—Quiero terminar con el reinado de Felisindo, me parece poco competente. Abundio, la verdad, considero que usted haría un mejor trabajo, lo he estado observando desde antes de llegar a este palacio, quería terminar con Felisindo, pero terminé siendo la esposa de su molesto hijo. Me he encontrado muchas veces con usted a la distancia y lo he admirado, lo único bueno de llegar a este lugar es esto— me senté nuevamente en la roca.
—¿Esto? ¿A qué se refiere?— parecía interesado.
—Que puedo hablar con uno de mis héroes de pequeña— tomé su mano —lo veía cada vez que tenía oportunidad, cuando volvía de los entrenamientos, por cierto, su habilidad con la espada es sublime. Me gustaría aprender algún día a usarla, mis padres siempre estuvieron en contra, ellos… se sienten tan amplios, sin embargo, no lo er
—Lo hago, como no tienes idea— tomé un poco del vino y lo serví —¿Le gustaría una copa?— asintió.Le serví, aunque yo realmente no bebí, solamente un sorbo, debía estar lo más sobria posible.—¿Cómo va con los planes para acabar con Felisindo?— jugué con mi copa.—Van mejor de lo que crees, he recibido una pequeña botella con el veneno que utilizaremos, la he escondido en mi habitación, debajo de la cama, en ese lugar nadie lo encontrará— sonrió de una manera bastante malvada.—Quiero acabar pronto con ellos, así podremos reinar juntos— guiñé un ojo.—Pronto lo haremos, me aseguraré de eso, es más, usted no tiene por qué ensuciar sus manos con esto, lo haré yo mismo.—¡Entonces no hay manera de que haya alg&u
—Emma ¿Qué pasó al fin con Gerundio? Y ¿Qué le pasó a la puerta?— preguntó Isabel entrando y observando alrededor.Esteban y yo nos alejamos al instante, estábamos un poco sonrojados, respiré hondo y me acerqué a ella.—Llama al resto del equipo, ¡Tenemos noticias!— Exclamé bastante emocionada.—¿Deberíamos llamar al carpintero?— preguntó a lo que asentí.—Es una ocasión para celebrar, preparen todo y cenemos juntos aquí— Sugirió Esteban.—¡No puedo esperar para tener a Maxi con nosotros!— di pequeños saltitos.Pasaron un par de horas y estábamos juntos cenando, las risas no faltaban, es más, las anécdotas de Fabián nos alegraban a todos. Antes de estar en el palacio, había estado en otro reino. Cuando era
Mi hombro aún dolía, pero no podía negarme a lo que estaba en frente de mí, me acerqué al rey y tomando la espada en mis manos, me incliné para dedicarle unas últimas palabras a ese hombre.—Mi padre me decía: «El peor enemigo de una persona es ella misma, porque cuando se embriaga de soberbia y orgullo, hace hasta lo imposible por destruir todo a su alrededor, sin embargo termina destruyéndose, quedando solo y miserable». Es una pena que haya decidido tomar un mal camino, arrastrando consigo la vida de esas dos mujeres y su familia. Ahora, morirá por la mano de una mujer y para mí, es un honor vengar sus muertes, no obstante, no se sienta mal, cuidaré bien de mi esposo y mi hijo— al terminar de hablar elevé la espada y con fuerza la dejé caer.El pueblo estuvo en silencio por cinco segundos, pero después de eso, gritaron de felicidad, llev&e
Como pudo me acostó en la cama y ella también lo hizo, Abrí los ojos unas horas después, quería seguir con la broma.—Emma…— la mecí suavemente —Emma… es importante —ella despertó.—¿Qué sucede?— preguntó algo adormilada, se había girado a mi dirección, quedamos cara a cara.—Me siento mal— susurré y ella abrió rápidamente sus ojos —no entiendo… ¿Cómo pudiste estar tan cerca de Abundio y ser tan linda con él, pero…? ¿Por qué eres tan distante con tu esposo? ¿Lo quieres menos que a ese mal hombre? Te acercaste mucho a él, sin embargo, a mí me alejas… ¿Por qué no te acercas a mí?— la mirada confundida de Emma estaba sobre mí.—Esteban, deberías dormir, estás
—¿Quién vino por él? Yo no envié a nadie— pregunté con mi corazón encogido.—Eran unos eunucos del palacio, pensé que ustedes los habían enviado, ¿Por qué querrían a Maximiliano?— expresó mi padre bastante preocupado.—Esos hombres están muertos— sentencié apretando mi puño mientras me dirigía a la salida.—Emma, iré contigo— formuló Esteban acercándose a mí.—No, ve tú por el rey y algunos soldados, los seguiré— ordené tomando una soga que se encontraba en el lugar.Salí sin esperar respuesta por parte de Esteban, necesitaba encontrar a Maxi, ¡Debía hacerlo! Por suerte sabía que estaban saliendo de la ciudad ¿Qué querían hacer con Maxi? ¿Para qué hacían esto? Ten
Llegamos a una especie de claro en medio del lugar, había un árbol notablemente más ancho que los otros, un par de piecitos pequeños se asomaban, al acercarme más vi los pies de Emma, estaban inmóviles. Mi corazón se paralizó por un momento, sin embargo, me acerqué para observarlos mejor, ellos estaban… ¿Dormidos? Una sonrisita se escapó de mi rostro al igual que el de todos los presentes, Emma estaba recostada en el árbol y tenía entre sus brazos a Max, se podían apreciar tan bien juntos, esos aires maternos de Emma me atraían cada vez más, me incliné y la desperté.—Oh… ya llegaron— dijo meciendo con cuidado a Max.—¿Dónde están los eunucos Emma?— preguntó mi padre observando en todas las direcciones.Emma sonrió y señaló hacia arriba, automáti
—Así que ¿prefieres morir antes que yo?— negué con la cabeza —¿Entonces? Si no quieres morir viuda.—Podemos morir juntos— solté de una sola —de este modo ninguno sufrirá sin el otro.Sonreí de lado y acercándome a él, lo besé.—¡No es justo! Yo quería besarte pri…— se detuvo al sentir mis labios junto a los suyos.—Gané— susurré mientras me alejaba.Él me tomó del brazo haciendo que nuestros cuerpos quedaran cerca, una sonrisa se formó en sus labios y se acercó a mi rostro.—¡Mamá! ¡Ya llegué!— dijo Maxi muy animado mientras entraba junto al rey.Esteban y yo nos alejamos rápidamente, me acerqué a Maxi mientras lo abrazaba, era la primera vez que me llamaba así y de una manera extremadam
—Mi registro de matrimonio, su majestad, me muestra como Emma Edevane— sonreí y añadí —¿Alguna otra cosa?—¡Ese es tu nombre de casada! Queremos el de soltera— exclamó Esteban.—El rey no lo especificó… pero, mi nombre es Emmalirosa— expliqué y me acerqué a la puerta conteniendo la risa.—Eso no es cierto— expresó Emmanuel riendo.—¡Emma! Todos queremos saber— se acercó Esteban.—Les confesaré cómo me llamo— su rostro se iluminó —si me vences en un duelo— sonreí de lado.—Eso es una trampa… ya he caído con eso— susurró Emmanuel.—Sí… algo me dice que ella tiene un as bajo la manga— añadió el general.—esto se puso más entretenido&mdas