—¡Esa es la razón por la que la reina habla tan bien de ti! El ejemplo de una verdadera princesa— exclamó con orgullo.
—Podríamos sacarles información— añadió el príncipe.
—Conozco una buena manera para hacerlo… pero, no puedo decirles aún, no pueden saberla… el matrimonio aún no se ha efectuado así que por la tradición de mis padres tengo prohibido dar detalles sobre ella— sentencié.
—Eso tiene sentido— Aclaró la reina —Ve con ellos y nos declaras qué lograste sacarles— asentí con una reverencia y junto a los guardias llevamos a Esteban con mi hermano.
—Ya pueden irse— ordené.
Ellos hicieron como les ordené y ya en un ambiente más intimo pude hablar con mi familia.
—Veo que hiciste un gran trabajo hermana— me despe
Después de un par de copas la sobriedad lo abandonó por completo, estaba bastante risueño y la diferencia que había con su «versión sobria» estaba a un abismo de distancia.—¿Le he dicho lo bella que se ve con ese vestido?— se acercó a mí.Sus movimientos eran bastante torpes, denotaban con facilidad que el efecto de aquella bebida y su combinación con aquella medicina estaba comenzando a manifestarse.—Su majestad… es la quinta vez, pero no me canso de escucharlo— sonreí.—No es correcto que una dama esté a solas en la habitación de algún hombre… sin importar si es o no su prometido… Sin embargo, usted tiene claridad en eso ¿No es así princesa?— acarició mi cabello,Si Esteban lo observara de esta manera le habría bajado una mano.—Conozco perfectament
Esa misma tarde le dimos las buenas noticias al pueblo, hicimos la debida representación de nuestros representantes, sus nuevos gobernadores. Esperaba que de ahora en adelante todo fuera calma para ellos y para nosotros y más que nada, la seguridad de que Isabel será una gran ayuda para mi hermano.—Vamos a casa— susurró Esteban dándome un enorme abrazo.—Volvamos con nuestro hijo— sonreí emocionada.¡Había extrañado tanto a Maxi! Y lo que más ansiaba era el momento en el que lo volvería a ver, sin duda alguna el momento había llegado y no había nada que se interpusiera en mi camino, él era un regalo inigualable que la vida me había concedido.En todo el camino de regreso a casa recibí los cariños de mi esposo, me contaba acerca de lo que había sucedido en el tiempo de mi ausencia en el campamento, de la mism
• Ella •—¿Dónde están?— miré a todos lados del Jardín, buscaba a mis pequeños conejitos, eran tan tiernos.Corrí de arbusto en arbusto buscándolos, siempre encuentran la manera de perderse de mi vista, era como si quisieran tenerme todo el día detrás de ellos.—Emma— gritó mi madre a la entrada de la casa.—¡Ya Voy!— Respondí, no quería llegar tarde a la cena, era la última antes de que mi hermano mayor se uniera a los guerreros, después de eso, no lo vería por un largo tiempo.Terminé de agarrar a los conejos y volví a casa, mi hermano estaba en medio de todos, toda la atención estaba enfocada en él, me sentía algo melancólica, pronto se iría, se iría mi cómplice, aquel que siempre me dio su apoyo.—¿Qu&ea
Me sentía tan confundida, todos avanzaban en esta carrera, muchos ya estaban casados y yo… iba a morir soltera y sin propósitos, más aún que a las mujeres no se nos permitía opinar, una mujer que no se casaba, era tomada como alguien con un problema.Había tenido demasiados pretendientes, pero mi padre los rechazaba a todos, decía que merecía algo mejor, apreciaba sus esfuerzos, pero los años no se detenían, no era tan mayor, pero a mis veintiún años, se suponía debería estar comprometida, esas eran las costumbres.—¿En qué piensas ahora?— Me preguntó acariciando mi cabeza.—¿Por qué las cosas son así?— Me miró confundida.—¿A qué te refieres Emma?— No sabía si debería hablar de eso.Mi madre era de ese tipo de persona que era muy cari&
—¿Cuál es tu nombre?— Pregunté viéndola a los ojos. —Mi nombre es Isabel y estaré más que alegre ayudándoles— sonrió firmemente. Aquella joven nos había dado bastante información acerca de la realeza, no estaba segura en sí debía o no confiar en ella, «la observaré de cerca» dije para mí misma y continué con mi camino. No podía apartar mi vista de una pareja, el hombre le alzaba la voz a la que parecía su esposa, ella solo inclinaba su cabeza disculpándose, no sabía lo que había pasado, solo esperaba que no se tratara de una injusticia más. Me sentía impotente en esos momentos, me hubiese gustado poder decirles a los demás que estaban equivocados, pero no podía, solo era «una mujer más» y estaba condenada a vivir en un mundo de hombres. Bueno, eso solo si no encontraba la manera de cambiarlo, compré un par de alimentos y continué con mi camino, vi como un niño le pedía comida a su madre, parecían no tener que comer. —Mira pequeño, esto es para
—Recuerde que estamos en época de guerra, «a pesar de ser una buena estrategia unir reinos, debemos conquistar en este momento» esas fueron las palabras de su padre— dijo el eunuco con suma tranquilidad.Lo había olvidado, mi padre, él estaba en proceso de expansión, eso es lo que había querido desde que mi abuelo murió a manos del enemigo, desde entonces, un odio y desprecio tan profundos hacia los extranjeros se formó en su corazón. Primero caería muerto antes de permitir que extranjeros entrasen en son de paz.Creía que lo siguiente era esperar a que llegasen las «elegidas» por mi padre, así podría casarme y satisfacer los deseos de él, esperaba que hubiera al menos una con porte real, pero ¿En qué estaba pensando mi padre?—Si usted gusta, iré a ensillar al caballo para que dé un paseo— asent&i
—Aprendes rápido, debes elegir a la que parezca más callada, ellas son las que dan menos problemas— Eso lo dice por su última concubina, ella causó estragos en el palacio solo porque quería ser reconocida como principal.—Si son tranquilas, podemos manipularlas más fácil— Argumenté.—Si no obedecen un pequeño golpe bastará— rio ante su comentario.Él siempre había sido una persona muy dura, la única que podía calmarlo era mi madre, pero cuando ella murió, no llegué a ver a nadie lograrlo, ni siquiera el llanto de su hijo. Muchas veces, él podía llegar a ser un monstruo sin corazón.La hora en la que conocería a las «Candidatas a futura reina» estaba más y más próxima, no sabía cómo era su conducta, pero eso era lo menos importante ahora
• El •—¿Estás seguro de eso hijo?— preguntó mi padre algo asombrado.—Por supuesto que sí padre, es mi manera de afirmar mi poder en el reino— sonreí de lado.Estaba decidido, tomaría el camino largo y de esa manera, le demostraría a todos que no solo era un rostro bonito, sino, que era el futuro rey al que todos debían temer. Comenzaría domando a esa fiera, definitivamente la elegiría a ella, sería divertido ver cuánto es capaz de soportar hasta que aprenda a respetar.• Ella •Ellos ya estaban aquí, se notaba el ambiente serio que había, los oficiales se pusieron de pie frente a nosotras y el horrible heraldo, ese hombre sonreía de manera extraña.—Es hora de decirles quién va a ser la afortunada mujer que acompañará a mi amado hijo en el resto de su vida, y