pero mi hermano ha tenido un accidente, mis padres están destrozados, ¡creo que Andrew no podrá volver a caminar!, ayúdanos, por favor, ¡Ayúdanos!Las lágrimas bajaron por el rostro de Andrea mientras se sentaba en un banco del hospital muy lejos de la gente que esperaba por más noticias de su hermano.Ella sabía que nadie aprobaría esta llamada, incluso su padre la mataría si se llegara a enterar de que estaba pidiéndole a Ana que viniera. Pero saber que el médico informó a su familia que Andrew no quería hablar con nadie, ni siquiera con ella misma, hizo que su corazón se deshiciera ante su sufrimiento.Su hermano debía estar devastado, y no había otra persona en el mundo que escucharía en este momento sino a Ana. Así que lo
Justo cuando faltaba un poco para las seis de la mañana, ella decidió levantarse y zarandear a Peter que dormía en una silla dando cabezadas a cada rato.—Peter… —su amigo dio un salto algo asustado tomando su muñeca—. Es mejor que vayas a cambiarte, debes estar aquí antes de la siete.El chico asintió, se restregó los ojos y se levantó de la silla.—¿Qué vas a hacer tú? —ella negó.—Hay unas duchas, y en el cuarto de vestier hay ropa mía del trabajo…—¿Quieres que te traiga algo?—No… trataré de salir unos minutos antes para ir a buscar mi otra ropa de trabajo donde Lana, realmente no necesito alguna cosa —su sonrisa se ensanchó dándole confianza a Peter, haciendo que él asintiera y se despidiera de ella.En cuanto el pasillo estuvo sol
—Andrew… ¿Cómo te sientes? —él levantó la mirada para ver al traumatólogo del hospital, y también su compañero, el doctor Albert Archer, quien fue el que operó su pierna.Asintiendo y tratando de acomodarse le miró.—Bien…—Envié a colocar algunos analgésicos para el dolor… ya llevas varias horas de la operación y debe estar despertándote el cuerpo. Todo salió muy bien, pero quiero darte algunas recomendaciones…Justo cuando el hombre iba a comenzar, Henry entró a la habitación enviándole una sonrisa a ambos.—Eres un suertudo… ni siquiera quiero imaginar el por qué ibas a esa velocidad, Andrew…—¿Cuáles son tus recomendaciones? —él se giró haciendo caso omiso a su compañero, mientras Albert asinti&oa
—Yo… ni siquiera puedo creer lo que me cuentas… ¿Jarol se volvió loco acaso?Andrew negó hacia Ana mientras le apretó la mano e intentó acomodarse nuevamente, ya que el pecho le había comenzado a doler.—Lo había estado haciendo antes, pero… con otro tipo de mujeres, supongo…—Pero… ¿Esta chica no es la misma de la que me hablaste hace unos meses? Yo pensé… ¿Estás enamorado de ella?La pregunta lo tomó por sorpresa, y aunque quería girar mil veces no, y aunque la rabia lo consumía por dentro, estaría mintiendo al negar que no lo hacía.A pesar de su rabia, decepción y dolor. A pesar de que no volvería a dirigirle la mirada, y muy a pesar de querer matarla y enterrarla al mismo tiempo.—Ok, no necesitas responder a lo evidente… y en verdad lo sien